Divorcio: ”No hay que subestimar la capacidad de comprensión de los niños”

 

El fin de las relaciones de parejas entre padres genera problemáticas complejas que afectan el desarrollo de los hijos. Pasar por un proceso en el cual se desvincula ese matrimonio genera en los más chicos con nuevos hábitos y rutinas que deben ser adaptadas a la nueva situación familiar. Si bien se puede disolver el vínculo marital, el vínculo parental es indisoluble.

Si bien cada caso es específico, no en todos se da una buena relación entre los padres y esto complica a los niños. Portal Universidad se comunicó con Virginia Ocampo, Licenciada en Psicología y Coordinadora de la comisión de niñeces, para dialogar sobre el divorcio, cómo este afecta a los más chicos y qué se puede hacer para aliviar la situación.

La especialista explicó que “cuando hay una ruptura de este compromiso que se genera en la construcción de una familia, e inicia un camino donde hay un quiebre en la pareja conyugal, pero debe continuar la parentalidad”.

Esta ruptura en la pareja, “implica un proceso de reconfiguración de la familia donde deben atravesar por distintos desafíos emocionales, como requisitos legales en ese divorcio. La pareja marital se separa pero la pareja parental tiene que continuar unida para cumplir sus funciones necesarias hasta que se logra la autonomía de los hijos. Cuidar, proteger, educar y asegurar un desarrollo suficientemente sano”, expresó.

Cuidar, proteger, educar y asegurar un desarrollo suficientemente sano

De la mano con esto se generan distintos cambios que tienen que atravesar los adultos y los niños, “la vida cotidiana se ve modificada de manera impactante a partir de la ruptura, los chicos deben acostumbrarse a tener una relación alternativa y no acceder inmediatamente a ambos padres”, afirmó.

“Hay un cambio en esa rutina que antes era de todos los días, pasa a tener dos casas, días separados, actividades donde cada uno se ocupa de los hijos, y esto implica un gran esfuerzo de adaptación para los chicos”, destacó la psicóloga.

¿Cómo ayudar a que los cambios no sean traumáticos?

La especialista hizo referencia a las separaciones que traen complicaciones en los más chicos y comentó que “es una situación muy crítica, inicialmente van a haber emociones que tienen que ver con el enojo, la frustración, el miedo y la inseguridad tanto en adultos cómo en niños. Esas emociones si se encausan en los adultos va a repercutir en que los niños puedan ir encausando sus propias emociones”.

“Primero es necesario que los adultos encaucen sus emociones y reconstruyan su propia vida para poder generar rutinas nuevas en los chicos”, señaló.

En muchas ocasiones, se dilata la decisión de la separación o el divorcio con tal de sostener la familia, pensando en los hijos, a lo que explicó que “es una línea bastante delicada y particular de cada familia, del recorrido que cada una vaya haciendo. Es importante tomar estas decisiones cuando hay un conflicto instalado y es transparente para todos los integrantes de la familia, si los niños lo están vivenciando es necesario tomar una medida, como separarse y darle a los chicos ese lugar que les corresponde de calma”.

Ocampo hizo hincapié a lo que sucede cuándo un padre desautoriza a otro y afirmó que “es muy pernicioso para los chicos cuando el conflicto se da visiblemente, donde aparece este enojo, frustración, inseguridad, si las emociones son transparentes haces partícipes a los chicos de este conflicto”. 

“Cuando se toma esta decisión de realizar una separación, es de los adultos y los chicos lo viven pasivamente y así tiene que ser. No tienen que subestimar la capacidad de comprensión de los niños, hay que comunicar a tiempo, es importante bajar información bien clara acorde a la edad de los chicos”, destacó la psicóloga.

No tienen que subestimar la capacidad de comprensión de los niños, hay que comunicar a tiempo, es importante bajar información bien clara acorde a la edad de los chicos

La especialista indicó que “hay información que es más del mundo de los adultos, si las razones son económicas, si hay otra persona, etcétera, esas cosas que pertenecen al mundo de los adultos no tienen que ser información para los chicos”.

Para una mejor adaptación, Ocampo recomendó que “es importante que esa nueva vida que se construye la hagan los adultos y empiecen a normalizarse después de este momento inicial de mucha crisis. Dar lugar a ciertos acuerdos y naturalidad en esa construcción, es importante ir anticipándoles qué es lo que se va hacer, cómo va a ser esta organización, poder hacer almanaques visibles, dar información concreta, qué días van a una casa y qué días van a otra, qué actividades harán con cada uno de los papas. Darles un marco de anticipación y calma a estas situaciones es lo que los ayuda a adaptarse y acomodarse a esta situación que les toca vivir”.

¿El cambio cómo afecta a los niños?

Actualmente la separación es algo que se ha naturalizado, la psicóloga afirmó que “ahora es más fácil adaptarse, ir a la escuela y decir mis papas se separaron y que haya otros compañeros que hayan atravesado esa situación los ayuda a naturalizarlo. No es como en otras épocas que era algo extraño, raro o patológico”.

La importancia de poder compartir lo que van sintiendo es uno de los factores más importantes para los más chicos, “hablar de sus vivencias en el día a día, en el construir esta nueva vida. Por ejemplo si en la escuela, que es uno de los ámbitos principales para los chicos, pueden compartir lo que están vivenciando va a ayudar a que atraviesen el proceso de mejor manera, es importante que la familia cuente en la escuela la situación para que los docentes y el equipo pueda estar acompañando el proceso que atraviesan ese niño o esa niña”, finalizó.

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