La inesperada repercusión de Oliver, un personaje pandémico ilustrado

No quedan dudas que el encierro, producto de la pandemia del COVID-19, transformó la mayoría de los aspectos de la vida cotidiana en sociedad. Sin embargo, como todo cambio, con el tiempo se vislumbran consecuencias positivas y negativas. En este caso, las ilustraciones de Francisco “Paco” Olivo, arquitecto y docente en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Mar del Plata, trascendieron la repercusión local y llegaron a una galería de arte en Francia.

Oliver es el nombre del personaje de la serie que empezaba a esbozar Paco en marzo del 2020. Algunos dibujos estaban más craneados y otros, realmente, fueron manifestaciones directas y compulsivas de sensaciones que el arquitecto tenía en ese momento: “Surgió como producto del encierro cuando concentrábamos mucho tiempo disponible y, además, llamado a la reflexión” aseguró.

Debido a las circustancias, el docente declaró que “estábamos todos atravesando una especie de umbral en el cual no se sabía demasiado qué iba a haber del otro lado. Pese a que ahora tampoco tenemos tanta certeza, en ese momento había una incertidumbre muy grande por entender qué estaba pasando y eso provocaba la angustia que todo el mundo sentía. Eso dio para pensar un poco, para reflexionar“.

“Me saqué el reloj porque no tenía la necesidad de compromisos tabulados temporalmente” reveló Olivo al tener que cerrar su estudio de arquitectura y pasar a dar clases virtuales en la facultad. “Esa situación me llevó a imaginar un montón de escenarios posibles para pensar las cosas que uno cree que son de fondo pero que, por el contexto, pasaron a primer plano. Como yo dibujo todo el tiempo y donde sea, con mi familia nos quedábamos hasta tarde dibujando, leyendo y conversando, entonces creció mucho lo creativo”.

Empecé a dibujar sin ningún plan, dibujaba lo que sentía o lo que me parecía que estaba sintiendo. Lo publiqué en las redes y la gente se empezó a enganchar y a comentar, hasta que una galería de arte de Francia se interesó por exponerlo.

“La ola se generó sola, realmente no la provoqué, no había nada pensado” confirmó el docente quien, hasta el día de hoy, se sigue sorprendiendo por la trascendencia que tuvo su proyecto. “Notaba que iba teniendo cierta repercusión en función de lo que estaba pasando en las redes, tenía algo de 300 contactos y ahora tengo 2000“.

La razón de todo esto creo que fue el deseo de la gente por comunicarse. Estos dibujos dieron justo en el tema de conexión, sirvieron para identificarse con Oliver por el contexto.

Y con el tiempo llegó el saludo de María Verónica Ramírez, artista plástica, dibujante y productora del ciclo televisivo “Caloi en su tinta”: “Me pareció muy halagador haber recibido observaciones de gente que tiene una profesionalidad en ese plano porque te termina haciendo creer que lo que haces tiene la posibilidad de generar algún tipo de publicación“. Hay comentarios de gente que siguió la publicación pero que no conozco, mi experiencia con las redes es absolutamente positiva”.

Es interesante cuando la red social deja de pesar como medio y empieza a pesar como personas que dialogan.

Sin embargo, el proyecto no parece culminar en las redes ni con la exposición en la galería de arte del extranjero. El docente explicó que se encuentra trabajando en una publicación con la Editorial de la Universidad Nacional de Mar del Plata y que decidieron agregarle a los dibujos muchos de los comentarios que hicieron las personas en las redes. “La idea es que, si lo ves en unos años, los dibujos no pierdan su sentido y su contexto, que los comentarios completen la red resignificada por cada persona”.

Además, “si bien el pasado 31 de diciembre publiqué la última serie de Oliver, seguí dibujando y retratando los diferentes momentos atravesados por otros temas que iba compartiendo la opinión pública. Yo seguí dibujando, nunca paré, me parece que Oliver entró en el corazón y en la mente de las personas que lo siguieron” concluyó.