Una mirada desde la bioética al trasplante de animales a humanos: “Estamos ejerciendo la tiranía sobre las demás especies”

 

La delgada línea entre lo que está bien y lo que no, lo que debe hacerse y lo que no es aceptable. En la medicina, como en otras disciplinas, la ética juega un rol importante entre lo que puede ser positivo y lo que no para la sociedad.

La bioética se encarga de minimizar los impactos que la ciencia y la tecnología generan en la naturaleza, y el avance de los nuevos conocimientos traen nuevos dilemas que deben ser resueltos. Portal Universidad dialogó con Susana La Rocca, Magíster en Epistemología y Metodología de la Ciencia, Coordinadora del Programa de Bioética de la UNMDP y miembro de la Red de Bioética del Sur Bonaerense, sobre cómo funciona la ética en el trasplante de animales a humanos.

La especialista declaró que “la bioética trata de dirimir aquellos dilemas éticos que se originan en el uso de la ciencia y la tecnología, que siempre han estado pero en los últimos 200 años se han agigantado”.

“Acuerda determinados principios éticos que permitan hacer el análisis de la situación y elegir el mal menor”, afirmó.

¿Cómo funciona la ética en los trasplantes?

Según la Coordinadora del Programa de Bioética, “el trasplante constituye una de las fantasías que ha acompañado todo el desarrollo de la ciencia y particularmente de la medicina”.

“El poder cambiar y reparar órganos como si fueran máquinas, sacar lo que no sirve y reemplazando. Se ha concretado a partir de la segunda mitad del siglo pasado y ahora ha adquirido esta característica diferencial respecto a los animales”, expresó.

La Rocca explicó que hay una clara diferencia entre el trasplante de animales a humanos que entre personas, que es la autonomía. “El humano que dona es cercenado de un bien, y también el que recibe tiene su absoluta autonomía de decir sí quiero que esto suceda”

Además, mencionó que “cuando son trasplantes de personas vivas, se da de manera muy protocolar donde la autonomía de los dos actores debe ser sumamente cuidada. El problema es mayor cuando el donante es un “muerto”, porque en realidad ¿está tan muerto el que dona? “

“Para realizar trasplantes ha cambiado el concepto de muerte, antes alguien que moría tenía que tener un paro cardiorrespiratorio, ahora tiene que tener muerte cerebral. Porque es la manera de ablacionar los órganos con mayor éxito”, dijo.

Los trasplantes de animales a humanos

En febrero, en Estados Unidos se realizó el primer trasplante de corazón de un cerdo modificado genéticamente a una persona. Esta práctica llegó a Argentina, donde un grupo de investigadores están intentando manipular genéticamente al modelo porcino para poder realizar esta operación.

Frente a este hecho, La Rocca afirmó que “la persona tiene que estar gravísima y además tiene que estar consciente realmente de este experimento por el que va a pasar y que es de altísimo riesgo. Alguien que está teniendo que optar entre morir ya o morir dentro de un tiempo, ¿la decisión es totalmente autónoma? esa persona está muy vulnerada”. 

Si bien se conoce que el hombre al cuál le hicieron el trasplante estaba consciente de ello y conocía la gravedad, la especialista detalló que “podemos pensar que la autonomía estaba más o menos ejercida por la desesperación. En este caso, el señor murió dos meses después por una infección de un virus porcino que estaba en su corazón trasplantado, y no pudieron prever los científicos”.

Para poder llevar a cabo la operación, el órgano del cerdo tuvo que someterse a una serie de modificaciones genéticas que viabilicen la posibilidad de aceptación e impidan el rechazo del órgano. “El hecho de haber durado dos meses para la ciencia es un gran avance, pero para el señor ninguna”, declaró.

Ante esto, señaló otra problemática, “estamos modificando la especie. Si este señor hubiese vivido y desarrollado un virus porcino y contagiado a sus allegados, ¿tendríamos otros Covid-19 llamado de otra manera?

Si este señor hubiese vivido y desarrollado un virus porcino y contagiado a sus allegados, ¿tendríamos otros Covid-19 llamado de otra manera?

“Hay un precepto bioético que dice lo que es científicamente posible es moralmente discutible. No podemos ser utilizados como conejillos de indias para que la ciencia progrese simplemente, hay que tener ciertos resguardos”, destacó. 

Si bien se ha comentado la importancia de la autonomía, ¿qué sucede con el derecho de los animales?Estamos en un momento positivo, de respeto  por todos los seres vivientes, animales, vegetales, el medio ambiente, entonces ¿quién defiende a los animales?”, mencionó.

Ante esto detalló que “no tienen autonomía a tal punto que nos los comemos, pero la instrumentación casi perversa es transformar a un animal en beneficio del otro. Habría que considerarlo, porque es un sistema en el que modificas una variable y no sabes que se puede disparar, y ese es otro tema de riesgos y beneficios. Qué costos y qué beneficios obtenemos de hacer un trasplante de un órgano animal”.

“La ciencia en el afán por lograr conocimiento, a veces no entiende que hay una regulación ética que es absolutamente necesaria para lograr que la ciencia sea humana”, destacó.

 ¿Qué es más éticamente aceptable el trasplante con humanos o animales?

Frente a esta pregunta, la magister en epistemología afirmó que “es con humanos, porque hasta donde sabemos el que dona ha tomado esa decisión, hoy está la ley del donante presunto y todos somos donantes si no decimos lo contrario. Pero los animales no pueden decidir, estamos ejerciendo la tiranía de especie sobre especie”.

Por último sostuvo que “no tengo ninguna duda de que sería mejor si se redujese al hecho de humanos entre humanos, porque entonces no habría modificación de especie y se daría el ejercicio de la autonomía. Es un precio muy elevado, manipular la naturaleza en beneficio nuestro”.

Es un precio muy elevado, manipular la naturaleza en beneficio nuestro

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