Susana La Rocca, la marplatense que asesora a la Ministra de Salud de la Nación

 

Es marplatense “de ese raro espécimen nativo. Quedamos pocos”, aclara entre risas. Susana estudió en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Mar del Plata, es docente de Filosofía y Magister en Epistemología y Metodología de la Ciencia. Dentro de la Universidad es coordinadora del Programa de Bioética y miembro de la Red de Bioética del Sur Bonaerense.

Desde junio de 2020, a raíz de la pandemia del COVID-19, integra el Comité de Ética y Derechos Humanos que brinda asesoramiento al Ministerio de Salud sobre las implicancias éticas en la salud pública.

Si bien el contexto para trabajar no es el mejor, la pandemia puso el foco en estos temas y “es una tarea que implica un enorme desafío. Convocaron a 13 personas de distintas partes de la Argentina, algunas nos conocíamos, e inmediatamente nos pidieron asesoramiento sobre qué podía hacer la bioética en el marco de la pandemia” asegura.

Con respecto al tema de la asignación de recursos escasos, La Rocca explica que trabajaron en un documento “que tuvo una envergadura muy importante, no solo porque está publicado en la web del Ministerio de Salud sino porque pasó a ser un archivo de referencia en toda discusión. Además, hemos investigado sobre la medicación alternativa que, muchas veces, es considerada como una medicación heroica cuando ya no hay otra alternativa”.

Tomamos el tema de la priorización y, en el momento que estábamos trabajando, justo se dio el tema del vacunatorio vip. Esto implicó tomar un posicionamiento porque el Comité es asesor pero autónomo, es decir, expresa lo que cree correcto dentro de una interdisciplinaria.

Aún en la disidencia, “en los últimos encuentros tratamos el tema de la presencialidad en las escuelas y respecto a la necesidad de que la vacuna sea un bien público. Es momento de que se liberen las patentes de manera que todos tengan posibilidades de acceder a la vacuna. Hoy es una cuestión de vida o muerte, en este momento no puede haber un interés mayor que la vida” afirma.

En este contexto, la virtualidad acompaña el proyecto y las reuniones del Comité. Susana confirma que “nos encontramos cada 15 días pero nos mantenemos permanentemente en contacto. En la bioética y la ética hay que prepararse de antemano, no es una disciplina de acción sino que es una disciplina de reflexión. A veces hacemos documentos en relación a una demanda, primero fue de Ginés González García y ahora de Carla Vizzotti pero, en muchas otras ocasiones, tenemos la autonomía para expedirnos respecto de un tema”.

La bioética tiene que ser lo más autónoma posible para poder dar una solución que le sirva a la mayoría y no solamente a una minoría o a un sector determinado. Somos asesores pero funcionamos como autónomos en la posibilidad de emitir nuestra opinión.

La Rocca también forma parte del Comité de Ética Central de la Provincia de Buenos Aires y, en este momento, “estamos haciendo un taller de ética en los hospitales de todas las zonas sanitarias de la región para ayudarlos en la toma de decisiones. El año pasado hicimos una ronda de todos los Comités de la Provincia para fortalecernos y generar 39 nuevos espacios que se formaron durante el año 2020” asevera.

En línea con esta propuesta de cómo desde la ética se puede cooperar en la toma de decisiones, Susana La Rocca junto a María Marta Mainetti invitan a pensar una pandemia con recursos escasos en tiempos donde la urgencia y la inmediatez rigen por sobre las demás cuestiones.

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