Ola de calor: ¿es producto del cambio climático?

Foto: Miles de marplatenses se volcaron a las playas este fin de semana para hacer frente a la ola de calor.

 

El último fin de semana se vivieron jornadas de calor agobiante en la ciudad de Mar del Plata con temperaturas que rondaron los 36 grados y una sensación térmica que superó los 41. Sin embargo, estas inusuales temperaturas no lograron superar el récord histórico de 36,3 grados registrado el 19 de marzo de 1980. Estos datos se conjugan con recuerdos de veranos pasados calurosos que invitan a preguntarse: ¿El cambio climático producido por la actividad humana está produciendo un efecto real en estos aumentos de la temperatura o estos cambios son parte de los ciclos naturales del planeta?

Para encontrar respuestas a este interrogante y conocer más sobre la situación, desde Portal Universidad nos pusimos en contacto con Bruno Sirote, referente de Jóvenes por el clima Argentina, un movimiento social y político encabezado que lucha por revertir los efectos de la crisis climática.

Al respecto, Sirote dijo: “Estamos todos preocupados ante una situación sin precedentes. Este es uno de los veranos más cálidos de la historia y por supuesto podemos asegurar que hay una conexión entre el cambio climático y la ocurrencia de fenómenos climáticos extremos, como las olas de calor de forma más seguida, más extensa y más prolongada en el tiempo”.

Foto: La temperatura estuvo a tan sólo 3 décimas de superar el récord registrado en marzo de 1980. Fuente: Télam.

“Esto está verificada por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), que es la autoridad máxima de ciencia sobre este tema en el mundo y fue creado por Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en 1988. De acuerdo con esta información, a través del desarrollo de la crisis climática meteorológica vamos a sufrir cada vez más estos fenómenos, como sequías, inundaciones, heladas más intensas y todos los fenómenos climáticos más extremos. Vemos en los últimos tiempos que las tormentas son más fuertes, los huracanes son más destructivos y así todos los fenómenos climáticos van a ir acentuándose y van a ser cada vez más potentes”, aseguró.

En el mismo sentido, respecto de la crisis climática dijo: “Vivimos una de las sequías más grandes de la historia reciente y lo que vemos es que esa acentuación de los fenómenos no necesariamente tiene que ver con un calentamiento en términos estrictos. No significa que solo aumentará la temperatura, sino que se exacerban las cuestiones más extremas del clima. El año pasado vimos tormentas de hielo terribles en Japón que mataron mucha gente, hay montones de efectos distintos de la crisis climática”.

En cuanto a la probabilidad de que estas olas de calor se repitan en los años venideros, Sirote expresó: “Por supuesto que puede suceder pero no puedo afirmarlo a ciencia cierta. En este momento estamos en un período donde está pasando climatológicamente el fenómeno de “La niña”. Se trata de una reducción de temperaturas en las corrientes del océano Atlántico y eso produce menores precipitaciones. Ese fenómeno se va a alternar con “El niño” que es justamente lo contrario, por lo que podríamos esperar que cuando llegue aumentarán las lluvias en la provincia de Buenos Aires y no sería inusual que experimentemos inundaciones”.

El cambio climático no produce fenómenos nuevos sino que recrudece la ocurrencia de fenómenos extremos, como las olas de calor

Las variaciones que producen estos ciclos y el hecho de que tengamos registros récords de los años 80 hacen que muchas personas duden de la existencia de una crisis climática. Sobre este aspecto, Sirote explicó: “Es un razonamiento lógico pero equivocado. La evidencia empírica y los estudios que se han hecho a lo largo y ancho de todo el mundo demuestran lo contrario. El cambio climático no produce fenómenos nuevos sino que recrudece la ocurrencia de fenómenos extremos, como las olas de calor. Siempre hubo años más cálidos o más fríos, eso pasaba con o sin cambio climático. El tema es que el recrudecimiento de la crisis climática hace que esas zonas de calor extremo se hagan más extremas y comunes. Este año no tuvimos una sola ola de calor circunscripta a 5 días, tuvimos en noviembre, diciembre, enero, marzo”.

Foto: Vivimos una de las sequías más importantes de la historia reciente. Fuente: Télam.

“El cambio climático es un proceso sostenido en el tiempo de aumento de las temperaturas que sucede a raíz de la acción humana. Si bien existieron diversos cambios climáticos a lo largo de la historia geológica del planeta, nunca sucedieron con la rapidez y magnitud que suceden hoy. Eso tiene que ver con lo que pasó históricamente desde el proceso de industrialización del siglo XIX. La emisión de gases de efecto invernadero como dióxido de carbono y metano producen una retención del calor del sol dentro de la atmósfera recalentándola. El efecto invernadero es esencial para la vida pero cuando emitimos de más cambiamos la composición de la atmósfera y genera esto que hoy vemos”, sintetizó.

¿Estamos en un punto de no retorno?

Sobre el panorama a futuro de esta problemática, Sirote expresó: “Los pronósticos se ciernen oscuros. Tenemos muy poco tiempo para actuar de forma efectiva. Se habla de ciertos puntos de no retorno, que no hay que pasar. El acuerdo de París, que es el acuerdo máximo sobre cambio climático a nivel mundial establecido por la ONU y ratificado por 195 países, postula la necesidad de evitar el aumento de temperaturas medias globales superior a los 1,5 grados Celsius respecto de las temperaturas preindustriales. En este momento estamos alrededor de 1,1 grados y el aumento lo que va hacer es ir escalando exponencialmente. Si empezamos a actuar hoy con todas las fuerzas de la política y todos los recursos puestos a disposición, eso no significa que se vaya a detener mañana, el daño ya está hecho y la temperatura va a seguir aumentando. Tenemos que ver cómo podemos hacer para mitigarlo y reducir sus consecuencias”.

“Las acciones no están limitadas por ejemplo a construir redes de energía eléctrica basadas en forma renovable, como la energía eólica, fotovoltaica, mareomotriz, geotérmica y un montón de tipos de energía. A eso le llamamos mitigación, porque reduce las emisiones de gases que se emiten. Por otro lado tenemos las políticas de adaptación que son clave y las tenemos que tener en cuenta si o sí. Entre esas políticas tenemos que pensar que si nos vamos a inundar tenemos que construir diques, pensar en reforestar, pensar en cuidar los humedales. Hay que poner bebederos en las calles para que la gente pueda hidratarse, hay millones de medidas que debemos tomar para reducir las desigualdades porque la crisis climática es una crisis de desigualdad y tenemos que intentar reducir los riesgos e impactos que va  a imprimir sobre nuestros territorios”, aseguró.

¿Qué están haciendo los países que más emiten para revertir esta situación?

En cuanto a la responsabilidad diferenciada que tienen los distintos países frente a esta crisis, Sirote explicó: “La realidad es que no están haciendo demasiado. Dentro de todos los acuerdos internacionales que estamos mencionando se habla de responsabilidades comunes pero diferenciadas. Los países del norte global como EEUU, China, Rusia y la Unión Europea son los emisores históricos y tienen la responsabilidad de descarbonizar sus economías”.

Foto: Los países del norte global como EEUU, China, Rusia y la Unión Europea son los emisores históricos y tienen la responsabilidad de descarbonizar sus economías. Fuente: Télam.

“Asimismo tienen que aportar los recursos para que los países del sur puedan descarbonizarse, pero lo que vemos en los hechos es que los países del norte son los que emprenden en la producción petrolera y gasífera en todo el mundo y no producen en su territorio sino relocalizando esas producciones en el sur global. Un país como Noruega reduce emisiones de efecto invernadero a nivel nacional y financia proyectos petroleros en países como Argentina. Así se perpetúa el problema”, concluyó.

 

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