Advierten casos de trabajo infantil en el campo, el puerto y el basural de Mar del Plata

Foto: TELAM

 

Este domingo 12 de junio se conmemora el Día Mundial contra el trabajo infantil que tiene como lema “protección social universal para poner fin al trabajo infantil”. Se trata de todas aquellas actividades remuneradas o no, que realicen niños, niñas y adolescentes por debajo de la edad admitida y que impliquen algún perjuicio en su bienestar.

Portal Universidad dialogó con María Eugenia Labrunée, docente e investigadora del Grupo Estudio del Trabajo de la Facultad de Cs. Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata, participante del Consejo Local de niñez del partido de General Pueyrredon, sobre esta actividad, el crecimiento en los últimos años y la situación de Mar del Plata y el país.

Aunque la edad permitida en Argentina son los 16 años, muchas veces hemos leído que con la autorización de los padres pueden trabajar antes de esta edad. La docente explicó que “la legislación permite trabajar a chicos y chicas entre los 14 y 15 años, siempre y cuando sea en establecimientos dirigidos por sus padres. Además, tienen que pedir un permiso en la AFIP y en el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires”.

En el caso de los chicos entre 16 y 17 años, “pueden realizar algunas tareas. Pero todas estas actividades van a ser con una carga horaria acotada y dependiendo del tipo de tareas. Hay ciertas actividades consideradas peligrosas que no se pueden realizar hasta los 18“, detalló María Eugenia.

¿Qué sucede en Mar del Plata?

Si bien no hay un relevamiento local como la encuesta nacional, “la información que tenemos es más cualitativa. Al estar tan invisibilizada la situación del trabajo infantil es difícil hacer un relevamiento que capte realmente todas las situaciones”.

Igualmente, la investigadora destacó tres zonas de Mar del Plata donde pudieron obtener información y conocimiento de que existen situaciones de trabajo infantil. “Tenemos información acerca de lo que pasa en la agricultura; en la industria pesquera, específicamente en las covachas, donde muchas de las personas que han sido o son trabajadores infantiles suelen iniciar su actividad laboral para el mercado en esa industria“, afirmó.

Además, agregó que “relevamos e hicimos entrevistas con chicos y chicas del predio de disposición final de residuos y pudimos constatar que se han hecho algunos intentos desde el gobierno local para la erradicación de esas situaciones. Hay un equipo de servicio social que acompañan a las familias que están en el predio”.

Argentina

Por otro lado, el país sí cuenta con una encuesta a niños, niñas y adolescentes que se realiza desde el Observatorio de Trabajo Infantil y el Ministerio de Trabajo. El último relevamiento se hizo entre el 2016 y el 2017, por lo que no hay información actualizada de la situación.

Labrunée mencionó que “informaron que el 10% de niños y niñas entre 5 y 10 años trabajan, mientras que entre los 15 y 17 más del 30%. Generalmente hay una división de género bastante importante, los varones tienden a realizar tareas para el mercado y las mujeres dentro del hogar”.

“Las modalidades del trabajo infantil son el trabajo para el mercado, donde son empleados de distintas actividades por otras personas, de autoconsumo y domésticas que son intensas y están afectando el desarrollo o el cumplimiento de otros derechos“, afirmó.

Si bien estos datos ya llevan sus años, la investigadora destacó que durante la pandemia hubo un gran aumento del trabajo infantil. “Hay documentos de UNICEF que corroboran que con la pandemia, el hecho de no tener escolaridad, una mayor disponibilidad de tiempo y menores ingresos, muchos chicos y chicas se introdujeron al mercado del trabajo”.

“Está comprobado y también sucedió que aumentaron las situaciones de trabajo doméstico. Los nuevos arreglos familiares que implicó la pandemia, hizo que muchos chicos y chicas que antes no realizaban este tipo de tareas empezaran a hacerlas cuidando hermanos o adultos mayores”, planteó.

¿Cuál sería la mejor solución?

Labrunée explicó que “hay que generar opciones, sobre todo de cuidado, muchas de las situaciones que se advierten no son de trabajo infantil sino que son chicas y chicos que están en situaciones de riesgo porque se tienen que quedar solos en su hogar, hacerse responsables de sus hermanos y hermanas, de altos mayores, cocinarse, ir a la escuela solos. Tienen que realizar estas actividades porque sus padres y madres están en trabajos exigentes”.

La docente hizo referencia a una investigación que realizó para la Organización Internacional del Trabajo y detalló que “observamos que la familia no tiene visible otras opciones para que sus hijos e hijas aprendan valores, habilidades y consideran que el trabajo es este vehículo para aprender, cuando en realidad deberíamos ofrecer otras alternativas”.

“Hay que reconstruir o repensar cuál es la función del trabajo y qué esperamos de nuestros niños y niñas, qué esperan ellos, qué necesitan y quieren”, finalizó Labrunée.

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