Lazzeretti habló sobre los logros y los desafíos que enfrenta la UNMDP

 

El rector de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Alfredo Lazzeretti, analizó el panorama actual de la alta casa de estudios marplatense, repasó las principales conquistas que se lograron en los últimos años y los desafíos que se encuentran por delante.

La Escuela Superior de Medicina, el Centro de Investigaciones Marítimas y la misión de construir una universidad mas abarcativa, fueron los principales temas que abordó en la entrevista, que tuvo lugar en el programa radial “Bienvenidos a nuestro lado oscuro”, que se emite de lunes a jueves de 20 a 22 por FM 95.7 Radio Universidad y es conducido por Fredy Álvarez y Rubén Naveiro.

-La universidad tuvo grandes logros en estos últimos años y uno de los más relevantes tiene que ver con la primera camada de egresados de la Escuela Superior de Medicina. ¿Cómo fue ver concretado este proyecto? 

Con la Escuela Superior de Medicina atravesamos años muy complejos. La primera clase empezó en marzo del 2017 y tuvimos 6 años después la primera camada con los que llevaron la carrera al día y trabajaron constantemente estos años. De alguna manera se cierra un ciclo difícil porque hubo que organizar las cátedras, mientras se dictaba el segundo año había que darle forma a las disciplinas del tercero y proveer de equipamiento instrumental, microscopios, muñecos, pantallas de estudios, morgue. Tuvimos que montar mucho en estos 6 años y la verdad es que fue un esfuerzo muy grande, no solo de las autoridades de la escuela, sino de toda la comunidad de la UNMDP, porque los recursos que destinamos a medicina eran recursos que no iban a ninguna de las otras 9 unidades académicas.

Fue un esfuerzo grande de toda la universidad y esto hay que subrayarlo porque fue una decisión que tomó la asamblea universitaria. Coherentemente con esta decisión, todo el mundo acompañó este cambio sustancial que nos posiciona de forma distinta en el sistema de universidades públicas. Hablamos de 57 universidades nacionales y nosotros estábamos dentro del rango de universidades medias. Con medicina y la cantidad de estudiantes que sostiene, ya estamos casi en 55 mil  estudiantes y esto nos pone en el rango de las grandes universidades del país. Cuando uno ve los grupos de investigación que tenemos y la oferta académica, me parece que medicina de alguna manera vino a contribuir y ayudarnos a dar este salto de convertirnos en una universidad pública que se encuentra entre las diez más grandes del sistema nacional.

-Otro de los grandes proyectos que se está concretando desde la universidad es el Centro de Investigaciones Marítimas en el predio del Faro. ¿Cómo se gestionó?

La universidad durante mucho tiempo quiso tener participación o tener parte de las tierras alrededor del Faro de Punta Mogotes. En una época la Armada las había puesto en venta y hubo una iniciativa entre la municipalidad y la universidad para adquirirlas. Esa iniciativa no prosperó y surgió a finales del 2016 la posibilidad de que esas tierras, que incluso habían pasado a Hidrología Naval, se transfirieran a la UNMDP y a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. La posibilidad se gestionó a través de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), que es quien analiza, centraliza, tiene el inventario de las propiedades y la potestad de asignar funciones útiles a esos espacios que se encuentran ociosos. Hablamos de una superficie que en conjunto tiene 8 manzanas en su totalidad.

Por esa razón, expusimos ante esta agencia nuestro interés en tener parte del predio con un objetivo muy concreto que es poner en valor el litoral marítimo argentino. En nuestro país se ha votado una ley que se llama Proyecto Pampa Azul, con el propósito de conocer toda la extensión, riqueza y complejidad de este litoral. Para conocer eso hay que estudiarlo y como parte de este proyecto la idea es que cada provincia que tiene costa sobre el Atlántico Sur tenga un centro de investigación de alta complejidad. En ese sentido Mar del Plata tiene lo más importante, los investigadores, los estudiantes, futuros biólogos con especialización marina, el Centro de Biología de Costas. Una gran cantidad de investigadores, que son un enorme capital pero que muchas veces no cuentan con la infraestructura adecuada para desarrollar su función en plenitud.

En el marco de este proyecto planteamos el proyecto de hacer un Centro de Investigaciones Marítimas y encontramos una muy buena  recepción por parte del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación. Primero  en el AABE nos cedió la parte norte del predio del faro donde se encuentra el viejo edificio donde funcionaba la Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina, que fue un centro clandestino de detención y eso nunca hay que olvidarlo. Hoy aprovecharemos esa infraestructura y transformaremos un espacio que fue un ámbito de tortura, muerte y dolor en un ámbito de educación, investigación y producción de conocimiento. Creo que es el mejor homenaje que se le puede rendir.

-¿Cómo se desarrolla la obra?

Se planifica aprovechar la estructura que tenía la vieja escuela, que si bien se encuentra saqueada tiene una estructura muy noble en cuanto a materiales. Hay que limpiar el predio, acondicionarlo y resolver las patologías que pueda tener a nivel estructural y una vez finalizada comienza la próxima etapa. Hablamos de una inversión total de ocho millones de dólares y la idea  que surgió es que funcione allí también toda la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Hay un lugar donde se puede hacer un aulario importante y ámbito para que las autoridades de la unidad académica estén allí, con lo cual vamos a estar dándole vida a todo el sur de la ciudad, va a ser un desarrollo muy importante. En este contexto tan difícil estamos dando los primeros pasos en esa dirección: primero conseguimos el terreno, después firmamos el convenio con el ministerio y estamos dando pasos concretos sobre una idea que ansiamos concretar en el mediano plazo.

-El crecimiento de la universidad va más allá de la construcción de nuevos espacios para la educación y la investigación. ¿Cómo se trabaja sobre los vínculos con la sociedad y las organizaciones de la ciudad?

Desde la universidad tenemos una importante política de extensión universitaria, es una política que trasciende las gestiones y ha crecido mucho. De la gestión del arquitecto Medina a esta parte ha sido una prioridad otorgar fondos para la política de extensión, tener becarios extensionistas y además desarrollar una red de 13 centros de extensión que están en distintos sectores de General Pueyrredon y también en Miramar, Mar Chiquita, Villa Gesell y Balcarce. Esa presencia de la universidad nos permite articular proyectos y estar en las comunidades, sobre todo me parece que nos permite entrar en diálogo con sectores que a veces no perciben a la universidad como un lugar que sea de ellos. Nosotros queremos romper ese techo de cristal, queremos que todos los jóvenes de todos los barrios sientan que pueden venir a la universidad, por eso los inscribimos allí, por eso hacemos la muestra educativa allí en esos lugares.

Hay un cambio cualitativo importante que hay que seguir profundizando para que la universidad sea realmente abarcativa de todos los sectores sociales. Eso por un lado y por el otro estamos trabajando para transferir parte de lo que se investiga al sector productivo de la ciudad de Mar del Plata. Esto lo hacemos a través de la Red de Vinculación y Transferencia, lo que se llama  los Centros de Asistencia a la Transferencia Tecnológica (CATEC). Tenemos uno en el  parque industrial, otro en el puerto, otro en el cinturón frutihortícola, y hemos puesto en marcha ahora el textil. Desde allí fomentamos nuestro vínculo con el sector productivo y ofrecemos capacitaciones en lo que haga falta para transferir tecnología y contribuir al desarrollo del sudeste bonaerense.

-Recién mencionaba la intención de construir una universidad más abarcativa de todos los sectores sociales, ¿Qué medidas se toman para ir en esa dirección?

Muchas veces hay una tensión importante entre la posibilidad de dar respuesta y el crecimiento de la universidad, pero es una tensión que hemos decidido asumir. En Argentina hay una ley, de la que estamos muy orgullosos, que sostiene el ingreso irrestricto a la universidad y creo que todo joven que quiere entrar a la universidad tiene que poder hacerlo en las mejores condiciones posibles. Eso genera una tensión, a veces la infraestructura es la misma, los trabajadores no docentes son los mismos, los docentes son los mismos, todos tenemos que hacer un esfuerzo importante hasta que se vayan ajustando las cosas, pero me parece que ese esfuerzo está gratificado por garantizar el derecho a la educación superior a cada vez más jóvenes del sudeste bonaerense.

Desde el año 2007 pusimos en marcha el comedor universitario en la manzana Navarro, suerte de la decisión política del rector Medina. Hoy desde allí llegamos a los estudiantes con una comida de muy buena relación precio calidad. Si no me equivoco están pagando 150 pesos el menú, que no vale un café ni siquiera eso. Además hay bocas de expendio en todos los lugares, incluso en la Escuela Superior de Medicina, donde alquilamos una propiedad para poner en funcionamiento el comedor. Tenemos en Ingeniería, en Balcarce, no hay ningún lugar que no tenga la posibilidad de acceder al comedor. La cantidad de viandas que se venden es muy grande y también contribuye a esta política de permanencia que llevamos adelante con las becas. Ahora contamos con el transporte conveniado con la provincia y hay que reconocer la voluntad política del gobernador en instrumentar esto en las ciudades del interior bonaerense, que venía postergado. Es una medida muy positiva que beneficia a 15.500 estudiantes que reciben 45 boletos mensuales los primeros días del mes.

En el mismo sentido, desde la universidad reforzamos una pequeña gota de futuro con la movilidad sustentable y justamente esta semana se entregaron 300 bicicletas para resolver la problemática de transporte de muchos estudiantes y promover una solución de transporte que reduce la huella de carbono individual además de contribuir con el bienestar de la comunidad. Las personas beneficiarias fueron seleccionadas por el Servicio Social de la Universidad a través de una primera convocatoria en la que se inscribieron 1300 estudiantes.

-¿Cómo se lleva adelante el desafío de administrar una institución como la UNMDP frente al complejo panorama político y económico del país?

Son tiempos complejos para toda la administración pública. Estamos inmersos en una economía que tiene mucha volatilidad, donde muchas veces cuesta tener precios de los insumos que necesitamos. La administración pública está organizada en un conjunto de leyes y de normas que regulan el funcionamiento del Estado y se pone bastante complejo, sobre todo lo que es en el área de compras y contrataciones, que son indispensables para que la universidad funcione. Hablamos de compras que van desde el equipamiento de la universidad hasta la gran cantidad de cuestiones que se requieren para que una institución tan compleja y tan diversa funcione.

Hay mecanismos del Estado que están pensados para el contexto de una inflación racional, que no supere el 10% anual, por decir un número. A la hora de llevar adelante distintas cuestiones, no encontramos oferentes y es muy difícil que las personas que trabajan en el sector privado puedan realizar una oferta y mantener el precio por dos meses para entregar la mercadería. Hay también un temor con relación a los cobros, porque la universidad tiene siempre la historia de ser un buen pagador y honrar sus compromisos pero hay mucha gente que va a contratar por primera vez con la universidad y eso no lo sabe. A esto se suma que para contratar con el Estado uno no tiene que tener deudas con la AFIP.

Con todo ese conjunto de exigencias, mucha gente del sector privado prefiere no presentarse a ninguna oferta, no venderle al Estado y arreglarse con otros oferentes que no sean tan complicados. Por supuesto hemos buscado maneras de poder subsanar eso en lo que se refiere a los montos pequeños y sobre los otros montos estamos trabajando, confiando en que lo vamos a poder manejar.

A pesar de todo esto la universidad no se detiene, hay dos licitaciones muy importantes que tendrán apertura de ofertas en el mes de junio, una es para finalizar la torre de calle Peña, que nos quedó trunca porque la empresa entró en convocatoria de acreedores y dejó de hacer la obra. Saldrá una nueva licitación para esa obra y la otra es un nuevo edificio para la Facultad de Ciencias de la Salud, la idea ahí es hacer una construcción de 4 o 5 plantas que va a aportarnos unos 800 m2 de aulas que va a ser un aporte importantísimo para el complejo.

 

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