Constitución: auge, ocaso y reconversión de la avenida del ruido
El repiqueteo de los martillos neumáticos sobre las paredes, los motores de las topadoras y el sonido de los muros que caen y se desintegran bajo sus orugas han reemplazado, en las últimas décadas, al rítmico retumbar de los graves en los parlantes de los bailables de la Avenida Constitución.
El cambio fue gradual, pero no por ello menos impactante y supuso una profunda transformación de un espacio que, durante más de 50 años, supo ser identificado como “La avenida del ruido”. Desde principios de la década del ‘40, miles de marplatenses y turistas transformaron este espacio en el epicentro de la vida social nocturna, dando lugar a un fenómeno único en la región.
A lo largo de las 35 cuadras que tiene la avenida funcionaron más de 20 locales de forma simultánea, en una diversa variedad de discotecas, bares y boliches, que instalaron a Mar del Plata como el destino privilegiado del turismo interno. Esto fue determinante a la hora de catapultar a la ciudad hacia el boom turístico sin precedentes de la década de los ‘80, donde vivió su época de mayor esplendor.
Entre los exponentes de aquel exitoso negocio se puede mencionar a Chocolate, Sunset, Entreprise, El Castillo, Xanadú y Sobremonte. Hoy en día, ninguno de ellos sigue en pie y sus demoliciones han dado paso a distintos emprendimientos inmobiliarios y comerciales que buscan imponer un nuevo perfil sobre esta importante arteria de la ciudad.
Para profundizar sobre esta etapa de la historia marplatense, desde Portal Universidad nos pusimos en contacto con Jorge González, Arquitecto y Docente de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNMDP.
“La geolocalización o el cambio de uso de la Av. Constitución actualmente obedece a una serie de factores. Primero tiene que ver el origen, con la incorporación en la década del 60 de la juventud al ciclo de consumo de la ciudad”, expresó. A lo que agregó que “en su momento de apogeo pensada como la meca del turismo en Argentina, asociar a Mar del Plata con el turismo veraniego, la playa y a partir de la década del 60 la noche, tuvo que ver mucho con la aparición del fenómeno de la juventud como parte del consumo”.
Además, el arquitecto hizo mención de la aparición de fenómenos como la música rock, “la década del 60 también es signada por las magnificaciones sociales, los movimientos culturales liderados en la Argentina en su momento por el Instituto Di Tella, y toda la aparición en Estados Unidos de movimientos relacionados con la guerra de Vietnam, la búsqueda de la paz, el flower power, etc”.
Dentro de este contexto, “aparecía Constitución como el lugar indicado para este escenario, porque era un poco una zona suburbana de Mar del Plata, estaba en los bordes de la ciudad y coincide con una calle de acceso”, comentó.
“Mar del Plata hizo su desarrollo a partir de la década del 60, fuertemente la hizo en los 80 y gran parte de los 90. En los barrios Caisamar, Parque Luro, Constitución, el barrio Estrada. Todo ese sector de la ciudad se dió como la primera ocupación del ensanche de la ciudad”, especificó.
De esta forma, la ciudad comienza a crecer hacia el norte. “Uno de los primeros locales bailables o el más conocido fue Sobremonte, era una construcción de la década del 40 y no era otra cosa más que una quinta arbolada. Esa disposición de terrenos generó la aparición de esos locales bailables, que en un principio fueron conocidos con su nombre francés Boîte, que significa caja”.
“Era como una caja porque no tenían ventanas y estaban todos pensados hacia el interior, eran superficies que llegaban como mucho a los mil metros cuadrados. Estaban dedicadas al ocio y la recreación nocturna. Pero a fines de la década del 90, el modelo fue mutando hacia el formato de discotecas”, destacó González.
El docente detalló que “la discoteca trajo una superficie de ocupación mayor, arriba de los mil metros. Entre las primeras tenemos que nombrar a Chocolate, que en fines de los 80 y los 90 aparece en las grandes superficies con destino al ocio y la recreación”. A lo que agregó que esto, “trajo aparejado consecuentemente el aumento de la densidad de la ciudad”.
Estas grandes superficies que desencadenaron en las grandes discotecas, “trajeron la masividad. Donde antes entraban 200 personas por cada una de los espacios, en la discoteca la referencia es que eran por lo menos 2 mil o 3 mil personas que concurren por noche a esos lugares”.
Donde antes entraban 200 personas por cada una de los espacios, en la discoteca la referencia es que eran por lo menos 2 mil o 3 mil personas que concurrían por noche a esos lugares
Realizando un análisis cronológico, González señaló que “es importante detenernos en fines de la década del 90 y el 2000. La masividad que concurría a las discotecas, interfirió con el aumento de densidad de los barrios. Donde antes había mayor cantidad de locales, en poco tiempo se fueron reduciendo esas superficies que quedaron vacantes”.
“En muchos casos, esas superficies vacantes de menor dimensión han sido ocupadas por otros destinos comerciales y de servicios de apoyo al modo de vida residencial”, dijo.
Una de las problemáticas que comenzaba a surgir en ese tiempo, era que “las grandes superficies generaban esa masividad y entraba en conflicto con el uso residencial, porque la cantidad de autos que llevaban se divulgaban en el espacio de la Av. Constitución y se internaban dentro de las cuadras de los barrios residenciales. Entró en conflicto toda esa problemática”.
Las grandes superficies generaban esa masividad y entraba en conflicto con el uso residencial
Por lo tanto, “estos fenómenos, que ya tenían 40 años de desarrollo en la ciudad, se vieron afectados por un cambio de hábito que fue la aparición de otros centros de ocio y recreación alternativo”, explicó González.
Específicamente este hecho ocurrió con la expansión de Alem como centro de nocturnidad. “Se daba en otro formato ya no de grandes discos, sino en locales que pasaron a ser bares bailables. Ese cambio de hábitos también forzó la vacancia y prácticamente una partida de defunción a las pequeñas superficies que pasaron a tener otros usos”.
De las discotecas a la gastronomía
Este cambio urbanístico y poblacional dio la necesidad de abastecer a la población que ya no iba al centro de la ciudad a buscar una farmacia u otra oferta gastronómica. “Lo que sea la discoteca o un bar que pasa a ser los restaurant, y creo que el único uso que se mantuvo constante es el de los restaurant, sobre todo las parrillas”.
El docente hizo hincapié en una doble interpretación: “tenemos una ocupación en superficies más pequeñas, en locales comerciales y de servicios. Las grandes superficies entraron en crisis a mediados del 2000, que ya hoy no existe ese formato, y en esa vacancia de ocupación han aparecido otros elementos, en Chocolate se está planteando un edificio y donde estaba Sobremonte un centro comercial con una estación de servicio”.
“Estos fenómenos no obedecen a una sola causa, son varias. Tiene que ver con los cambios de hábito, tanto el residente como el turista van mutando a través del tiempo y van generando nuevos hábitos que terminan de definir la ciudad”, finalizó González.
Buenos dias, por favor me pueden indicas en que esquina de la Av.Constitucion funcionaba una fabrica de alcohol a principios de los sesenta. Desde muchas gracias por su respuesta, Arq. Guillermo Labat