Psicólogos advierten sobre las terapias alternativas: “Las soluciones rápidas y mágicas son un placebo muy seductor”

 

Las terapias alternativas como la biodescodificación, la psicología transpersonal, las constelaciones familiares y el coaching son cada vez más populares. Los seres humanos vivimos en una búsqueda constante de respuestas que expliquen en parte las razones, no sólo detrás de nuestra existencia, sino de los hechos que intervienen en el devenir de nuestras vidas y que nos alegran o nos producen angustia. En ocasiones, esta imperiosa necesidad de buscar respuestas hace que personas que tienen inquietudes o dolencias relacionadas con la salud mental se encuentren con ofertas de prácticas que prometen soluciones mágicas y se ocultan detrás una aparente legitimidad científica.

Para analizar este fenómeno desde Portal Universidad nos pusimos en contacto con Pablo Della Savia, presidente del Colegio de Psicólogas y Psicólogos de la provincia de Buenos Aires, Distrito X. Respecto de la intrusión de estas prácticas en las incumbencias de la psicología dijo: “No existen las terapias alternativas. Es un concepto un poco reñido donde alguien, con carácter de intruso, se introduce en el territorio o la incumbencia del otro. Estas ofertas pululan mucho por la comunidad, encuentran tierra fértil en las redes sociales y pretenden realizar acciones u ofrecer servicios que solo están atribuidos legalmente a aquellos que son profesionales de la psicología”.

“Todas las acciones que tengan que ver con la evaluación, el diagnóstico, el tratamiento psicoterapéutico y la rehabilitación psicológica son acciones que están en la red de incumbencia de aquellas personas que tengan el título de psicólogo o psicóloga. Estas “terapias alternativas” vienen a veces atadas a la idea de los falsos psicólogos o de aquellos que dicen ser y no lo son. Las herramientas de la terapia psicológica para intentar acompañar a las personas en situaciones traumáticas son las que están dentro de las incumbencias de las ciencias psicológicas. La práctica, la acción,o algún tipo de prestación psicológica que pretenda ayudar o acompañar a una persona en algún trayecto, si no está realizada por un profesional de la psicología está realizada por un intruso, y por eso hablamos de intrusismo”, explicó.

En cuanto a la importancia de consultar profesionales legítimos, Della Savia expresó: “La psicología es una carrera universitaria de 5 o 6 años, avalada por el Ministerio de Educación, con estandarizaciones en su conocimiento. Es una disciplina formalizada y legal, avalada por una ciencia: la ciencia psicológica. Asimismo la psicología tiene esta característica de ser ciencia y profesión, no solo aplica conocimiento sino que genera conocimiento en nuestra ciudad a través de nuestra universidad de psicología. Hay grupos de investigación que aportan información sistemáticamente, que son insumos para los colegas que trabajan”.

La psicología es una carrera universitaria de 5 o 6 años, avalada por el Ministerio de Educación, con estandarizaciones en su conocimiento. Es una disciplina formalizada y legal, avalada por una ciencia: la ciencia psicológica.

Es usual que en ocasiones y con vocación solidaria, alguna persona amiga o conocida recomiende poner en práctica cierta terapia o contactar con alguien que supuestamente tiene la capacidad de ayudarnos. ¿Cómo se hace en estos casos para saber si la recomendación es una terapia seria que se encuentra avalada? Al respecto Della Savia dijo: “En principio, si uno siente que algo no anda bien en su vida, en el aspecto que sea o conceptúa que necesita un acompañamiento en su salud mental, lo más atinado es recurrir a un profesional debidamente capacitado, con título universitario y legalmente habilitado por la matrícula que expende el colegio de psicólogos. En el sitio web del Distrito X del colegio de Psicólogas y Psicólogos, en una de las solapas aparece la palabra padrón y allí se encuentran listados los profesionales habilitados”.

“Además de eso, lo que tienen estas prácticas es que la mayoría están sostenidas en la idea de la voluntad: que el sujeto puede, se mira al espejo y dice voy a dejar de hacer esto, voy a hacer mi vida mejor y con esa expresión de voluntad ya alcanza. Si uno bucea un poco aparece esta idea de que uno puede o tiene que cortar una especie de mandato invisible, de alguna manera hasta mágica, corta un hilo y su vida cambia. La realidad no es así, los sistemas que sostienen nuestro funcionamiento mental, la vida abstracta, la mente, tienen un funcionamiento un poco más complejo y todos podemos comprobar en el diario de nuestra vida que no hacemos todo lo que decimos que queremos hacer. La persona que fuma, si fuera sencillamente fácil dejar de fumar diría “hoy dejo de fumar” y dejaría, no habría tanto problema. Si fuera tan fácil desmontar esas interpretaciones, sería fácil para todos y lo que demuestra la vida es que no es así”, agregó.

¿Por qué tanta gente se refugia en estas “terapias”?

No se puede discutir que encontrarse con estas “terapias alternativas” es cada vez más frecuente y quienes las ofrecen se publicitan abiertamente en redes sociales y medios de comunicación con promesas de resolver de forma eficaz y eficiente cualquier tipo de problema que aqueje al usuario. Sobre la proliferación de estas prácticas, Della Savia explicó: “La salud mental es compleja. Con la salud física no hacemos las cosas que nos permitimos hacer en términos de salud mental. Cuando uno va al médico no tiene dudas que tiene que ir a una clínica a ver a un médico matriculado. Nuestra estructura mental, que tiene en superficie parte de la conciencia, está inmersa en un momento de angustia social, de mucha violencia social, mucha fragmentación. En ese contexto las soluciones rápidas y mágicas funcionan como un placebo muy seductor”.

Nuestra estructura mental, que tiene en superficie parte de la conciencia, está inmersa en un momento de angustia social, de mucha violencia social, mucha fragmentación. En ese contexto las soluciones rápidas y mágicas funcionan como un placebo muy seductor.

“Uno termina el día con la presión, la carga laboral, las angustias que puedan traer las frustraciones entre lo que quisiera hacer y lo que puedo, todo esto atravesado por la situación económica que vivimos. Cuando a la noche una persona con estos problemas llega a casa y aparece alguien en la tele que dice “vos podés, esto que te pasa es producto de un mandato, hay que cortar con este mandato familiar”, ese mensaje tiene una capacidad de seducción muy fuerte. Es posible que seamos capaces de comprometernos a realizar esos cambios, pero después no podemos sostenerlos porque cuidar la salud mental no es tan fácil, no es sencillo.

La salud mental requiere de cuidados profesionales

Della Savia detalló que a partir de estas prácticas llegan a los consultorios de los profesionales personas que no sólo acarrean con su malestar inicial, sino con las frustraciones que son consecuencia de las “terapias alternativas”. Al respecto dijo: “Se registra una doble ulceración porque no sólo se afronta el problema inicial que introdujo el malestar y la angustia sino que después, al haber creído que tenía una solución sencilla o que era responsabilidad de mis ancestros, cuando vea que eso no funciona y que no es tan fácil, me encuentro con dos heridas: la que tenía originalmente y la frustración de no haber podido. No solo se me vuelve la responsabilidad de mi dolor, sino que me convierto en culpable de mi propio padecimiento y la angustia es mucho mayor”.

Estas situaciones de personas que recurren al consultorio después de un frustrante recorrido en búsqueda de soluciones, se registran muchísimo. La otra cuestión que tienen estas prácticas es que al no tener una matrícula habilitante, una colegiatura que funcione detrás, le quita todo tipo de derecho de reclamo al usuario. La matrícula habilitante del psicólogo le da al usuario la garantía de que esa persona está debidamente capacitada y legalmente habilitada. Esto da el derecho de que si el paciente no está conforme con lo que ese profesional ha ofrecido o con el trato recibido, puede recurrir al Colegio de Psicólogos y hacer la correspondiente denuncia”, destacó.

Estas situaciones de personas que recurren al consultorio después de un frustrante recorrido en búsqueda de soluciones, se registran muchísimo.

Finalmente, el presidente del colegio remarcó que los psicólogos y psicólogas deben usar en la implementación de su profesión las técnicas validadas y si dentro del marco de un consultorio una persona utiliza estas “terapias” estaría incurriendo en una mala práctica. “El profesional no puede utilizar como fondo su profesión para implementar una herramienta no aprobada. En cualquier plan terapéutico los psicólogos prescribimos cierto camino para andar en base a prácticas convalidadas por investigaciones y documentación internacional. Muchas de estas prácticas que mencionamos no sólo no generan bienestar, sino que de forma iatrogénica se comprobó que generan malestar”, concluyó.

 

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