Sobreviviendo a la pandemia: familias en barrios demandan salud, comida, trabajo e higiene

Foto: Telam

La conformación de organizaciones barriales fue uno de los pilares que promovieron la ayuda comunitaria durante la pandemia en la mayoría de las comunidades alejadas del centro marplatense. Los nuevos desafíos propuestos por el contexto actual del COVID-19 fueron afrontados por actores políticos y sociales de los mismos territorios. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, la brecha en la calidad de vida de la población se fue ampliando.

La pandemia profundizó las problemáticas existentes en todos los ámbitos sociales priorizando el estado sanitario por sobre cualquier otra. Además de esto, a la situación en los barrios vulnerables se le agrega la crisis alimentaria, la falta de acceso a fuentes laborales estables y la insuficiencia de elementos de higiene. El relevamiento de datos fue realizado por un grupo de especialistas pertenecientes al Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales (INHUS-CONICET, UNMDP) que reflejan la evolución de la pobreza e indigencia en Mar del Plata. Si bien la situación alimentaria se posicionó en segundo lugar en el orden de prioridades de las familias, ¿deja el primer puesto por estar cubierta o porque a ésta se le agregan nuevas dificultades para sobrevivir?

Dentro del estudio se realizó el relevamiento a partir de datos censales y también encuestas bimestrales a determinados actores sociales, entre los que se encuentran referentes de los Comités Barriales de Emergencia (CBEs) y de comedores y merenderos de barrios en situación de vulnerabilidad. Estos testimonios reflejan fielmente de qué manera la pandemia profundizó las problemáticas preexistentes y generó nuevos conflictos en las comunidades analizadas. Pero también pusieron de manifiesto la forma en que esos desafíos fueron enfrentados por la red de actores políticos y sociales territoriales en relación con los distintos niveles del Estado y con otras instituciones y asociaciones.

Como resultado de este proyecto se generaron mapas temáticos que georreferencian indicadores de vulnerabilidad social –como la población mayor de 65 años, su calidad de vida, las necesidades básicas insatisfechas – y gráficos que reflejan la evolución e incidencia de la pobreza e indigencia y la composición etaria de la población en el Partido de General Pueyrredon en comparación con la Región Pampeana.

La presencia de la COVID-19 profundizó los problemas de acceso a la salud y a las fuentes laborales, problemáticas preexistentes a la pandemia pero que ahora se complejizan aún más. Hay familias enteras que sufren el aumento de despidos y ante la posibilidad de un contagio surgen deficiencias del sistema de salud: acceso, transporte, horarios, seguimiento de casos COVID-19 positivos. La totalidad de las personas entrevistadas coincidió en que desde el sondeo anterior se sumaron casos de familias que merecerían una mayor asistencia por parte del Estado, cuyas principales demandas son la asistencia alimentaria y el acceso a la salud.

El 70 por ciento de las personas consultadas contestó que no dispusieron de lugares apropiados para permitir el aislamiento en caso que las condiciones de las viviendas no sean adecuadas y en un mismo porcentaje los vecinos no tienen acceso a los elementos que aseguren higiene -jabón, lavandina, alcohol- y no se les ofrecieron soluciones a esas necesidades por parte del Estado.

Entre las principales conclusiones del informe se encuentran la importancia de las organizaciones nacidas de los propios barrios en el contexto pandémico, la eficiencia de los CBEs a través de su acción continua y permanente, estrechando la relación entre Estado y el entramado de organizaciones sociales, asociaciones e instituciones de la ciudad. Mientras que los comedores y merenderos, generalmente administrados por mujeres, fueron el eslabón de articulación más directa entre vecinos y los CBEs. El informe muestra, entre otros resultados, que las desigualdades socio-territoriales de la zona son mayores que en el relevamiento anterior, ampliando la brecha en la calidad de vida de la población. Según los datos analizados más de la cuarta parte de la población del Partido habita en espacios con deficiencias y riesgos materiales e inmateriales que reducen marcadamente sus niveles de bienestar.

 

Fuente:  Departamento de Comunicación CONICET Mar del Plata

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