Techo de cristal: “Sólo tres de cada 10 puestos directivos en empresas son ocupados por mujeres”

 

Cuando hablamos de derechos, desigualdad, brecha salarial y políticas de género es habitual encontrarnos con el concepto de “Techo de cristal”, una realidad que afecta a mujeres de todo el planeta y que en Argentina no se queda atrás.

Para profundizar sobre el significado del techo de cristal y conocer datos que aporten a la visibilización de esta problemática en el panorama local, desde Portal Universidad nos pusimos en contacto con Tatiana Guajardo Gaitán, economista y docente de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

En cuanto al techo de cristal, Guajardo Gaitán dijo: “Es un fenómeno que está definido por la Economía Feminista. Cuando analizamos el mercado laboral y analizamos las brechas que existen en términos de género dentro de ese mercado, el concepto hace referencia a la imposibilidad o dificultades que tenemos las mujeres para acceder a puestos jerárquicos o de toma de decisiones. En puestos de trabajo remunerados, el año pasado se elaboró un informe que da cuenta que sólo tres de cada 10 puestos directivos en empresas son ocupados por mujeres en nuestro país. Sin embargo tenemos una mayor proporción de participación en carreras universitarias, estamos mucho más formadas, la tasa de feminización de carreras universitarias es relativamente alta en comparación con otros países del mundo. Ese dato demuestra que para nosotras la dificultad es mayor y sigue habiendo barreras para ocupar estos espacios. Esta dinámica que replica los sesgos de género en el mercado laboral se denomina techo de cristal”.

El concepto hace referencia a la imposibilidad o dificultades que tenemos las mujeres para acceder a puestos jerárquicos o de toma de decisiones.

“Este techo se encuentra presente desde el inicio para las mujeres, porque se replican estereotipos de género que conducen a las mujeres a incorporarse en carreras que implican ese sesgo. La mayor tasa de feminización está en las ramas sociales, las carreras relacionadas a las ciencias duras y la ingeniería abarcan solamente entre  el 12 y el 15 por ciento de la matrícula femenina de nuestro país. Insertarnos en carreras que implican roles de cuidado nos pone en una situación de desventaja”, agregó.

Asimismo, la economista se refirió a otros fenómenos que condicionan la vida laboral de las mujeres y dijo: “Los roles de cuidado y la maternidad hacen que las carreras profesionales se vean interrumpidas los años que las mujeres decidimos maternar. Este tipo de fenómeno relacionado con nuestros perfiles y la condición biológica de maternar hace que asumamos otro tipo de riesgos, otro tipo de liderazgos y muchas veces estas características hacen que se nos obstaculice el acceso a ciertos puestos de trabajo”.

“Las estadísticas muestran que en la mayoría de los casos las mujeres profesionales que deciden interrumpir su carrera por maternar vuelven al mercado laboral. No es que dejan la carrera profesional, no obstante los 4, 5 o 6 años que requiere el cuidado de las criaturas interrumpe la posibilidad de crecimiento y el techo de cristal se vuelve cada vez más lejano. Nadie te dice que no podes ser jefa, el problema es que ya estas grande, la organización cambió sus códigos y te desplazan con la complejidad de adaptarse a esos cambios”, explicó.

Los roles de cuidado y la maternidad hacen que las carreras profesionales se vean interrumpidas los años que las mujeres decidimos maternar.

En cuanto al rol que desempeñan las empresas argentinas ante estas situaciones, Guajardo Gaitán expresó: “En términos generales hay políticas súper interesantes en Argentina, impulsadas por cámaras empresarias donde hay comisiones de género y de igualdad que tratan estos temas y generan políticas de inclusión y de igualdad. La verdad es que son fenómenos super novedosos y están en este momento recién implementándose. Una de las principales medidas que se impulsan es la licencia por cuidados independientemente del género de la persona. No solamente hablamos de la decisión de maternar de las mujeres y varones, sino que también hay que considerar otro tipo de cuidados que condicionan”.

Existe una verdadera vocación por diversificar el entramado productivo de las empresas, empezaron a crear este tipo de espacios que obviamente responden a las necesidades de cada sector: no es lo mismo hablar de una empresa de comercio que de una industria. Las necesidades de cada sector definen las medidas que se llevan adelante”, explicó.

La importancia de contar con datos precisos

Consultada respecto de la generación de datos a nivel nacional, Guajardo Gaitán dijo: “Como consecuencia de la lucha feminista estamos empezando  a ocupar estos espacios en el sector público nacional. En la Municipalidad de General Pueyrredon hay iniciativas super interesantes y en la UNMDP tenemos el Programa Integral de Políticas de Género. Con ese programa, la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales articula e impulsa el relevamiento estadístico y de datos que nos permitan tener una medida sobre el escenario de nuestra facultad. Esto nos permite implementar este tipo de medidas. La búsqueda de la igualdad tiene que empezar conociendo los temas que generan este tipo de brechas y desigualdades. Sin esta información es muy difícil realizar cambios”.

Foto: La brecha de ingresos en el perfil profesional del 20%, pero en puestos no calificados llega al 40%.

En cuanto a los datos con los que se cuenta actualmente, la economista precisó: “El año pasado el dato era que sólo un 30% de los puestos directivos son ocupados por mujeres. También me parece importante mencionar que la brecha de ingresos se puede medir y se conoce que es del 14% para el tercer trimestre del año pasado. Lo que es importante destacar es que existe una brecha en el perfil profesional del 20%, pero en puestos no calificados llega al 40%. Las mujeres cobran esa cantidad menos que sus pares varones en el mismo puesto laboral y lo que se destaca es que las mujeres que tienen menos herramientas son las que más sufren esta diferencia de género”.

“Por suerte en Argentina tenemos una fuerte estructura gremial y los sindicatos trabajan todos los días para mejorar las condiciones de registro de las trabajadoras y poder conquistar derechos. El problema es que se hace con todas esas trabajadoras que están en la informalidad. Ahí surgen otras problemáticas que amplían estas brechas de género”, concluyó.

 

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