Barrios Privados, cuando las privaciones son para el resto

 

Por Julieta Belettieri, Natali Canaveri, Florencia Arrúa, Andrea Cofone, Aylén Aurellio, Lucía Maldonado, Andrés Cardozo, Bernardo Perrota, María Laura Lago, Ariel Perissinotti, Lorena Volonté y Marcos Magnaterra*

 

En diferentes puntos del distrito de General Pueyrredon, el aumento de los desarrollos urbanísticos privados es constante desde los años 2000, momento en que empezaron los  primeros emprendimientos inmobiliarios con estas características. Dicho fenómeno responde a la demanda de la clase alta o media-alta de la sociedad que prefiere alejarse de  la inseguridad, la violencia y contaminación de los centros urbanos.

Los barrios cerrados se caracterizan por contar con viviendas unifamiliares o  multifamiliares que abarcan lotes de entre 500 y 800 metros cuadrados. Estas edificaciones prometen ciertas comodidades y beneficios para quienes eligen ser propietarios dentro de estos territorios, algunos de ellos son la conexión con la naturaleza, seguridad y amplias opciones de esparcimiento. Además, poseen calles asfaltadas, alumbrado público, red de agua potable interna, planta de tratamiento de efluentes cloacales, gas natural, TV satelital, Internet y telefonía. El costo de cada lote tiene relación con su tamaño, actualmente rondan entre los 50.000 y 90.000 dólares. 

En el 2014, según el informe del CONICET “Condiciones de habitabilidad y crecimiento poblacional en el periurbano de la ciudad de Mar del Plata, Argentina”, la cantidad de habitantes en barrios cerrados era de 2.612, y se estimaba para el 2020 un total de 16.443. Hasta el momento no hay datos actualizados acerca de esto.

Entre los principales barrios privados de la ciudad está Rumencó, que fue el primero en instalarse, y abarca 150 hectáreas sobre la avenida Jorge Newbery al 4500. En proximidad se encuentran Arenas del Sur y Las Prunas. También podemos encontrar este tipo de urbanizaciones en el acceso a ruta 2 y en la zona sur del Partido cercana a Chapadmalal. Asimismo, se encuentran en construcción 4 urbanizaciones: Rumencó Joven, Los Olivos, Casonas del Haras II y Developer Aqua. En el siguiente mapa se pueden observar:

En primera persona: testigos de la desigualdad

Mientras que los habitantes de los barrios privados gozan de una excelente calidad de vida, los vecinos viven una realidad completamente diferente, ya que en muchos casos no cuentan con red pública de agua y de cloacas, poseen escasas luminarias y basurales a cielo abierto. Además, no hay unidades de Atención Primaria en Salud, las calles no tienen cordón cuneta, ni asfaltado, y se inundan con frecuencia.

Desde MediaLab de Portal Universidad dialogamos con distintos sectores de la ciudad para ahondar en los efectos negativos que generan estas construcciones sobre el ambiente y los barrios aledaños.

Como primer acercamiento para entender el impacto, Isabel, cofundadora de la organización Ángeles Verdes -que activa por el medio ambiente-, explicó: “Los procesos de urbanización llevan a convertir los espacios naturales en un sistema terrestre donde estos rellenos, que simulan ambientes terrestres, niegan sus cualidades físicas y biológicas propias”. A causa de estas construcciones “desaparecen importantes servicios ecosistémicos como la regulación hidrológica, el control de las inundaciones, la protección de las costas y la depuración del agua”, sentenció.

Por estas razones, desde la organización se considera que el asentamiento de barrios privados “es una nueva forma de producción de desastres”. No obstante, estas cuestiones “deberían ser previstas con informes ambientales que reviertan los efectos perjudiciales e irreparables de estas urbanizaciones”. Por el momento, lo más cercano a una solución es evitar seguir alterando los espacios naturales ya que trae severas consecuencias declaró Isabel.

Arco de fútbol en el barrio Santa Rosa del Mar, en inmediaciones de Rumencó. Fuente: Sintonía MDQ

Arco de fútbol en el barrio Santa Rosa del Mar, en inmediaciones de Rumencó. Fuente: MediaLab de Portal Universidad

También hablamos con Kanki Alonso, de Asambleas del Sur, que agrupa a los barrios cercanos a la avenida Jorge Newbery, quien señaló dos tipos de problemas que los atañen. Por un lado, los coyunturales, que se relacionan con la falta de legalidad, el menoscabo de las condiciones ecosistémicas y la expulsión del uso de espacios que previo al emprendimiento privado eran espacios donde la población podía concurrir”.

Hay ilegalidades como el tratamiento de los efluentes cloacales que en algunos casos son clandestinos y no siguen el tratamiento adecuado, además de no tener permiso del uso del recurso agua.

En relación, Alonso contextualiza que los barrios privados se instalan en zonas del periurbano donde no hay cobertura de servicios, por lo que deberían tramitar legalmente el uso que hacen del recurso agua -que implica la extracción para uso consuntivo y la deposición en aguas subterráneas de sustancias- con las autoridades, aunque no lo hacen.

El referente de Asambleas del Sur explicó además que en abril de este año se realizó un allanamiento en el barrio Arenas del Sur por el vertido de efluentes cloacales a una cuenca que termina en el arroyo Corrientesel cual atraviesa los barrios Serena, San Jacinto, Alfar, y desemboca en el mar. Acerca de este operativo aseguró que los resultados de los análisis no se dieron a conocer ni llegaron a la prensa. Respecto a este barrio, también mencionó la inspección que hizo ARBA en enero del 2021, en la cual encontraron que se evadían 6 millones de pesos anuales porque de los 75 mil metros cuadrados construidos, 30 mil no estaban declarados.

Sobre este último punto, Cristian Girard, director de ARBA, reveló en un comunicado que se detectaron numerosas construcciones sin registrar y afirmó a El Destape que de 871 barrios cerrados en Mar del Plata y otras localidades, el 25% pagaba el impuesto inmobiliario como baldío o tierra rural por lo que se evadían unos 1.500 millones de pesos.

Por otro lado, Alonso se refirió a los problemas que responden a “la cuestión de fondo” relacionadas con la “eticidad” del modelo privado. “Hay algo que genera ruido y cuesta ponerlo en términos jurídicos pero hay una inequidad en cuanto al derecho del uso del territorio. Ellos necesitan ejercer sus actividades y rentas fuera del barrio privado y pueden transitar por toda la ciudad, en cambio, el resto no puede ingresar al sector de esparcimiento del barrio privado”.

El uso restringido de los barrios privados de alguna manera, roza o representa, algún tipo de discriminación en base a condiciones socioeconómicas de la población.

En este sentido expresó que a la par del crecimiento de los barrios privados encuentran un recrudecimiento de las condiciones materiales en las cuales se instalan los nuevos núcleos urbanos en la periferia. “Los barrios privados son lugares de privilegio, donde se abstraen de problemáticas sociales que el mismo modelo de producción genera. Se apartan del resto de la realidad y de la ciudad y a la vez utilizan como instrumento de beneficio propio la corrupción, vinculada a la falta de control y aprovechamiento de la negligencia y omisión de los funcionarios del Estado”, aseveró.

 

*Estudiantes del MediaLab, primer Laboratorio de Redacción para Medios Digitales. Se trata de un sistema experimental que consiste en el trabajo periodístico, de producción propia, que desarrollan alumnos del Taller de Redacción para Medios Digitales, correspondiente a la Tecnicatura de Periodismo Digital que se dicta en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

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2 Respuestas

  1. Rosalba Riccioni dice:

    Lamentable es que se importan modelos extranjeros. Los barrios privados no tienen nada que ver con nuestra idiosincracia. Quienes crecen en estos espacios creen que la realidad es la que viven alli y eso no es real. Por otra parte me preocupa el tratamiento de efluentes cloacales. Hay sistemas que pueden aplicarse para no contaminar las napas que todos utilizamos para extraer agua potable y no pude confirmar cuál es la metodología que se aplica en esos barrios. El agua es un recurso finito y es muy preocupante que los espacios que se han llenado de viviendas hasta hace pocos años eran espacios donde este recurso estaba a salvo. Ahora hay mucha extracción y las napas se retraen.

  2. Juan Carlos Morales dice:

    Te puedo asegurar que una persona adinerada, intentando ingresar a uno de estos barrios privados en un super auto sin autorización de algún residente no va a poder ingresar. Y si va una persona de apariencia “pobre” y en bicicleta pero cuyo nombre y DNI hayan sido provistos por un propietario a la garita de seguridad, va a poder ingresar. No es una cuestión de discriminación socioeconómica!! Es un tema de seguridad (y tanto un rico como un pobre puede ser un ladrón, u secuestrador, o lo que sea). La gente que vive ahí dentro y paga expensas por hacerlo, elije estar en un barrio con controles de las personas que ingresan y egresan, y así viven más tranquilos, dejan a los chicos salir a jugar solos por el barrio, etc…
    Además, lo que mencionan en el artículo, que la gente que vive en el bario privado puede circular por las calles publicas pero la gente que no no vive en el barrio privado no puede circular por el barrio…. Y si! Por algo son privados…. Es como querer ingresar a un edificio a pasear por los pisos y ascensores sin ser propietario de un departamento. Te puedo asegurar que no podrías hacerlo (salvo que te metas sin autorización).
    No todas las personas que viven bien son perversas y quieren discriminar a gente de menos recursos….

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