UNIBIO Argentina: un proyecto de científicos marplatenses reconocido por su innovación y desarrollo

 

Con el paso del tiempo comienzan a aparecer proyectos sustentables que buscan generar un cambio positivo en el medio ambiente. En este caso, un grupo de científicos marplatenses llevan adelante el programa UNIBIO Argentina, que propone utilizar componentes que surgen de las cáscaras de langostinos para mejorar la eficiencia agropecuaria.

El emprendimiento argentino fue seleccionado entre más de 1.400 productos de todo el mundo, siendo la primera vez que una iniciativa de nuestro país llega a esta instancia, quedando entre los 15 finalistas. Claudia Casalongué, investigadora principal del CONICET y una de las científicas marplatenses que llevan adelante el proyecto, habló sobre el emprendimiento y contó detalles de su realización.

Dentro de los participantes del trabajo se involucró a grupos de investigación del Intema (Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales) que depende de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) y del Instituto de Investigaciones Biológicas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales UNMDP. “Este proyecto nace en el ámbito público y es interdisciplinario ya que reúne a diferentes especialistas e investigadores del área de la ciencia”, comentó.

La iniciativa surge hace más de 10 años con el objetivo de “promover conocimiento y evidencias originales”. A lo que agregó que “es un proyecto de investigación y desarrollo, para proveer agroinsumos innovadores, más sustentables e inocuos para el ambiente y la salud humana. Se lleva a cabo utilizando un compuesto llamado quitosano, que proviene de la recuperación de las cáscaras de langostinos y que habitualmente se tiran cuando se comercializan pelados”, explicó.

Es decir, previo a la pandemia “había una inclinación a generar una agricultura más sustentable y los tiempos de la pandemia aceleraron estas iniciativas y los proyectos que tenían que ver con el concepto de triple impacto: en lo financiero, lo ambiental y en lo social”, destacó Casalongué.

La científica hizo referencia a que esta práctica está ligada a la economía circular ya que “al ser realizado con este compuesto obtenido por un residuo, el proyecto responde a la recuperación de un residuo para obtener productos de mayor valor, en este caso con aplicación en la agricultura”.

Del mismo modo, “desde la conciencia y la fracción en el mercado de los agroinsumos, tenemos algo a favor que son las nuevas normativas. Desde el punto de vista de los etiquetados ecológicos, la responsabilidad ambiental y todo lo que ahora se está exigiendo en términos alimenticios, hace posible que se tengan en cuenta mejores prácticas, no solamente en las próximas etapas de industrialización, sino también desde la producción”, planteó la integrante.

El programa en el cual UNIBIO fue elegido es Acelerarte2030, donde buscan identificar a las empresas más innovadoras en los países emergentes y en desarrollo. En su cuarta edición, el encuentro recibió más de 1400 solicitudes de empresarios en más de 20 países, de las que se preseleccionaron 260 iniciativas y de las cuales salieron posteriormente los 15 emprendimientos finalistas, entre ellas el proyecto marplatense. 

“Accelerate2030 es uno de los programas más grandes del mundo para ayuda a los emprendedores, empresas y pymes. Tiene como fin facilitar la aplicación y la industrialización de ese proyecto”, mencionó.

En definitiva, la iniciativa “trata de productos que mejoren la sensibilidad de la bioeficacia biológica, mejoren su acción en las plantas y mejoren la eficiencia de productos tradicionales. Entonces, este proceso de aceleración sería conducente a su validación en escalas de nivel productivo frente a diferentes tipos de cultivo, en diferentes tipo de ambientes”, finalizó Casalongué.

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