La construcción y sus históricas desigualdades: el desarrollo urbanístico “debe ser para todo el mundo”

Foto: Contraste entre la urbanización de los barrios populares y los barrios privados. Fuente: Propia.

 

Las consecuencias de las formas de crecimiento urbanístico replican desigualdades preexistentes que son producto de siglos y siglos de estigmatización a ciertos sectores de la sociedad. Más allá de lo que se cree en el imaginario colectivo, las políticas públicas deberían ser pensadas en condiciones de igualdad: la construcción y modernización para unos pocos no sirve y reproduce estereotipos históricos.

Portal Universidad dialogó con Miguel Rótolo, docente de la Universidad Nacional de Mar del Plata y Magister Scientiae en Gestión Ambiental del Desarrollo Urbano, quien brindó datos más exactos acerca de esta diferenciación urbanística.

Cuando se construye, hay que encontrar la manera de que sea para todo el mundo.

Según el Registro Nacional de Barrios Populares, en Argentina, 923 mil familias viven en barrios populares. Es decir, aproximadamente 4 millones de personas viven de esa manera, lo que representa un 10% de la población a nivel nacional. “Esos datos son del 2016-2017, a eso hay que sumarle las crisis desde el 2018 y el contexto de pandemia del 2020, pero ese dato ya es durísimo” aseguró Rótolo.

A nivel local, hablamos de 6.900 familias. “Es gente a la cual, de alguna manera, el Estado tiene que estudiar cómo integrarlas sociourbanamente porque están en la ciudad. Sin embargo, en la realidad están por fuera de la ciudad porque tienen que tomarse un colectivo que tarda una hora en llegar, bajarse y caminar cuatro cuadras por la tierra” explicó.

Según el informe de CIPPEC, consultora que estudia los conglomerados urbanos en todo el país, el crecimiento de las superficies ha sido urbano en un 80%. Rótolo declaró que “ese porcentaje está dividido a la mitad: el 40% de todo el crecimiento es de barrios privados y el otro 40% se divide en 20% y 20%, uno es el crecimiento de la ciudad formal y el otro es de barrios populares”.

En cifras concretas, de un total de 100% de crecimiento de las superficies, 40% es de countries y 20% es de villas.

En medio del afán por sedimentar una nueva grieta entre quienes viven en barrios privados y barrios populares, sumado al prejuicio de llamar a estos últimos por lo que son realmente –villas-, se transcribe en nuevos estigmas sobre la parte más invisibilizada de la población.

Acompañando el proceso, el Programa de Ciudades de CIPPEC se ha propuesto estudiar el modo en que crecen las ciudades con el fin de evidenciar de la manera más simple posible sus potenciales consecuencias e intentar guiar nuevas formas de planificación urbana que incentiven un crecimiento más deseable de los grandes aglomerados urbanos argentinos.

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