El fenómeno de La Niña concluyó: ¿qué efectos tendrá la llegada de El Niño?

Foto: El cambio de la temperatura del agua en el Océno Pacífico produce el fenómeno de El Niño.

 

De acuerdo con los datos más recientes emitidos por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) el proceso meteorológico conocido como “La Niña” finalmente está llegando a su fin, tras manifestarse durante tres años consecutivos. Las consecuencias que tuvo sobre Argentina son manifiestas, con una sequía que produjo un retroceso del 22,2 por ciento en las exportaciones, lo que tuvo un fuerte impacto en el equilibrio de la balanza comercial.

Sin embargo, el fin de La Niña no implica el retorno inmediato a un estado de “normalidad” o equilibrio, sino que gradualmente dará paso a la llegada de la otra cara del mismo proceso: El Niño. Para profundizar sobre esta situación e indagar sobre los efectos que tendrá la llega de El Niño en el clima local, desde Portal Universidad nos pusimos en contacto con el meteorólogo Pedro Mazza.

Foto: En Argentina La Niña produjo una sequía que dio lugar a un retroceso del  22,2 por ciento en las exportaciones. Fuente: Télam.

En cuanto a las características del fenómeno, Mazza dijo: “La Niña y El Niño son en realidad dos caras del mismo proceso que se hace presente en su fase cálida y su fase fría. Los primeros en identificar este fenómeno fueron los exploradores españoles al llegar al continente, ellos detectaron que en Ecuador y Perú las frágiles economías de ese momento cada determinada cantidad de años sucumbían, colapsaban. Hay que tener en cuenta que  los sustentos de esas economías eran la agricultura y la pesca y llegando el fin de año, cada determinada cantidad de años, desaparecía una cosa o la otra. La coincidencia de las consecuencias de ese fenómeno con la fecha de navidad fue lo que hizo que se le dé ese nombre al proceso, en referencia al niño Jesús”.

“Concretamente, lo que observaron es que se producía un cambio en la temperatura del agua del mar en el océano pacífico ecuatorial. Los cambios en la temperatura impedían que llegaran otras corrientes ricas en recursos a la zona y desaparecía la pesca y también el fertilizante por excelencia, el excremento de las aves marinas conocido como guano. El producto de esta situación era la aparición de hambrunas, epidemias y guerras entre los pueblos de la región”,dijo.

Por otro lado, “cuando asciende la temperatura del océano, la corriente de El Niño se hace presente en fase cálida y ahí empiezan los problemas por exceso de agua, donde toda la cuenca de ríos mesopotámicos, el sur de Brasil y la zona de la provincia de Buenos Aires en Argentina sufren importantes inundaciones”, explicó.

Respecto del impacto que tendrá la llegada de El Niño y cuánto tardará en manifestarse en Argentina, Mazza expresó: “Estas cuestiones meteorológicas y oceanográficas son procesos muy lentos. Ahora estamos saliendo de una fase fría y esto no significa que vamos a pasar inmediatamente a una fase cálida. Primero tenemos que pasar por una fase neutral que va a hacerse presente entre el otoño y el invierno. Vamos a volver a tener la frecuencia y volúmenes de precipitación típicos que indican las estadísticas para estos próximos seis meses. Una vez que se defina la fase cálida para fin de año, entraremos a un verano con exceso de precipitaciones y no sería de extrañar que los mismos lugares que están pidiendo desesperadamente la emergencia por la sequía, quizás en uno o dos años vayan a pedir emergencia por exceso de lluvia e inundaciones. Es así el ciclo de la naturaleza en la pampa húmeda”.

Foto: Con la llegada de El Niño entraremos a un verano con exceso de precipitaciones e inundaciones en la provincia de Buenos Aires. Fuente: Télam.

Asimismo, Mazza consideró “fundamental comprender cómo funcionan estos ciclos para poder planificar obras, planificar todo lo que tiene que ver con uso de suelo y demás. Además, el impacto es distinto en cada sector. En algunas regiones, la corriente de El Niño en fase cálida provoca exceso de precipitación y aumenta la disponibilidad de vapor de agua. Este aumento de humedad disminuye el riesgo de heladas y así como veremos inundaciones en la provincia de Buenos Aires, en lugares como el norte de Brasil y Venezuela podría intensificarse la sequía. Tanto la fase fría como la fase cálida generan distintos tipos de impacto en las distintas zonas”.

En cuanto a las consecuencias que dejó La Niña en el país, Mazza explicó que “va a revertirse la tendencia que se estuvo dando en los últimos tres años, las temperaturas dejarán de ser extremas y se recuperarán las precipitaciones en frecuencia y volumen. La Niña dejó una sequía inédita en la zona núcleo de la producción Argentina, como Santa Fe, Entre Ríos, La Pampa y Córdoba. En la provincia de Buenos Aires fue distinto, hubo escasez pero no estuvo tan comprometido el perfil de agua en el suelo. Tuvimos episodios de lluvia entre costeros y marítimos que nos afectaron positivamente y en otros lugares esa situación no se dio”.

¿Qué impacto tiene el cambio climático en estos procesos?

Sin lugar a dudas la actividad del ser humano impacta en el ecosistema y produce desequilibrios que afectan y profundizan los efectos que estos procesos meteorológicos tienen en el planeta. Sin embargo, frente a esta situación Mazza opinó: “La palabra cambio acompaña al sistema climático como tal. Es un sistema donde hay intercambios entre lo astronómico, el suelo, el aire y el agua. El cambio climático es una constante que se viene produciendo desde los orígenes del planeta, mucho antes de que el hombre tuviera la capacidad de alterarlo. Tuvimos cuatro extinciones masivas, por distintas causas, durante el periodo de la formación de la tierra hasta este momento. El nivel del mar estuvo 100 metros por encima de donde está ahora, el hielo cubría una porción muy importante de Argentina y se replegó”.

Foto: El cambio climático es una constante desde los orígenes del planeta. Fuente: Télam.

“Muchas veces escuchamos títulos alarmantes sobre el retroceso de los glaciares pero es importante entender que más allá de la actividad humana se trata de un proceso natural. Esto no significa que la actividad humana no impacte negativamente y no esté profundizando esos procesos. Tenemos que cuidar nuestro espacio y ser divulgadores de buenas prácticas en lo que tiene que ver con el uso de los recursos naturales, no contaminar y aplicar las leyes pero es importante entender que el rumbo del clima tiene su propia agenda y difícilmente podamos alterar su rumbo. El hombre es muy dañino, pero la actividad humana es superada con holgura frente a estos procesos. La naturaleza seguirá su rumbo, el ser humano tiene que preocuparse por cuidar su hábitat como un modo de preservarse a sí mismo y garantizarse la posibilidad de adaptarse a estos procesos”, concluyó.

 

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