Taza, taza: Cuánto cuesta divorciarse en Mar del Plata

 

Por Mariano Pirruccio*

A pesar de que en la actualidad la unión matrimonial suele estar muy cuestionada para una gran franja etaria de la sociedad, para otros representa un paso que se debe dar en la vida amorosa en alguna vez.

En los últimos años, el aumento de las nupcias da cuenta de ello. Por el contrario, poco se habla del momento en el cual una pareja decide poner punto final a esa unión civil y, mucho menos, de todo lo que este trámite conlleva.

Según las últimas cifras divulgadas por el Registro Provincial de las Personas en el marco de la conmemoración del 35° aniversario de la Ley De Divorcio Vincular, hasta junio de este año, más de 9.486 parejas se divorciaron en nuestro país. De esa cifra, un 6% (627 parejas) corresponde a Gral. Pueyrredón. De manera llamativa, durante este periodo se labraron 1124 uniones civiles en todo el distrito.

Foto: En los últimos 10 años en Buenos Aires se realizaron 162.183 divorcios. En 2021 se registró el doble de divorcios que el año anterior.

Si bien este trámite en la actualidad tiene una relativa rapidez y facilidad, no siempre fue así, ya que en el pasado, en el caso de no ser acordado, la persona que solicitaba la disolución del vínculo estaba obligada a comprobar la culpabilidad del cónyuge por la disolución del acuerdo matrimonial, lo que llevaba en algunos casos a verdaderas guerras legales, en las cuales se ventilaban públicamente la intimidad de las personas.

Toda una lucha

La primera vez que se sancionó la norma que permitió el divorcio vincular en nuestro país, fue en 1987 bajo la Ley 23.515 promulgada durante el gobierno de Raúl Alfonsín. Antes de esto, una persona se podía divorciar, pero no de manera vincular, es decir, las personas no volvían a tener aptitud nupcial y por ende no podían volver a casarse.

Con la nueva ley, para concretar la disolución del matrimonio de manera relativamente rápida, ambas personas debían expresar su consentimiento para disolver el acuerdo.

Antes el divorcio tardaba un montón porque si una de las partes no aceptaba, entonces había que probar una causa, la culpabilidad del otro para que se dictara esa sentencia de divorcio. Se tenía que iniciar un divorcio contradictorio, donde uno acusa al otro de ser el culpable de la ruptura del matrimonio. Por ejemplo, por adulterio o por distintas causas, pero se debía probar en el expediente”, expresó Natalia Alessandrini, abogada especializada en cuestiones familiares.

Según Alessandrini, a partir del cambio en el código civil impulsado en 2015, hay un antes y un después. “Antes estabas preso de una situación. Hoy, se puede hacer unilateralmente o conjuntamente. Simplemente se manifiesta la intención de divorciarse y el otro no puede oponerse.

Costos y procedimientos

Ahora toca hablar de la parte difícil: el precio.

En la provincia de Buenos Aires, el precio estipulado para rescindir el contrato matrimonial lo determina el artículo 9 de la Ley 14.967 del Código Civil, donde se detalla el precio de la presentación por la apertura de carpeta que cada abogado puede cobrar.

Este monto se establece por el valor y la cantidad de JUS (Unidad de Medida Arancelaria), acordados para este tipo de trámites. Mes a mes, el valor del JUS se ajusta de acuerdo al índice inflacionario. De esta manera, la tarifa por la presentación de la carpeta para la resolución de un divorcio -la cual es elevada ante el juez únicamente por un abogado- se encuentra en el orden de los 40 JUS.

A partir del 1 de diciembre de este año, el precio de cada JUS aumentará de $6.366 a $6.854 por unidad, lo que indica que el precio de cada trámite de disolución matrimonial será $274.160 más el 10% de aporte, lo que da una suma total de $301.576.

Si solo una de las partes solicita el divorcio, el costo del trámite correrá únicamente por su cuenta. En el caso de que sea un trámite en conjunto, donde ambas personas lo deseen, los gastos se pueden dividir. De ser esta la modalidad elegida, el letrado que lleve a cargo la división conyugal, “necesita la partida de matrimonio y el escrito presentado en tribunales donde ambos expresan el deseo de poner fin al acuerdo. Además de los gastos previsionales y fiscales. Con eso se inicia la demanda de divorcio”, señaló Alessandrini.  

Una cuestión importante que se debe aclarar es que la disolución del acuerdo matrimonial tiene efectos civiles como patrimoniales. Civiles, ya que el estado civil de la persona que se divorcia cambia una vez que se inscribe en el registro. Se pasa de estar casado a estar divorciado y de esa manera se recupera la aptitud nupcial para volver a casarse. Patrimoniales porque se disuelve la sociedad conyugal y se dividen, si es que existen, los bienes y deudas obtenidos durante el matrimonio.

“Generalmente ocurre que las partes privadamente acuerdan esto, ya que es mucho más económico. En el caso de que no lo acuerden, deben hacer la disolución de la sociedad conyugal que es un expediente aparte del divorcio. Deben presentarse ante el juez y mostrar todos los bienes obtenidos”, señaló la letrada.

En relación a los bienes que podrían estar en disputa, cabe aclarar que solo se considerarán los bienes obtenidos por parte de ambos cónyuges durante el lapso que se mantuvo el contrato nupcial. El costo de este trámite será una proporción de los bienes que se encuentren en discusión, ya que se considerarán como bienes gananciales.

Se incorporan los bienes y sobre esos bienes se hacen una evaluación; los inmuebles, los automotores tienen una valuación fiscal. Sobre el valor de ese patrimonio que se disuelve, se regulan honorarios de los abogados. Estos honorarios se establecen a partir de una ley que estipula una escala porcentual. Si no hay una escala patrimonial o bienes materiales, se establece en cantidad de JUS”, explicó letrada.

Para finalizar, Alessandrini destacó la diferencia entre los derechos que otorga el matrimonio en contraposición al acuerdo convivencial o concubinato. “Hay gente que tiene una percepción errónea del concubinato. Pasa muchas veces que hablas con una persona que te dice -yo me quedo tranquila porque estoy en concubinato, todo lo que es de él es mío-, no es así. El concubinato no da derechos patrimoniales, como tampoco da derechos sucesorios. Ocurre que una persona que compartió la vida con otra durante 20 años, cuando fallece no tiene derechos a los bienes. En el matrimonio se presume que los bienes que se adquirieron en ese lapso son de ambos cónyuges; en el concubinato se debe probar que esos bienes los adquirimos en sociedad, juntos. Demostrarlo es muy difícil. La gente está convencida que el concubinato da los mismos derechos que el matrimonio y no es así. Da derechos sí: previsionales, ósea se puede tramitar la pensión; podes acceder a la obra social”.

Cada quien para su casa

Otro dato a tener en cuenta es el precio del flete o servicio de mudanza, el cual llevará nuestras pertenencias, como también nuestro dolido corazón, devuelta a casa.

Según un relevamiento realizado a distintas empresas de mudanzas en la ciudad, se pudo establecer que el precio por hora del servicio de transporte se encuentra entre $11 mil y $15 mil. El mismo se realiza con la clásica camioneta Ford F100 y cuenta con la asistencia de 2 operarios.

Foto: Entre $11.000 y $15.000 por hora, el costo del servicio en la ciudad.

 

Ahora bien, la cosa cambia cuando hablamos de enviar nuestras pertenencias a distancias más lejanas. En estos casos el precio facturado es en base a la cantidad de metros cúbicos ocupados en el flete. Ciertas empresas de mudanzas tienen lo que se denomina servicio compartido, a través del cual en un mismo viaje se envían las pertenencias a distintas personas intentando completar la capacidad máxima del transporte.

Por ejemplo, un viaje desde Mar del Plata hasta Buenos Aires, ocupando los 10m3 disponibles en el transporte, se encuentra alrededor de los $63.000, a razón de $6300 por metros.

Descuidos y ritmo diario; los principales motivos 

A pesar de que no se pueden establecer motivos que abarquen a todas las rupturas matrimoniales, la psicóloga y sexóloga Angeliza González señala que las cuestiones más comunes son: el ritmo que trae esta sociedad de locura; el estudio; el trabajo; la lucha por el sustento. Esto nos mete en un encierro individual que hace que no tengamos registro de lo que pasa en la pareja. Cuando nos damos cuenta, hay cosas que ya no se pueden rescatar.

En relación al sexo en la pareja, González expresó que cuando hay mucho amor, el sexo tiene que ser con mucha pasión, sino no acompaña lo que se siente. En la sexualidad y en el hacer el amor, cada pareja debe de constituir el ritual amoroso, cuidarlo y promoverlo”.

“Esta locura por el sustento cotidiano, por la realización personal, ha hecho que se descuide este ámbito y para cuando nos damos cuenta, este ámbito también está debilitado. El momento en el que dos personas se encuentran y se aman, también se debe dar en la sexualidad. Es en lo cotidiano, es desayunando, es dejando un mensaje, es sonriendo, es comunicándote. Pero el que está sellando, es el encuentro íntimo”, finalizó.

 

*Estudiantes del MediaLab, primer Laboratorio de Redacción para Medios Digitales. Se trata de un sistema experimental que consiste en el trabajo periodístico, de producción propia, que desarrollan alumnos del Taller de Redacción para Medios Digitales, correspondiente a la Tecnicatura de Periodismo Digital que se dicta en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

 

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