Un ejemplo de vida: Estela se recibió de diseñadora a los 66 años

 

La historia de Estela Philibert no es una más. Son de esos ejemplos cotidianos que nos permiten poner en perspectiva muchas de nuestras propias e injustificadas limitaciones. Se trata de una mujer que siempre luchó por cumplir sus objetivos y, en este pandémico 2021, con 66 años logró recibirse de Diseñadora Industrial en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

Recibirse “era como vas a viajar a la luna“, dijo Estela Philibert luego de graduarse como Diseñadora Industrial.

El camino recorrido tiene todos los condimentos de una novela, pero es la vida real y ella lo cuenta con una naturalidad asombrosa. Tras haber dejado atrás una serie de obstáculos dolorosos y vivencias dramáticas, Estela decidió hacer un cambio radical y mudarse de Buenos Aires hacia la costa atlántica junto a su hijo.

Hace 13 años vino “a empezar de nuevo” en Santa Clara del Mar, “con una mano atrás y otra adelante”, según grafica la ahora diseñadora. Había dejado el secundario cuando era adolescente y esa fue su primera meta cumplida al llegar a la vecina localidad, finalizar la escuela secundaria.

En el 2011, a los 57 años la terminó y decidió que podía ir por más. De esta manera, comenzó sus estudios universitarios “no con la intención de hacer una carrera de cinco años”. Al principio, lo hizo solo por “curiosidad” hasta que logró aprobar 17 materias. “En ese momento, me di cuenta que podía ir por la tesis y terminarla”.

“Nunca había pensado que lo iba a lograr, jamás se me hubiera ocurrido que haría una carrera universitaria. Para mi era como vas a viajar a la luna“.

En referencia a la elección de Diseño Industrial, Estela explicó que “desde siempre me hice la ropa, accesorios, carteras. Cuando vine acá, empecé a hacer reciclado de papel y estuve siete años en la rotonda del viejo contrabandista vendiendo cosas recicladas”. Del mismo modo, agregó que no le gustaba puntualmente esa carrera sino que “me gustaba diseño de indumentaria pero me anoté acá y me deje fluir”.

Santa Clara del Mar, el punto de residencia de la nueva vida de Estela frente a la playa (Foto: santaclaradelmar.com)

La influencia de su mudanza fue clave en toda esta historia. Aquello habitual para quienes vivimos en estas ciudades, fue la base de su nueva vida. “Fue un cambio total para mi, estar acá a dos cuadras del mar, la tranquilidad del lugar. Tomarme el colectivo e irme a Mar del Plata, era algo extraordinario”.

Mientras tanto, mencionó que quedó viuda muy joven con un hijo de dos años, “después de mucho tiempo formé una pareja y tuve otro hijo, pero eso nunca funcionó”, menciona sin profundizar en los detalles más difíciles. “Tuve la oportunidad de comprar un terreno en Santa Clara, buscando mejorar, de alguna manera, la vida”. 

Y así fue, también gracias a la gratuidad de la Universidad pública, “no es una cuestión económica porque yo tenía una pensión nada más”.

Hay que hacer sacrificios, no es nada fácil pero no es imposible hacer una carrera universitaria. No tenía buenas notas, por las presentaciones de mis trabajos, reciclaba todo lo que podía para hacer las entregas, cosía y armaba, bien o mal pero siempre las hice yo”, destacó.

El arte de reinventarse, pase lo que pase

El ejemplo que nos deja la historia de esta mujer es, sin lugar a dudas, la posibilidad de empezar de nuevo más allá de las circunstancias y la edad. Para ella nada fue fácil desde el principio y afirmó que le costó mucho arriesgarse, “vengo de una familia donde era hija única, mi mamá me sobreprotegía mucho. Ella murió cuando yo era chica y siempre sin darme cuenta me tuve que estar reinventando”.

A los 66 años, la diseñadora Estela Philibert logró lo que muchos, con mejores condiciones y posibilidades, no conseguimos por limitantes menores o porque creemos que es tarde, o no se puede. Ella sola, cambiando de vida, mudándose a un lugar desconocido, sin un trabajo estable y con un hijo, alcanzó el título universitario.

Pero en esto de volver a empezar, promete no quedarse en los laureles y ya tiene en mente los nuevos retos de esta nueva vida, “quiero seguir enganchada con la facultad, me encanta. Desde que empecé la carrera siempre quería estar del otro lado, ser ayudante, pero nunca lo hice por un tema de distancia, no me daba tiempo para la docencia con las materias y las entregas. Pero ahora, quiero intentarlo”.

Para finalizar Estella afirmó “estoy pensando en un posgrado, en ser docente o hacer algún emprendimiento. No se terminó acá”.

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1 Respuesta

  1. Maria Esther Rojas dice:

    Mi querida compañera de banco del colegio secundario. Un verdadero orgullo de conocerte y haber compartido bellos momentos con ella!!!

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