Semana Mundial de la Lactancia: “Muchas negativas hacia la lactancia están causadas por mitos y desinformación”
Por disposición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), desde hace más de 30 años se celebra la Semana Mundial de la Lactancia. Esta iniciativa surgió en 1990 a raíz de la caída en las tasas de lactancia que se observaban en ese momento a nivel global, donde la práctica de amamantar se situaba por debajo del 40% de la población, con el avance de la leche de fórmula.
Para profundizar sobre este tema y reflexionar sobre la importancia y los beneficios de la lactancia, desde Portal Universidad hablamos con Josefina Brenes Bonilla, puericultora e integrante del programa integral de políticas de género que se encuentra a cargo de la sala de lactancia de la Universidad Nacional de Mar del Plata, que se puso en marcha en octubre del 2021 y que funciona en en el aulario de la ex biblioteca central en el Complejo Universitario.
En ese sentido, Bonilla explicó: “En lugar de hablar de beneficios, actualmente se habla más de los riesgos de no alimentar con leche humana, porque se entiende que la leche humana es el alimento óptimo para la especie humana. Está exactamente diseñada para las necesidades de los niños y niñas, que se consideran lactantes hasta el primer año de vida y se recomienda la práctica, como mínimo, hasta que cumplan los dos años”.
“En cuanto a los beneficios sabemos que es un tejido vivo, porque es una leche que cambia constantemente. No es lo mismo la leche de los primeros días, que es llamada calostro, que la leche que va pasando a los 6 meses, al año o a los 4 años. La leche se adapta a las necesidades y requerimientos que tiene el niño o la niña en cada momento. Incluso durante el día, no es lo mismo la leche a la mañana que a la noche, tiene diferente composición y calidad para ayudar tanto a lo que es la motricidad como al poder conciliar el sueño, transmite anticuerpos, protege contra diversas enfermedades, tiene un nivel de protección a largo plazo. Asimismo, en la adultez previene la diabetes, enfermedades respiratorias e incluso para la persona que amamanta también tiene un montón de beneficios como la baja en las tasas de infartos de miocardio, y la baja en las tasas de osteoporosis”, agregó.
La puericultora se refirió también a las dificultades con las que se encuentran las personas que amamantan a sus bebés al estar inmersas en un sistema económico y laboral que no promueve ni sostiene los espacios adecuados para la lactancia. En ese sentido expresó que “Los espacios son pocos. En Argentina el Ministerio de Salud avala que lo necesario es la lactancia hasta los 6 meses y continúa hasta los 2 años con la alimentación complementaria. Sin embargo, las licencias laborales son solamente de 90 días. La mayoría de las personas que amamantan se incorporan al trabajo cuando sus bebés tienen 2 meses y si están en pareja, sus acompañantes a los 2 o 15 días dependiendo las paritarias de cada lugar. En la mayoría de los lugares no hay espacios de lactancia, terminan las personas sacándose la leche en baños, en oficinas, sin tener lugar donde conservarla”. Asimismo, agregó que “la tasa más alta de destete es por falta de información al inicio de la lactancia y la segunda es la reincorporación a los puestos de trabajo”.
Por otro lado, Bonilla destacó la importancia de aclarar que si bien se recomienda la leche materna como la mejor opción para el bebé y se debe extender por un plazo mínimo de 2 años, es fundamental respetar el deseo de todas las personas adultas en su capacidad de decidir. “Lo primordial es informar cuales son los beneficios o contraindicaciones de alimentar con leche humana o no, o con fórmula. Muchas negativas hacia la lactancia están causadas por mitos y desinformación que se transmiten, incluso desde los servicios de salud, porque a ciencia cierta, no todo el personal de salud está capacitado para acompañar la lactancia”, explicó.
En ese mismo sentido, expresó que “Hay también motivos totalmente válidos para decidir amamantar o no, pero básicamente es necesario brindar información adecuada para que cada uno pueda elegir y saber que lo que se elige no es lo mismo. Es necesario que existan las leches de fórmula cuando no hay posibilidad de amamantar, como plan b, pero si la decisión no está debidamente fundada o se toma de forma precipitada, es importante conocer las consecuencias. Se pierden un montón de beneficios, tanto para los bebés como para las personas que amamantan”.
En la misma línea, consultada sobre cuáles son los mitos o las informaciones falsas que atentan de forma más frecuente contra el deseo de amamantar, Bonilla explicó que “los principales mitos aparecen al inicio de la lactancia y tienen que ver con el dolor o el temor a lastimarse. Se sostiene que los pezones se acostumbran y eventualmente dejan de doler cuando en esos casos lo que falta es información sobre el procedimiento adecuado para hacerlo sin dolor. Amamantar con un bebe mal prendido va a generar mucho dolor y hace que la persona que amamanta no quiera hacerlo, además baja la producción, porque para que la leche salga se necesita estar sin dolor para generar oxitocina. Todo eso contrarresta y muchos abandonan la lactancia porque al sentir dolor no lo soportan, afecta la producción y eso hace que los bebés no suban de peso. Allí se introduce la leche de fórmula”.
“Otra de las cuestiones es un mito transgeneracional de las familias, donde se sostiene que no se amamanta porque en la familia no hay leche de calidad y hace generaciones que no se lleva adelante la práctica. La verdad es que son muy pocas las personas que realmente no pueden amamantar por una cuestión física, biológica o alguna patología. Son menos del 10% pero muchos, al no tener esta información, no llevan adelante la lactancia”, dijo.
Sala de Lactancia de la UNMdP
Josefina Brenes Bonilla se encuentra a cargo de la Sala de Lactancia que funciona en el complejo universitario de la UNMdP, ubicado en Funes 3350. Con relación a su funcionamiento expresó: “La sala está de lunes a viernes en el horario de 10 a 16hs en el aulario Cumb y nos manejamos con turnos, porque la capacidad de la sala es para que la puedan usar de a dos personas a la vez. Hay un formulario para llenar y solicitar turno, para ir a extraerse leche, guardarla en la heladera que está allí y se puede conservar ahí durante la jornada de estudio o trabajo. La sala no solo es para el personal universitario sino también para todas las personas que estudian y toda la comunidad universitaria. Pueden ir a amamantar también, aunque es importante aclarar que no es obligación amamantar en la sala, pueden amamantar en cualquier espacio de la universidad”.
“Otra de las posibilidades que ofrece la sala, y que la diferencia de otras salas, es que tienen la posibilidad de hacer consultas de lactancia con una puericultora. Consultas relacionadas con el embarazo en todo lo que refiere a la preparación prenatal para la lactancia hasta el destete y pasando por todas las dificultades que puedan surgir. También contamos con sacaleches manuales y recipientes, por si alguien no tiene acceso a ello, o lo olvidó. La recomendación es que cada persona lleve el propio, porque si bien tenemos esterilizador, es mejor que cada uno tenga el propio por cuestiones de cuidado e higiene”, agregó.
Finalmente, Bonilla invitó a las personas interesadas a consultar las redes sociales del Programa de Género. “Vamos a compartir información toda la semana y durante todo el mes haremos jornadas que tengan que ver con la lactancia. El 24 de agosto va a ser la jornada “Lactancia como derecho”, donde habrá una muestra fotográfica de lactancia en espacio público y unos conversatorios sobre la lactancia y corresponsabilidad y soberanía alimentaria”. Asimismo, destacó que en las redes se podrá encontrar el link al formulario para los turnos de la Sala de Lactancia o también vía mail a generounmdp@gmail.com .