Recicladores urbanos: alrededor de 1500 familias marplatenses viven de esta actividad en Mar del Plata

 

Carreros, carreras, cartoneros y cartoneras forman parte de un grupo social que se encuentra invisibilizado por la misma población en la que viven. La desinformación acerca de su trabajo y posterior aporte a la ciudad genera un impacto negativo en la calidad de vida de las familias locales dedicadas a este trabajo.

El informe realizado por docentes, investigadores, estudiantes y graduados de la Universidad Nacional de Mar del Plata, en el marco de actividades de extensión, resume los principales resultados del relevamiento impulsado desde la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores, la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular y el Movimiento de Trabajadores Excluidos.

Mar del Plata es una ciudad que, además de ser conocida usualmente como destino turístico, se destaca por mantener año a año una de las tasas más altas de desempleo a nivel nacional. En este marco, según explican en el informe, las condiciones de trabajo informal se presentan como un obstáculo en términos sociales y al momento de generar datos estadísticos.

Ante el vacío de información acerca de “quiénes, cómo, cuándo y cuántos son los actores que se mueven dentro del circuito informal de vía pública, las organizaciones estiman alrededor de 1500 personas en esa situación en Mar del Plata” explica Mariana Gonzalez Insúa, becaria del CONICET y responsable del equipo de la investigación.

Esa situación de desempleo en la ciudad ha provocado que “actividades que anteriormente eran consideradas secundarias, con el correr de los años se acentuaron como el ingreso económico principal” agregan en el relevamiento. En este sentido, la informalidad se presenta como uno de los aspectos transversales al trabajo dando lugar a la ampliación de un sector económico que cuenta con condiciones de trabajo no reguladas dentro de un marco legal.

La información presentada en el informe fue recabada bajo la modalidad de una encuesta voluntaria de carácter cualitativo y cuantitativo, respondida por un grupo de 100 trabajadores recuperadores. Se registraron las condiciones socio-habitacionales, aspectos de salud, nivel de estudios, capacitaciones y tipo de material recolectado.

Procedencia y composición de hogares

Entre los y las entrevistadas, el 63% son varones y el resto mujeres. Una alta proporción pueden considerarse población joven, ya que tienen entre 18 y 34 años. Cabe destacar que este es el rango de edades más afectado a nivel local por problemáticas laborales.

El 78% de la población relevada se declaran como jefes o jefas de hogar, es decir, son los responsables de la toma de decisiones de su hogar y de la manutención de los miembros de la familia. Además, el 75% forma parte de familias con 4 integrantes o más y en el 78% convive con al menos 1 persona menor de edad. 

Particularmente, se destacan los barrios Villa Evita (26%), Autódromo (14%), La Herradura (11%) y Las Heras (10%).

Nivel educativo

En una amplia mayoría, casi un 94%, los encuestados poseen un nivel educativo inferior al secundario completo. También es necesario mencionar que un 10% declara no poseer ningún tipo de instrucción, hecho que produce desventajas adicionales frente a oportunidades laborales y permite verificar una de las necesidades de políticas sociales para este grupo.

Condiciones de salud y acceso al sistema sociosanitario

El 98% de los cartoneros encuestados no poseen obra social y, por lo tanto, tampoco los miembros de su familia. Se atienden mayoritariamente en los centros de salud públicos de la ciudad, siendo los Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) los que presentan mayor concurrencia (76%) seguidos por el Hospital Interzonal General de Agudos “Dr. Oscar E. Alende” (24%).

Los trabajadores mencionaron que, entre las afecciones más recurrentes derivadas de la tarea de recupero, se encuentran las vinculadas a los cortes. Las segundas afecciones más frecuentes entre las relevadas son las respiratorias, siguiéndoles en importancia las alergias y los sarpullidos. Las cifras podrían disminuir al contar con los elementos de seguridad adecuados tales como guantes, barbijos y lentes entre otros.

Acceso a la vivienda y sus características

El 78% de los encuestados habitan en viviendas propias, el 14% ha informado que habita en espacios prestados, el 2% indica ocupar de hecho el espacio donde pernoctan y el 4% alquila la propiedad.

Las condiciones de habitabilidad resultan precarias para el 38% de esta población, por tratarse de casillas o locales no construidos para vivienda. En relación a los materiales del piso, en el 79% de los casos son cemento, ladrillo fijo, suelto o tierra.

Fuente de ingresos

Se estimó un promedio de ingreso de $8.500 pesos mensuales por persona, monto por debajo del valor de la canasta básica alimentaria de $12.409,72 (junio de 2019), determinada por INDEC para un hogar de 4 personas.

Los encuestados tienen como principal y única fuente de ingresos el recupero de materiales en la vía pública y sólo 4 de ellos pagan el Monotributo. En este sentido, el 78% de los grupos familiares de estos trabajadores reciben algún programa social, siendo en su mayoría la Asignación Universal por Hijo. Asimismo, el 15% de los casos que acceden al programa Hacemos Futuro, el 8% al Salario Social Complementario, 6% a la pensión por 7 hijos y 4% a la pensión por discapacidad.

Como estrategia de supervivencia, en la actividad de recupero, también son incluidos, en algunos casos, niños, niñas y adolescentes. El 11% de los encuestados expresan que en su hogar éstos aportan a la economía familiar y el 8% especifica que participan de la tarea de recuperación/separación de los materiales.

Trayectorias laborales y condiciones de trabajo

El 62% de los encuestados llevan adelante esta actividad desde hace 10 años o más. Para el 60% de los casos, sus experiencias laborales anteriores fueron en empleos temporarios ya sea a través de un oficio, o como empleados en comercios y fábricas. El resto de la población no declara otras experiencias laborales.

En relación al tiempo que dedican para efectuar la labor de recuperación en la vía pública, en promedio destinan 5 días por semana a la recolección de materiales, con un rango que varía entre 5 y 6 horas diarias. La tarea es realizada mayoritariamente en horario diurno.

En este sentido, la recuperación de materiales es una actividad que se ve condicionada ante la posibilidad del acceso a los materiales y se realiza todos los días de la semana. La carga horaria, está determinada por el acceso y volumen de materiales recolectados y el medio de transporte en que realicen la recuperación (a pie, con carro tirado a mano, con caballo, con moto, etc.).

En relación al tipo de transporte que utilizan para la tarea de recuperación, el 85% utilizan carro a pie o a caballo (47 y 38 casos respectivamente). Esta particularidad, determina la cantidad de horas que es posible asignar a la tarea y los kilogramos a transportar por día. Dentro de estas categorías, los que tienen carro a tracción a caballo tienen una mayor capacidad de acopio y transporte de material, no obstante, asignan 4-5 hs diarias de manera que se evite sobre exigir a los animales.

La encuesta expone que los recaudos de seguridad y cuidado personal resultan mínimos. Dentro de los recuperadores encuestados, el 23% utiliza guantes mientras es casi nulo el uso de otro tipo de elementos de seguridad o ropa adecuada. En este sentido, solo el 1% afirma usar protección para la vista (lentes), el 2% manifiesta usar chalecos refractarios, el 2% el uso de cascos y el 4% implementa fajas de protección lumbar. En relación al de mameluco, zapatos de seguridad o mascarilla, no se registra ningún caso.

Materiales valorizados y sistema de comercialización

El papel y el cartón resultan los materiales más valorados por estos trabajadores debido a su precio de comercialización, posibilidad de acopio, accesibilidad y regularidad en la recolección en vía pública. El metal, por su parte, es recuperado por el 79% de los recuperadores registrados.

En la mayoría de los casos el lugar de acopio de material es la vivienda y de manera incipiente los galpones de FACCyR-UTEP y MTE. La comercialización se efectúa de manera cuasi exclusiva con los compradores minoristas que se encuentran en los barrios de pertenencia.

La percepción de los propios trabajadores respecto a la valorización social de su tarea

En el 70% de los casos perciben que la ciudadanía colabora con su tarea en la provisión de materiales, en donar ropa y comida y en la separación adecuada de los materiales. Sin embargo, exponen asimismo que existen actitudes por parte de la población que dificultan su tarea, tales como discriminación, desconocimiento de la labor realizada, insultos, desinformación sobre la correcta separación de residuos y desinterés al respecto.

Reclamos de los trabajadores hacia el Estado

La necesidad de crear centros verdes: galpones donde hacer la clasificación con maquinarias que permitan el agregado de valor de los materiales para su comercialización a mejores precios hacia la gran industria. Estos espacios permiten que otros cartoneros tengan lugar de acopio para evitar el acopio domiciliario.

Potenciar el Programa de promotoras ambientales cartoneras con su actividad de promoción con la comunidad sobre temas de importancia de separación en origen, la valorización del trabajo de cartoneros, relación con el cuidado del medio ambiente y la reducción de materiales enterrados en el predio.

La creación y el desarrollo de puntos sustentables en establecimientos públicos y privados donde se genere cartón y papel reciclable. A la fecha se han organizado 18 puntos en Universidades, escuelas, sindicatos, y otros. Este sistema ofrece la potencialidad de mejorar la productividad por hora de trabajo de materiales recuperados y de mejor calidad.

Organización de circuitos de recolección de calle diferenciada mediante el transporte con camiones para los residuos orgánicos y el trabajo de cartoneros los residuos secos en condiciones de reciclar.

Exigencia de acceso a derechos laborales: monotributo, obra social, aportes y vacaciones. En cuanto a esto, la UTEP impulsó la declaración de la emergencia social, lo cual garantizó la creación del Programa Salario Social Complementario, el cual supone un ingreso adicional que permita alcanzar el salario mínimo vital y móvil. Lamentablemente los montos recibidos aún no completan lo necesario para alcanzar ese salario, debido al escaso acompañamiento por parte del Estado.

Acompañamiento en la obtención de activos educativos para los trabajadores: articulación con escuelas secundarias con oficios y primarias para la finalización de ciclos educativos.

“La industria ha crecido mucho, los recuperadores son los que dedican esfuerzo y los que realizan la mayor parte del trabajo pero son los que se llevan la peor ganancia y sin ser reconocidos. Parte de ese reconocimiento es poder tener acceso a los derechos básicos, a una obra social, a educación y a mejores condiciones de trabajo” afirma Mariana Gonzalez Insúa.

El reconocimiento a carreros, carreras, cartoneros y cartoneras por parte de la sociedad es uno de los pilares básicos para conformar una comunidad en igualdad de condiciones. El acceso a mejores oportunidades de vida con plena actuación de sus derechos depende tanto de las políticas públicas que se impulsen desde el Estado como de la concientización y visibilización de la sociedad.

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