Sobreexposición a las pantallas: ¿qué es la “Regla del 20-20-20”?
Son cada vez más los dispositivos tecnológicos que se estrenan en el mercado y generan fascinación en todos los grupos etarios. Sobre todo, en los más pequeños de la familia, quienes hoy en día disfrutan más jugar una partida en el celular con sus amigos virtuales, que disputar un partido de fútbol con los compañeros del colegio. En los adultos ocurre una situación muy similar: siempre es más entretenido ver por horas y horas videos de Tik Tok, en lugar de compartir una película con amigos, sentados en el sillón y con un gran balde de pochoclos.
Desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), destacaron que, en la actualidad, existe un consenso para evitar esta situación y no exponer a los niños a las pantallas antes de los dos años de edad. Se debe a que los mismos se encuentran en pleno desarrollo, y entre las pautas madurativas importantes que se van cumpliendo en esta etapa, se encuentra el lenguaje, en donde las pantallas no cuentan con condiciones trascendentales para promoverlo, como lo son la tridimensionalidad del mundo real y la interacción humana.
Desde Portal Universidad, nos contactamos con Diego Wertheimer, Médico Especialista Jerarquizado en Oftalmología (Matrícula Nro. 94644) y Presidente de la Sociedad de Oftalmología de Mar del Plata, quien explicó los efectos nocivos para la salud visual que genera la constante exposición a las pantallas, y además, brindó una serie de recomendaciones para disminuirlos.
“Tiene efectos negativos a largo y corto plazo. Las pantallas emiten una radiación que es una luz azul, que no es buena. No solo genera fatiga visual, sino que también, si se usa durante la noche, tiene un efecto sobre la secreción de melatonina, la hormona del sueño puede alterar nuestro ritmo circadiano”, señaló el profesional.
“La exposición prolongada frente a la pantalla también produce una reducción del parpadeo. Cada vez que parpadeamos, lubricamos los ojos de manera inconsciente. Entonces, si estamos fijando la vista, se nos secan los ojos, y eso también nos va a generar un ojo rojo, ardor, sensación de arenilla dentro del mismo”, resaltó el Dr. Wertheimer.
En esa línea, explicó que es necesario asistir a una consulta con un oftalmólogo de forma anual, sin importar el tiempo de exposición diario a las pantallas: “Normalmente, los adultos. Los recién nacidos tienen que ir también al oftalmólogo, cosa que antes no se pensaba tanto, y luego controles frecuentes, sobre todo, antes de los 8 años de edad, cuando el ojo está aprendiendo a ver, por así decirlo”.
“En cuanto a las patologías relacionadas con el uso de pantallas, lo único que se estudió, pero no solo por la pantalla en sí, sino por usarlas muy de cerca, es en los niños, donde se registra un aumento de la miopía. Hay que tener bastante cuidado, sobre todo con los niños y la visión cercana ahora que se cambió mucho la actividad al aire libre por las pantallas. Es mucho más sencillo darle a un niño una pantalla y que se quede tranquilo y no llore. Pero es necesario cambiarlo por hábitos más saludables, por los problemas que pueden tener luego”, afirmó.
Por otro lado, el oftalmólogo agregó: “Los anteojos para descansar la vista tienen un filtro especial para la luz azul. Cuando se recetan los anteojos, más allá de la graduación que tengan, se les agrega filtro para luz azul. Se pueden usar anteojos neutros, sin graduación, con filtro azul”.
En tanto, advirtió sobre el uso de aquellas lágrimas artificiales para lubricar los ojos, que son de venta libre en farmacias: “Muchas veces se recomiendan gotas de venta libre en las farmacias que, además de la lágrima, tienen asociado otro componente, el cual blanquea el ojo, pero a largo plazo, genera una hipoxia de la córnea”.
La regla que todos deberíamos memorizar: “20-20-20”
Uno de los consejos más importantes que brindó el presidente de la Sociedad de Oftalmología de Mar del Plata, es la “Regla del 20-20-20”. La misma consiste en que, cada 20 minutos que se esté expuesto a una pantalla, hay que voltear y mirar a 20 pies, es decir, a 6 metros, durante 20 segundos. El objetivo es descansar momentáneamente la vista, para luego regresar a la pantalla y continuar con la actividad dispuesta.
“Nosotros cuando vemos de cerca, activamos los músculos de los ojos y convergemos, o sea, nos ponemos como si fuéramos bizcos y estamos contrayendo el músculo de la acomodación. Entonces, para que no se produzca un espasmo de la acomodación, que es una contracción del músculo, cada 20 minutos hay que mirar a lo lejos durante 20 segundos y luego volver a la actividad frente a las pantallas”, concluyó.
Asimismo, destacó que es necesario disminuir el brillo de las pantallas; colocar los monitores a unos 60 o 65 centímetros de distancia, y usar anteojos que bloqueen esta luz azul tan perjudicial.