Precios Justos: aseguran que la ausencia del programa en los comercios de cercanía perjudica a los consumidores

 

De acuerdo a los últimos datos relevados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), el costo de la canasta básica alimentaria (CBA) subió 11,7% en el mes de febrero. Ante esta situación, una pareja con dos hijos requirió percibir ingresos por $80.483 para no caer en situación de indigencia. Por otro lado, la canasta básica total, que además de comida incluye otros rubros como indumentaria y transporte, aumentó un 8,3%, por lo que la misma familia tipo necesitó percibir ingresos de $177.063 para no caer debajo de la línea de pobreza.

Con el objetivo de reducir la expectativa inflacionaria y favorecer la estabilidad de precios en el corto plazo y recuperar el poder de compra de los ingresos de los ciudadanos, el gobierno Nacional implementó en noviembre pasado el programa “Precios Justos”, que establece una pauta de precios con un aumento del 3,2% mensual promedio hasta el 30 de junio de 2023.

Sin embargo, esta estrategia no parece estar dando los resultados esperados por diversos factores y para abordar el tema, desde Portal Universidad nos pusimos en contacto con Gustavo Casciotti, titular de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME).

Sobre este aspecto, Casciotti explicó: “El programa de Precios Justos ayuda pero no soluciona el problema de fondo de la inflación. Tiene un funcionamiento paliativo pero los precios siguen aumentando y vemos que aplica únicamente en las grandes cadenas”.

Si bien la medida apunta a los grandes supermercados y no incluye a los comercios de barrio, en muchos casos los productos que componen el programa se encuentran ausentes en las góndolas y se observa un desabastecimiento de esos productos. Sin embargo, presentes en góndola o no, funcionan como margen para el cálculo oficial de la inflación. Sobre este aspecto, Casciotti dijo: “En los comercios de barrio  los productos se consiguen pero con aumentos que se encuentran por encima del 3,2% pautado. En el corto plazo y siempre utilizado como herramienta, la generalización del programa Precios Justos parecería la forma de intentar bajar el aumento de los precios que vemos todos los meses, pero para eso tienen que conseguirse los productos y conservar el valor en todos los comercios”.

Foto: En muchos casos los productos que componen el programa se encuentran ausentes en las góndolas de las cadenas. Fuente: Télam.

El consumidor pareciera que se ve condenado a pagar más caro porque en la práctica, se estima que ocho de cada diez productos se consumen en formatos de medianos y pequeños comercios. Esto se relaciona con una cuestión de comodidad, seguramente relacionada con que el negocio se encuentra abierto en el horario en el que el consumidor sale de trabajar y llega a su casa. En muchos casos se trata de hábitos de compra diaria donde el comprador resuelve acercarse al negocio de proximidad y no es un detalle menor pensar que muchas personas no cuentan con un medio de locomoción propio para hacer una gran compra en un supermercado”, agregó.

En cuanto a la ausencia de productos que integran el programa en las cadenas expresó: “Existe una diferencia importante entre los productos de precios justos y las otras marcas sustitutas. Esto hace que las marcas que integran el programa se agoten primero y así se explica que muchas veces el consumidor no encuentre el producto con el precio que corresponde y que se manifiesta en sintonía con los números que refleja el Indec”.

Foto: En los comercios de barrio los productos se consiguen pero con aumentos que se encuentran por encima del 3,2% pautado. Fuente: Télam.

Finalmente, respecto de la disparidad de precios entre los productos de los supermercados y de los comercios de cercanías expresó: “El usuario termina pagando más caro pero esto no significa que existe un abuso por parte de los comerciantes. De hecho el pequeño y mediano comerciante paga más caro esos productos. Se genera una situación perversa que tiene que ser revisada y es necesario hacer una aplicación generalizada del programa”.

“Es fundamental disponer de la batería de elementos legales, como la Ley de Abastecimiento, para poder sancionar posiciones dominantes, independientemente de la estructura de costos que puedan tener esos grupos empresarios. Cuando se tome la determinación de sancionar con multas y decomisos, por ahí empecemos a equilibrar la balanza a favor del consumidor”, concluyó.

 

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