Investigadoras de universidades nacionales trabajan en el diseño de preservativos para vulvas

 

 A partir de un proyecto que nace de una convocatoria del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, un equipo de investigadoras de Universidades Nacionales trabaja en el diseño de preservativos para vulvas de producción nacional. Del proyecto participa el grupo de estudios sobre familia, género y subjetividades de la UNMDP junto con organizaciones feministas como la campaña “Preservativo para vulva”.

Para conocer más detalles sobre esta investigación, desde Portal Universidad nos pusimos en contacto con Cecilia Rustoyburu, doctora en Ciencias Sociales especializada en género, sexualidad y tecnologías, investigadora del Conicet y de la Universidad de Mar del Plata.

Respecto de los orígenes del proyecto, Rustoyburu dijo: “Es un proyecto de una convocatoria que lanzó el Ministerio de Ciencia y Tecnología desde el año pasado, el 2021. El mismo está focalizado específicamente en cubrir desafíos de distintos ministerios o áreas de gobierno y este es un desafío planteado desde el área de Mujeres, Género y Diversidades del Ministerio de Salud. Lo que se busca es desarrollar un preservativo para vulvas de producción nacional, cosa que hoy no existe”.

“Si vemos los folletos de la Educación Sexual Integral (ESI) pensados para prevención de enfermedades de transmisión sexual, recomiendan el uso de preservativos en prácticas de frotamiento entre vulvas. Lo que recomiendan es cortar un preservativo para pene y formar un campo de látex, no se concibe el uso de uno diseñado específicamente para tal fin aquí en nuestro país. Es importante por un lado, por el tema de la prevención de las enfermedades y también por lo simbólico: el único preservativo que se diseña es para pene y hay que adaptarlo”, agregó.

Históricamente siempre se ha pensado la sexualidad de las mujeres asociada a la reproducción, más en anticonceptivos que en preservativos.

Sobre este punto, Rustoyburu profundizó: “Pensamos la sexualidad centralizada en la corporalidad de las masculinidades. Históricamente siempre se ha pensado la sexualidad de las mujeres asociada a la reproducción, más en anticonceptivos que en preservativos. El desafío implica no solo diseñar un preservativo que prevenga enfermedades, sino que también favorezca el placer sexual, donde el eje esté puesto en gozar y no en la adaptación de un preservativo que no está diseñado para eso”.

“Si bien no se fabrica en nuestro país, si es posible encontrar algunos circulando de fabricación extranjera, pero están pensados para prácticas sexuales de penetración, que se introducen dentro de la vagina. Hace más de 15 años que están, pero no circulan mucho por el costo. En algunos países hay preservativos para vulvas diseñados de la manera que proponemos, en el marco del proyecto que estamos realizando en etapa de diagnóstico”, reveló.

En cuanto al grupo de investigación que encara este desafío, Rustoyburu dijo: “A nivel nacional, somos 3 investigadoras de género de humanidades y el proyecto, dirigido por Vera Álvarez, tiene un grupo de ingenieras del Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA), que son quienes van a desarrollar el producto. También forma parte una organización social que se llama “Preservativos para vulvas” y con ellas hicimos una encuesta de más de 1400 personas en torno a las prácticas sexuales y a la evaluación de los preservativos que se están adaptando para usar”.

Hicimos una encuesta de más de 1400 personas en torno a las prácticas sexuales y a la evaluación de los preservativos que se están adaptando para usar.

“En esta etapa también importamos preservativos malayos, que se suponen que son de los mejores que existen hoy y hemos estado distribuyendo a posibles usuarios acompañados de una encuesta, para conocer las ventajas o desventajas de ese tipo de diseño”, expresó.

Consultada sobre si la intención es replicar el diseño malayo o realizarle cambios importantes, la investigadora explicó que “la idea era evaluarlo con usuarios a ver cómo funciona. Creemos que no se va a copiar, porque hemos detectado que tiene algunos problemas. Tiene un pegamento muy poderoso, porque te lo tenés que pegar. Esto implica, y se aclara ya en las indicaciones que trae en el embalaje, que hay que estar depilada, y ponerse un gel. La gente responde en la encuesta que eso resulta engorroso y duele a la hora de usarlo. Nuestra intención es ver cómo podemos reformular ese diseño, que tiene algo positivo y es que no hay que sostenerlo mientras se usa”.

Existe también otro diseño realizado por graduadas de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo que es como un arnés que lo sostiene y en ese caso habría que ver de reemplazar la parte de látex. Habría que buscar un sustituto al látex por las alergias, pero que al mismo tiempo cumpla con las normativas de la ANMAT”, detalló.

¿Qué tan lejos está de materializarse?

Consultada sobre el plazo en que sería posible encontrar este producto en el mercado, Rustoyburu dijo “Nuestro proyecto es por 3 años, y desde el grupo encaramos este desafío de ver si realmente se va  poder fabricar en Argentina un preservativo que salga al mercado. La idea es que sí. Se está incorporando una empresa recuperada a ver si se podría hacer con ellos, pero la idea es ver si el material está disponible, a qué costo se puede producir y analizar todas las variables. No solo hay que diseñarlo, sino que hay que lograr que sea accesible al público en general y al Estado también para distribuirlo”.

No solo hay que diseñarlo, sino que hay que lograr que sea accesible al público en general y al Estado también para distribuirlo.

“No sabemos si la recomendación va a ser importar material del exterior o si se va a producir acá. Además tenemos un vacío, no es un tema que esté muy en agenda. El área de los preservativos hace algunos años tenía mucha más difusión, pero en los últimos años se ha ido abandonando un poco la necesidad de reforzar el uso de preservativo. El preservativo femenino no existe por la heteronormatividad y por la manera en que se suele leer el cuerpo de las mujeres desde el sistema médico hegemónico y desee la industria”, agregó.

Sin embargo, Rustoyburu expresó que en los últimos tiempos el feminismo logró poner en agenda ciertos temas. “Ahora hay todo un mercado que se abrió para pensar la salud sexual de las mujeres, incluso hace tiempo era tabú hablar de determinados productos específicos en los medios, en las publicidades y ahora lo empezamos a ver. Sin duda, la visibilización de esta necesidad nos ayudará a materializarlo”, concluyó.

 

 

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