Edificios en la primera línea costera: “Para hacerlos hubo que dar la excepción de no cumplir con una normativa”

 

Es habitual para los marplatenses y turistas que acuden a las playas de la ciudad encontrarse con una situación que limita su disfrute en estos espacios. La sombra de los edificios que crece sobre la arena conforme avanza la tarde, hace que hasta compartir unos mates se convierta en una actividad poco placentera. Si bien la postal de Mar del Plata está constituida por edificios a lo largo de su costa, existe un código que regula la construcción de los mismos, que tiene como propósito evitar que suceda esto. Sin embargo, este ordenamiento no siempre se respeta.

El Código de Ordenamiento Territorial, cuenta con una limitación a que se provoquen conos de sombra, que tiene como objetivo garantizar el desenvolvimiento adecuado de las actividades de paseo panorámico o recreación al aire libre en zonas de playas y de esparcimiento. Además, otro instrumento que regula la construcción de la ciudad es el Reglamento General de Construcción.

Pero, ¿qué sucede con los edificios que sobrepasan este ordenamiento? Portal Universidad dialogó con Eugenio Fernández, Arquitecto y docente de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNMDP, quien explicó que “el tema de la altura no es un problema que se da por igual en toda la ciudad. No es lo mismo construir en un barrio de baja densidad que en barrios o sitios de alta densidad”.

En estos lugares donde se da una alta densidad, “empieza a aparecer un problema de altura. Porque los planos límites también crecen, eso sucede en las áreas centrales de la ciudad o el área costera”, afirmó.

“El área costera en determinados momentos tuvo una limitación mayor en la altura, básicamente provocada por el problema de los conos de sombra. Hay sectores de nuestra costa que los edificios arrojan sombra directa sobre áreas públicas y playas”, destacó.

Por lo tanto,  mencionó que “hace mucho tiempo hay una normativa que justamente obliga a los interesados, en este caso a los constructores y arquitectos, a presentar un estudio de cono de sombra. La regulación existe para que supuestamente no haya ningún inconveniente o que los inconvenientes sean mitigados por este principio”. 

La regulación existe para que supuestamente no haya ningún inconveniente o que los inconvenientes sean mitigados por este principio

Aunque exista este código de ordenamiento territorial, muchos edificios construidos frente a nuestra costa sobrepasan el límite permitido de altura. Frente a esto, expresó que “ahí aparece otro problema que son las circunstancias en las que a veces se permiten o se han permitido que las construcciones igualmente incumplan esta normativa por determinadas situaciones singulares”.

“Donde se han logrado permisos a través de excepciones que dieron por lugar la existencia de estos edificios, sino no deberían estar. Para poder hacerlos hubo que dar la excepción de no cumplir con una normativa, que cumple el resto de cualquier mortal”, destacó Fernández. 

El docente hizo referencia a lo sucedido en el “Bristol Center”, con respecto a que se aprobó en condiciones polémicas por la suspensión de normativas, y afirmó que “tenemos un objeto sumamente inacabado y que era un artefacto. Tres torres enormes que arrojaban una suma importante, eso quedó inconcluso pero es uno de esos casos donde se suspendió la normativa y se aprobó”.

Del mismo modo, declaró que “no es homogénea la cuestión de las excepciones. Hay algunas que pueden tener alguna racionalidad por algún motivo, el asunto es cuando las excepciones toman una magnitud que no solo ponen en peligro las cuestiones de la sombra sino otras, cómo que rompe las características históricas de un barrio”.

“Es cierto que vamos a encontrar construcciones altas que no arrojan sombras, porque la orientación de nuestra costa es muy diversa y hay lugares donde eso no sucede”, afirmó.

Si bien declaró que “hay algunos casos de debate público, que todo el mundo conoce, donde esas excepciones tuvieron algún trámite que incluso exceden lo que habitualmente conocíamos”.

Para el docente, “la altura no necesariamente debería ser un problema. Sí es un problema evidentemente la recurrencia infinita de la altura y especialmente en el área costera”.

Sí es un problema evidentemente la recurrencia infinita de la altura y especialmente en el área costera

“Nuestro formato de parcelamiento, de relación entre la tierra y la ciudad, es un problema y entendemos que evidentemente el que quiere construir lo quiere hacer en el mejor lugar. Ahora tenemos que encontrar el equilibrio, hay que seguir estudiando, porque los problemas empiezan a ser más serios a medida que la ciudad sigue creciendo”, señaló Fernández.

Por último, planteó que “Mar del Plata tiene un desafío muy grande en su ordenamiento general. Estos vaivenes que hemos tenido en términos de planificación no son lógicos, la ciudad tiene que tener una acción permanente de debate y de gestión sobre su crecimiento, su transformación, sobre cómo recuperamos determinados lugares de la ciudad y hacemos que nuestros ciudadanos puedan vivirla de la mejor manera”.

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