Golpe de Estado en Sudán: “No es sorpresivo que los militares, frente a cualquier circunstancia, retomen el poder”

Foto: TELAM

 

El pasado lunes, las fuerzas armadas de Sudán disolvieron el Consejo de Gobierno cívico-militar transitorio, establecido en 2019 para desplazar a quien había gobernado por 30 años, Omar Hasán Ahmad al Bashir​, y tomaron el poder mediante un Golpe de Estado. Ante este contexto, las manifestaciones por parte de los ciudadanos se hicieron visibles al ver amenazado el avance de la democracia en el país del continente africano.

Portal Universidad dialogó con Amílcar Salas Oroño, Doctor en Ciencias Sociales, Politólogo y Docente de la Universidad Nacional de Mar del Plata, quien aclaró la situación que está viviendo Sudán en estos días y cuáles fueron las causas por las que el desenlace se trató de un Golpe de Estado. “El día a día era muy dificultoso porque venían de un 2020 con muchos problemas económicos: 160% de inflación acumulada anual“, indicó.

Durante el 2021, diversos ruidos políticos permanecieron latentes en el Consejo de Gobierno transitorio, “tenían problemas económicos que se traducían en cuestiones sociales, de gestión y abastecimiento. En el marco de la pandemia, para un país como Sudán que tiene salida al Mar Rojo y se encuentra en un lugar de tránsito, fue dificultoso administrar el freno del comercio y de las transacciones”, explicó.

Un poco por la pandemia, otro poco por la falta de firmeza en el Consejo de Gobierno y por circunstancias que hacen a la naturaleza de los recursos económicos con los que cuenta Sudán, que son escasos, “la situación en octubre de este año ya estaba bastante compleja. Los descontentos ciudadanos habían empezado a ser demostrados en protestas sociales recurrentes, que podemos analizar como una reivindicación de lo civil por sobre lo militar a partir del interés de la ciudadanía por sacarse de encima la tutela bélica“, reveló el politólogo.

Es así como un cambio de timón, es decir, un Golpe de Estado por parte de quienes estaban vinculados a este Consejo de Gobierno, “fue la respuesta a una situación institucional en la que Sudán no se podía acomodar. Nuevamente, así como en el 2019, las fuerzas armadas intervienen en la escena para poner un poco de orden frente a los desmanes que vienen por abajo. En este retorno, lo militar juega un papel muy importante en un país estratégico en términos de que se encuentra frente al tránsito comercial entre África y Medio Oriente. Además, desde hace unos años, luego de la división con Sudán del Sur en 2011, había estrechado sus relaciones tanto con Rusia, como con Estados Unidos, Arabia Saudita y Emiratos Árabes”, afirmó.

Lo que no es sorpresivo es que los militares, frente a cualquier circunstancia, vuelvan a retomar el poder.

Sudán es un país africano pero mayoritariamente musulmán que, además de tener un patrimonio histórico cultural muy rico, está conectado con ese mundo geopolítico de las transacciones. “Eso hace que la fuerza valga mucho, el tener la experiencia de un histórico de décadas de guerras civiles, esto termina consolidando a quien tiene el uso de la violencia como un factor preponderante. Siempre aparece el factor militar como dominante aunque, es posible, que esto devele otros principios de rebeldía africana. Seguramente, salgan a la luz cuestiones más interesantes y auspiciosas para el propio ciudadano”, confirmó.

En cuanto a la respuesta por parte de la sociedad, el especialista aseveró que, “al igual que lo que pasó en la Primavera Árabe, los ciudadanos salen con coraje a tratar de pautar el poder civil por sobre todo. Uno a veces piensa que son países muy retrasados en sus elaboraciones conceptuales y eso es equívoco. Tienen posicionamientos muy sofisticados en términos de ideas, lo que conlleva a la importancia del poder civil”.

Uno a veces piensa que son países muy retrasados en sus elaboraciones conceptuales y eso es equívoco.

Con respecto a las primeras reacciones internacionales frente al Golpe de Estado, Salas explicó que “han sido bastante claras: suspender las relaciones o estar en un estado de alerta diplomática y ver cómo se repone, por lo menos, la proporción civil de este Consejo de Gobierno. Lo que suele suceder en casos es atravesar por un período donde las potencias extranjeras también hacen sus cálculos”, explicó.

Sudán, al tener conexiones con Rusia, Francia, Reino Unido y Estados Unidos, “hay que ver cómo ese tablero africano juega en relación con estas potencias. En el reordenamiento geopolítico donde se encuentra el mundo, en esta vuelta a las transacciones comerciales, las potencias van a estar mirando qué sucede y van a ser sus apoyos: no van a abandonar tan fácil ni a imponer una postura ideológica sobre el conflicto. Sudán es un punto estratégico, con lo cual los intereses geopolíticos hacen negocios más allá del régimen que esté gobernando“, concluyó.

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