Suicidio: una problemática de la que hay que empezar a hablar

Fuente: Télam.

 

El Ministerio de Salud de la Nación dio a conocer datos preocupantes en torno a los suicidios en Argentina y la problemática se posiciona como la cuarta causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años. Según precisaron desde la Dirección de Estadísticas e Información en Salud del ministerio, durante el período 2010-2019 se produjeron 31.847 muertes por suicidios. El dato se traduce en 3.185 muertes por año, ocho por día y una cada tres horas.

Para profundizar sobre este tema desde Portal Universidad nos pusimos en contacto con Cecilia Anton, psicóloga y Magíster en Psicoanálisis por la Facultad de Psicología de la UNMDP. 

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Respecto de la gravedad de la problemática, Anton dijo: “El tema del suicidio posee muchas aristas sociológicas, históricas, económicas y culturales. El suicidio como acción directa y acto logrado es una cosa, después el intento y las lesiones autoagresivas es otra distinta. Me parece importante introducir también la idea de que existen suicidios no violentos, es decir aquellos que tienen que ver con no favorecer el autocuidado de una persona para el seguimiento de una enfermedad crónica no transmisible, como la diabetes o la hipertensión. Son acciones que las personas hacen en contra de su propia salud de una forma crónica y silenciosa, a las que es importante prestar mucha atención”.

Sin dudas es complejo determinar cuáles son las razones que se encuentran detrás de este accionar y no se puede abordar desde la generalización. Sobre este aspecto Anton explicó: “Cuando a una persona la habita una ausencia, aparecen ciertos rasgos de depresión, aunque no todos. Hay que estar alerta ante esos rasgos de ausencia, cuando uno escucha que las personas se sienten con un vacío, con una exigencia muy alta frente a la comparación con los ideales sociales. Los seres humanos podemos ser a nivel inconsciente muy sádicos con no nosotros mismos. También podemos hablar de causas psicosociales complejas que dejan a la persona sin herramientas para hacerle frente. No existe una forma precisa de determinar si una persona va a pronunciarse en este sentido y no necesariamente el paciente va a comunicar que quiere terminar con su vida, aparecen ciertas ideas de muerte como una fantasía de escape ante ciertas situaciones. En alguno casos ese escape puede ser ante un dolor físico, no necesariamente tiene que ser un dolor psicológico”.

En ocasiones sucede que las personas del entorno detectan estos rasgos pero no saben cómo ayudar o no disponen de las herramientas adecuadas. Sobre el accionar en estos casos, la especialista dijo: “Es muy importante hacer una consulta en alguno de los 33 Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) que tiene el municipio, o en cualquier centro de atención privada también. Es fundamental la atención de un profesional que pueda ejercer la escucha activa del paciente y sus familiares. Desde la voluntad de ayudar, las personas escuchan con interrupciones, caen en lugares comunes y refuerzan aspectos positivos de vivir, y cuando uno necesita ser escuchado puede no ser la estrategia más efectiva”.

“Solo a través de la escucha se pueden identificar las causas, se trata de darle lugar a la persona para que se anime a poner en palabras y a descifrar lo que le sucede. Eso es un primer paso para tratar el sufrimiento, para atravesar esos dolores que por alguna circunstancia o por cronificación de algún problema aquejan al paciente. Posteriormente es fundamental tener un seguimiento atento y asiduo de los pacientes que tienen ese riesgo”, aseguró.

Por otro lado, Anton explicó que existen ciertos mitos muy dañinos sobre el suicidio que circulan por la sociedad y dijo: “Se dice que las personas que anuncian que se van a suicidar no lo concretan. Ese es un mito social cultural pero no significa que la persona que lo anuncia o que tiene ganas de morirse no lo vaya a hacer. Otro es que el que lo hizo una vez no lo va a volver a repetir, la realidad es que si una persona pudo ejecutar un acto agresivo contra su propia persona, puede volver a hacerlo. Es muy importante poner el tema en agenda y empezar a hablar de estas cosas tan complejas para la sociedad, porque nos pone en situación de alerta frente a las estrategias que podemos tomar para prevenirlo”.

El suicidio y los más jóvenes

Consultada sobre la prevalencia de la problemática en la adolescencia, Anton precisó que “la problemática afecta a todas las franjas etarias. En el suicidio hay una pérdida del sentido vital, que se puede registrar mediante la mirada o las actividades que una persona hacía antes y ahora no puede llegar a hacer. Lo que sucede en la adolescencia es que el adolescente es más taxativo, tiene un pensamiento más polarizado. En ese estado ocurren muchas identificaciones con personas que tal vez tienen conductas autolesivas y los adolescentes van copiando este modelo”.

“Las identificaciones en la adolescencia están más débiles, son más móviles que la rigidez de una persona adulta y tienen un comportamiento que copian. Como indicador puedo decir que en Mar del Plata tenemos una importante prevalencia de las lesiones autoagresivas en adolescentes y lo importante es poder hacer un análisis sobre las motivaciones detrás del accionar. Muchas veces el paciente no tiene tiempo para evaluar las circunstancias que rodean su comportamiento y acciona de forma impulsiva”, agrego.

La situación en Mar del Plata

Frente al estado de situación en la ciudad, la psicóloga expresó: “Tuvimos muchos problemas en épocas de la pandemia, las consultas se suspendieron durante el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio y eso impactó fuertemente en Mar del Plata y su periferia. Una vez terminada la pandemia, la salud mental se puso sobre el tapete y se le da más importancia que antes pero en general los presupuestos no alcanzan. No tenemos especialistas en patologías agudas, solamente el 3% de los psicólogos de Mar del Plata acceden a una residencia por examen de concurso en el HIGA y eso hace que muy poca gente en la ciudad tenga capacidad en cuanto a poder registrar pacientes de riesgo y pacientes agudos”. 

“En mi experiencia trabajando en la ciudad, los intentos más agudos y logrados son hombres. Hay una prevalencia de sexo donde el hombre tiene un intento mucho más agresivo con uso de armas y en el caso de las mujeres tenemos más casos vinculados con ingesta medicamentosa. En términos de prevención, en la ciudad tenemos muchas ONGs que realizan distintas acciones, reparten folletos y concientizan respecto de la problemática pero es mucho el trabajo que queda por delante porque es un tema muy complejo que nadie quiere abordar”, dijo.

Más allá de la estadística

Los datos publicados desde el Ministerio de Salud dan cuenta de la gravedad que tiene la problemática y al respecto Anton expresó: “Es fundamental que empiecen a hacerse visibles estas estadísticas, y también hay que decir que se trata de un subregistro que no representa realmente la situación, porque sólo recopila información sobre los casos logrados y no sobre todo el abanico de variables que se encuentran dentro del diagnóstico. Conocer la estadística es un primer paso importante pero necesitamos como sociedad dar varios pasos en su conjunto, para prevenir, para comprender y hasta para aceptar las razones subyacentes detrás del suicidio. Cuando una persona se suicida deja las preguntas del lado de los deudos, ya no podemos preguntar y conocer las causas. Ese efecto en los que quedan también requiere de atención y asistencia”.

“Las acciones del ministerio son tendientes  a poder visibilizar y crear dispositivos para esto, todo depende también del sistema presupuestario, que haya especialistas e investigadores, dedicados al tema. Sobre todo en la ciudad de Mar del Plata que es una de las ciudades donde más se suicida la gente.  La circunstancia del suicida no es solamente un problema psiquiátrico, sino que tiene que ver con una cuestión psicosocial. Hablamos de situaciones familiares y contextuales que lo rodean. Hablamos también de ciertos mensajes que manda la cultura respecto de ideales de éxito y fracaso, de ideales de cuerpo o de edad que tienen un peso muy fuerte y que operan de manera silenciosa. Es un problema que abarca todas las aristas y por eso es fundamental empezar a hablar del tema y profundizar la formación de los profesionales”, concluyó.

 

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