Por el amor a nuestras tradiciones ¿cómo es ser un bailarín de folklore?

Emanuel Flores fue ganador en el rubro Solista de Malambo del Certamen para Nuevos Valores Pre Cosquín 2020. Fuente: SaltaSur

 

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Oriundo de San José de Metan, Salta, Emanuel Flores, último ganador del rubro Solista de Malambo del Pre Cosquín 2020, nos cuenta su historia, acerca de su carrera como malambista y cómo es el presente del ambiente folklórico argentino.

Al igual que muchos bailarines, el interés de Emanuel por las danza inició en su niñez, más precisamente a sus 5 años, ya que su maestra del jardín de infantes era profesora de folklore. Es así, como a sus 8 años, finalmente ingresa en una academia, donde iba a conocer a su primer profesor, Pablo Ontiveros -Ganador del Pre Cosquín en 2001- quien pronto vería en él condiciones para el malambo. Para asistir a sus clases, Emanuel tenía que viajar 40 kilómetros todos los días. A un mes de iniciar sus clases, llegaría su primer certamen y su primer premio, en el rubro contrapunto de malambo infantil.  

Luego, desde 2007 hasta 2013 iba a competir para ganar un lugar en el Campeonato Nacional de Malambo en Laborde, pero no lograba llegar a la final. Ahí conoce a quien se convertiría en su segundo profesor, Fernando Castro. Tras dos años de trabajo, logra llegar a la final en 2015, pero tiene un percance y se cae en el escenario, por lo que obtiene el 3er puesto.  

En 2016 se ve obligado a pausar su carrera como malambista debido que le tocaría subirse a otro escenario realmente muy difícil: luchar contra el cáncer. Sin embargo, luego de obtener el alta, retomaría en 2017. Su regreso seria a lo grande, logrando clasificar a Laborde como representante de su provincia. Y finalmente, en 2020 lograría ganar el Certamen para Nuevos Valores Pre Cosquín 2020.  

¿Qué es el malambo? Rutina y preparación

-¿Cómo le explicarías a alguien que por ahí no está muy familiarizado con el folklore, qué es el Malambo?  

-Bueno, principalmente el Malambo es una danza, porque es una danza de nuestro repertorio nacional. Una danza que el hombre realizó desde tiempos inmemorables, primero a modo de contrapunto. Obviamente en los documentos dicen que es una danza dónde el hombre muestra su destreza, su agilidad, su hombría, su capacidad como gaucho y también como ser humano. Para mí, es una de las danzas más lindas que tenemos, una forma de expresarse dónde podemos llegar a muchos puntos y a muchos lugares. En si, como danza, es una de las más lindas que podemos llegar a tener.

-¿Cómo es la preparación previa para una competencia como el Campeonato Nacional de Malambo o el Pre Cosquín?  

-La preparación previa yo me la tomo muy enserio, es muy difícil. El Malambo en su rutina es muy comparable con las que se pueden adoptar en otras disciplinas, como el boxeo. Requiere mucha elevación de pulsaciones, eso está comprobado científicamente. La verdad hay que estar preparado desde lo físico, lo mental y desde la rutina misma. Si bien es exigente físicamente, no deja de ser una danza, entonces tampoco hay que descuidar eso. Mi rutina siempre fue entrenar con un personal trainer a la par de mi rutina de Malambo.

Pero después de mi enfermedad tuve que hacer alto en eso, porque mi cuerpo cambio, no puedo soportar la carga física de entrenar a la par del Malambo, por lo que tuve que reducir carga en cuanto a lo físico y sumar carga en cuanto al ensayo. Pero hay malambistas que se acoplan muy bien al entrenamiento físico y a la par del ensayo. Por eso, para mí el ensayo es de todos los días, si vamos a la preparación, por lo menos de lunes a sábado es vital para llegar a este tipo de competencias. Y si hablamos de tiempos, para un certamen como el Pre Laborde o el Pre Cosquín, son 6/7 meses de preparación. Es lo que a mí me funcionó y lo que veo que a la mayoría le funciona. Es muy exigente, pero tiene sus frutos, porque la rutina misma del Malambo es así. No es para tomárselo a la ligera.

-¿Cómo fue ese proceso de la enfermedad y el después retomar tu carrera como malambista?  

-Yo logro ganar la categoría 2016 en agosto y en diciembre de ese mismo año me diagnostican cáncer, entonces inmediatamente me tuve que someter a una cirugía. Después vinieron las quimioterapias, que duraron desde diciembre del 2016 hasta julio del 2017, que fue cuando termine con mi ciclo de quimio. De ahí pasaron unos meses hasta que me hacen los respectivos controles, gracias a Dios no fue necesario seguir con la quimioterapia y me dieron la remisión. Pero no me permitían zapatear, si bien yo volví a fines del 2017, no estaba autorizado por los médicos, sino que lo hacía porque extrañaba. Pero fue muy duro el volver, me tomo bastante tiempo recuperarme.

Si bien en 2018 logro clasificar a Laborde, no me sentía para nada como antes. Por eso traté de adecuarme a mi nueva condición, porque no es lo mismo, nunca me volví a sentir igual. Fue una transición bastante dura, bastante pesada y sufrida también, porque a veces uno se frustra mucho cuando las cosas no salen o el cuerpo no responde. Y fue así, como en 2019 ya empecé a repuntar desde lo anímico y desde lo físico, y logré llegar a Cosquín en buenas condiciones como a mí me gustaba. Por suerte se dio y me motivó para todo el 2020 seguir ensayando. Pero si fue muy duro para mí esa transición, porque si bien tuve esa alegría de ganar Cosquín, la verdad que me costó mucho llegar ahí, por eso lo valoro tanto y me siento contento conmigo mismo por haber llegado después de todo lo que había pasado, que no fue nada bueno. Valoro mucho no haber tirado la toalla y haber tenido la constancia suficiente para reinventarme, porque fue eso, reinventarse para hoy en día estar acá y seguir avanzando e intentando.  

-En cuanto a lo artístico ¿Cuál es el principal desafío que tenés dentro del Malambo?  

-Si es desde lo artístico, mi sueño desde el 2007 es ser campeón en Laborde. Yo creo que es el desafío más grande que cualquier malambista puede tener y es lo que a mí me motiva a seguir más allá. Como yo digo, el zapatear es algo que uno ya lo lleva, creo que sería complicado tener una vida lejos del Malambo. Lo que a mí me lleva a mantenerme en el este ritmo de alta competencia es soñar con Laborde, soñar con en algún momento ser campeón de malambo. Porque en salta tenemos un campeón, pero en cincuenta y tantos años de Laborde tenemos un solo campeón. La verdad que a mí me encantaría llegar hasta ahí. Desde 2007 es lo que yo vengo persiguiendo, independientemente de las otras categorías, Cosquín y otros certámenes que son muy grandes. Para mí, el campeonato de Laborde es más que un certamen, es ese algo que quiero lograr, que para mí sería lo más satisfactorio dentro de lo artístico, como lo es el Malambo en sí.

-¿Qué es lo que buscas representar a través del Malambo?  

Si me lo preguntabas hace unos años, capaz que te decía el estilo de Salta o algo como más ligado a la parte técnica. Pero hoy en día lo que yo busco representar es a mí mismo, a la historia que vengo trayendo desde hace mucho tiempo. Quisiera que a través de mi Malambo se me vea a mí, la persona que está mostrando todo lo que es, todo lo que tiene y todo lo que vivió. Es lo que yo trato de plasmar cuando zapateo, armó una mudanza o cuando estoy pensando en lo que es el malambo. Es tratar de descubrirme yo, a través de mi rutina. 

En 2016 logra ganar su categoría en Laborde.

Las grandes competencias

-¿Cuáles son las similitudes y diferencias que ves entre el Campeonato Nacional en Laborde y el Pre Cosquín?  

-Similitudes, los dos requieren mucho trabajo en cuanto al aspecto técnico. Después siento como que están en lados diferentes de la vereda en lo que es a estilos o lo que se puede hacer en un lugar o en el otro. Pero yo creo que los hace tan fuerte la calidad de la gente que llega hasta ahí, realmente hay que trabajar duro para llegar ahí. Las similitudes más grandes y lo que los hace tan importantes es la calidad de los artistas que llegan a cada uno de esos festivales. Si hablamos de la parte técnica respecto a lo que piden, son bastante diferentes. Pero lo que los enaltece tanto, es la calidad de los artistas que llegan a pisar esos escenarios, por eso el nivel en ambos es tan alto. 

-Con el tema de la pandemia, recién ahora se están retomando los grandes festivales, ¿crees que esto ayudo a revalorizar más esos espacios? ¿Cómo fue tu experiencia?

-A mí me puso un alto el tema de la pandemia, porque todo el 2018 y 2019, prácticamente en mi casa estaba poco y nada, porque en la vida del malambista se viaja mucho, estás de acá para allá, tomando clases o dándolas, entonces creo que esto de la pandemia sirvió mucho para revalorizar y extrañar esos espacios. Fue difícil estar dos años sin los festivales, sin encontrarse con los amigos, porque la verdad que esos festivales te permiten todo, porque te juntas con amigos de otras provincias que en lo cotidiano por ahí no los ves, uno espera esas fechas. Creo que ahora se van a valorar mucho más esos espacios, porque se le da un valor extra después de todo esto que pasó, que la verdad fue muy lamentable.

-Fuiste el ganador que más tiempo pudo disfrutar el título, ¿Es algo que te han mencionado?  

-Si, la verdad que lo tomo con humor. Con Fabián Serna- último Campeón Nacional de Malambo- podemos decir que fuimos los dos que más tiempo mantuvimos los títulos. Dentro del humor podemos decir eso. Para mí es raro, pero bueno, está ahí, como un dato de color.

La actualidad del ambiente folklórico

-¿Qué es lo que más destacas del ambiente folklórico?  

Yo siempre destacó la variedad, el talento y la creatividad de los artistas, siempre se encuentran propuestas nuevas. La capacidad de avanzar y evolucionar de los artistas la verdad que es lo que más destacó. También el mantener viva nuestras raíces, nuestra cultura y lo que es la danza. 

 -Estuviste en el campeonato nacional de Malambo femenino, ¿Cómo ves ese movimiento que se generó, primero en lo social, y que luego se traspasó al ambiente folklórico?  

-En cuanto a lo social, la mujer hace muchos años que venía ganándose su espacio, que no debería ganárselo porque se lo deberían dar. Pero en cuanto a lo que es el Malambo, yo conozco chicas que desde el año 2006/2007 hacen malambo y que eran unas bestias en lo que hacían, y nunca tuvieron el lugar que se merecen. Ahora que veo que las nuevas generaciones tienen ese espacio, me pone muy contento. Yo me asombro del nivel de las bailarinas. Cómo le digo a mis alumnos, no se descuiden, porque las mujeres nos pasan, se han apropiado de tal forma del Malambo, que es un espectáculo verlas. Creo que todavía van a seguir evolucionando y avanzando, pero me pone muy contento que tengan ese espacio que se ganaron, que como te digo, en realidad se lo merecen, siempre lo tendrían que haber tenido. Pero en buena hora que llegó y estoy seguro que va llegar más gente, más propuestas. Yo las apoyo al cien por ciento. 

Su actualidad como malambista

-Actualmente ¿cuáles son tus proyectos en cuanto a tu faceta como profesor?  

-Actualmente tengo a mis alumnas del femenino. A mis hermanas, a mi novia, a mis alumnas y tengo las esperanzas depositadas en ellas. Después, en lo inmediato, tengo el Pre Laborde con mis alumnos del masculino, que espero que nos vaya bien. Estamos a full preparándonos para el Pre Laborde, para tratar de ganarnos un lugar para el próximo Laborde 2022.  

-Y en lo personal, enfocándonos en tu carrera, ¿cuáles son los proyectos?  

-Yo como malambista apunto obviamente a llegar a Laborde. Además, estoy en la lucha para tratar de recibirme de mi carrera. Pero tratar de ir ahora por el Laborde y recibirme, esas serían mis metas ahora. 

*Estudiantes del MediaLab, primer Laboratorio de Redacción para Medios Digitales. Se trata de un sistema experimental que consiste en el trabajo periodístico, de producción propia, que desarrollan alumnos del Taller de Redacción para Medios Digitales, correspondiente a la Tecnicatura de Periodismo Digital que se dicta en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

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