Plataformas digitales de transporte: “Hay que regularizarlas para que paguen lo que corresponde en el sistema tributario argentino”

Foto: Las plataformas digitales ganan cada vez más terreno frente a los taxistas convencionales. Fuente: Télam.

 

Las plataformas digitales de transporte que llegaron a Mar del Plata comenzaron, en los últimos días, a desplegar estrategias para captar choferes dispuestos a trabajar bajo su órbita. Una de estas estrategias consiste en no cobrar a los conductores las comisiones correspondientes durante los primeros meses de trabajo.

Para saber si estas estrategias constituyen una competencia desleal y conocer con mayor detalle los efectos y consecuencias de estas prácticas, desde Portal Universidad nos pusimos en contacto con el docente y economista Ricardo Panza.

Cuando se habla de estrategias de competencia desleal, una de las primeras prácticas que aparecen es el “dumping”, para aclarar en qué consiste el dumping Panza explicó: “es una palabra acuñada en el idioma anglosajón para describir una práctica de comercio internacional. Imaginemos que el trigo tuviera un precio imaginario de 100 dólares la tonelada en un mercado determinado. Si yo decidiera ingresar con la venta de ese trigo en otro mercado distinto podría utilizar como táctica de penetración vender mi trigo a 80 dólares, aun sabiendo que voy a pérdida, pero con la clara intención de adueñarme de ese mercado. Una vez que me adueñé, vuelvo a poner los precios al valor original de 100 o incluso puedo controlar ese valor y subirlo más. Es una práctica anticompetitiva porque pretende de alguna manera vender a pérdida en un mercado con la finalidad de capturar una masa de clientes, un área geográfica o un segmento de mercado”.

Fuente: Télam.

Sin embargo, Panza dijo no estar seguro de que la estrategia utilizada por las plataformas de transporte se enmarque dentro de la figura del dumping. Sobre este aspecto dijo: “En todo caso se podría hacer una asociación indirecta. El dumping significa que, quien de alguna manera de forma transitoria es el cliente, de algún modo se beneficia. En este caso, yo no estaría viendo que los usuarios paguen esos viajes más baratos. El dumping está orientado a capturar oferta, a capturar choferes por así decirlo. Es posible que sea una práctica competitiva desleal pero ahí puede abrirse a debate. Por ejemplo, en las cadenas de hamburguesas internacionales, es usual que para poder ampliar su red de sucursales contraten personal y el primer sueldo lo paguen doble. En este caso, parece más una estrategia para captar trabajadores y no tiene efecto sobre el bolsillo de los consumidores”.

“Distinto es el caso de los servicios de telefonía por ejemplo, donde vos pagás por ejemplo 10 mil pesos y los clientes nuevos que acceden al servicio pagan 3 mil. En ese caso, el servicio probablemente vale más de 3 mil pesos y los que pagan 10 mil están sosteniendo esa estructura pagando más y sin recibir nada a cambio. No tiene ningún valor para ellos ser clientes antiguos. Éstas prácticas se enmarcan en un competencia que está al borde de la deslealtades para con los clientes, pero no estoy convencido de que esta oferta especial que le hagan a los choferes sea desleal, porque no repercute en el precio del servicio para el usuario”, agregó.

El dumping es una práctica anticompetitiva porque pretende de alguna manera vender a pérdida en un mercado con la finalidad de capturar una masa de clientes, un área geográfica o un segmento de mercado.

Sin embargo, en algunos casos hay aplicaciones que ofrecen al cliente los primeros 5 viajes gratis y luego comienzan a cobrar. Consultado respecto de esta estrategia Panza expresó: “En ese caso sí sería dumping porque repercute en un precio diferencial para el usuario.  Para contraatacar estos esquemas, los países afectados suelen armar una tabla de aranceles móviles, la elevación de aranceles bajo la forma de la protección es el mecanismo típico por el cual los países se protegen de estas prácticas, Estados Unidos directamente prohibió la entrada de limones argentinos, por ejemplo. Es una práctica más que habitual y no estamos exentos de hacerla ni de sufrirla como país, se utiliza prácticamente en todo el mundo. Llevándolo al terreno local con las aplicaciones de transporte, al taxista le cobran por tener una habilitación, le exigen un mantenimiento, una licencia y una serie de requisitos. Por otro lado, a quienes se ponen al amparo de una compañía que vende el servicio más barato y regala por un tiempo viajes no. Ahí tenés una situación de competencia desleal”.

El Estado debe intervenir

Consultado sobre la actitud que tendría que tener el Estado frente a estas situaciones, Panza dijo: “Ante esta situación el Estado tiene que reaccionar rápidamente y establecer medidas de protección. Esto se puede hacer aplicando un arancel diferencial o especial a estas empresas, con un diseño cuidado de la herramienta para que no sea tan desventajoso para el taxista. También podrían bajar los impuestos a los taxistas, liberar el otorgamiento de licencias”.

El Estado tiene que reaccionar rápidamente y establecer medidas de protección.

“Se tiene que dar un cambio de régimen fiscal. Pasa con muchas empresas extranjeras que ofrecen en el país. El gobierno tiene que ponerse a analizar el régimen de pertenencia de estas empresas. Las empresas se van a quedar igual porque el negocio es grande y sigue existiendo. Es el Estado el que tiene la responsabilidad de poner en regla estas empresas y en cuanto no se adecuen al sistema tributario de Argentina tiene que sancionarlas. Lo que pasa aquí es que el Estado no reacciona tan rápido como el mercado y estamos asistiendo a una etapa previa con cierto descontrol. A estas empresas no hay que combatirlas, hay que controlarlas, regularizarlas para que paguen lo que corresponde en el sistema tributario argentino”, afirmó.

La estrategia de los taxistas fue contraproducente

Foto: Protesta de taxistas en la ciudad de Mar del Plata. Fuente: Ariel Perissinotti.

Por otro lado, Panza se refirió a la postura combativa que se ejerció desde los distintos gremios de taxis frente a las plataformas digitales y dijo: “En un principio el Estado estuvo abiertamente defendiendo al sistema de taxis y después, como consecuencia de una actitud poco inteligente del gremio de taxistas, que empezaron a restringir la oferta y a limitar los servicios nocturnos, el Estado cambió de opinión. No había taxis ni los días de semana, no querían usar GPS, ahí es cuando el Estado decide, abrir juego y que la competencia determine cuánto tiene que valer un viaje”.

“A mí me parece que la actitud no ha sido inteligente frente a un hecho que  es inevitable, porque no se van a poder frenar las plataformas. La actitud de los taxistas convencionales, haciendo paros para llamar la atención, lo único que logró fue estimular que quien necesitara un transporte en esos días se animara a probar el servicio alternativo. Ellos mismos provocaron el daño que intentaban evitar”, concluyó.

 

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