Cardiólogos alertan que peligra la colocación de stents: “La salud está en crisis y no es algo de ahora”

El Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) lanzó un comunicado a principios de esta semana en el que advierten sobre la crisis que atraviesa el sector y manifiestan que este estado de alerta podría suponer un alto en la realización de stents y angioplastias. Estos procedimientos son vitales en Argentina, donde una de las principales causas de mortalidad tiene que ver con problemas cardiovasculares.

El colegio adjudicó esta crisis al aumento de costos de los equipos y suministros médicos y a la reducción de honorarios profesionales y precarización que sufren los trabajadores de la salud. A su vez, alertaron que la situación está llevando a muchos médicos jóvenes a emigrar y eso se observa en el vaciamiento de las salas de residencia y en la falta de especialistas en muchas áreas. Las consecuencias podrán ser una escasez de médicos cardiólogos intervencionistas y el posible cierre de centros de alta complejidad, en el mediano plazo.

Para conocer mejor la situación, desde Portal Universidad nos comunicamos con el Doctor Roberto Sapino, cardiólogo, Especialista en Cardiología Intervencionista y parte del staff del Servicio de Hemodinamia e Intervencionismo Cardiovascular de la Clínica Colón, quién manifestó: “En realidad esto es un problema que no es nuevo, sino que lleva años en Argentina. Las prácticas, todas en general, pero en este caso estamos hablando de la cirugía y prácticas cardiovasculares reflejan la antítesis de lo que es un país agroexportador. ¿Que quiero decir con esto? Todos los insumos son a valor de moneda extranjera, toda la tecnología que se usa es de moneda extranjera, y todo lo que se cobra, se cobra en un país con las dificultades económicas que tiene Argentina en las últimas dos décadas. Entonces hay algo en la ecuación que no encaja para tratar de prestar un servicio de calidad, como tiene que ser el de la salud”.

“Ese es el quiebre fundamental que hay en el sistema, que no es una cuestión nueva. Siempre cuando cambian gobiernos hay devaluaciones y todo se resiente un poquitito más o se hace más notorio, pero esto es una cuestión que viene desde hace ya mucho tiempo. Yo creo que uno debería plantearse un Sistema Nacional de Salud, es un debate que se debe toda la sociedad, la salud está en crisis y no es algo de ahora”, agregó en relación al comunicado.

Yo creo que uno debería plantearse un Sistema Nacional de Salud, es un debate que se debe toda la sociedad, la salud está en crisis y no es algo de ahora.

Específicamente Sapino refirió a la gravedad de la situación y las implicancias: “Es grave así en el sentido de que ya la actividad está relativamente paralizada en los tiempos del delay o demora que tienen los pacientes para hacerse una práctica. Sacando lo que es excesivamente emergente, que de alguna manera uno lo tiene que resolver, en lo que puede esperar un poquitito los tiempos de demora ya rozan lo que es peligroso con la patología que uno está tratando. No debemos olvidar que nuestra especialidad trata la principal causa de muerte de muerte de la medicina occidental y de Argentina. Entonces realmente acá estamos hablando de mortalidad, no estamos hablando de una cirugía estética o lo que fuere que uno puede esperar”.

Acá estamos hablando de mortalidad, no estamos hablando de una cirugía estética o lo que fuere que uno puede esperar.

A su vez, apuntó a la pandemia como un punto de quiebre: “La situación si se quiere en lo micro o en lo específico se agravó con la pandemia, porque con la pandemia los servicios han dejado de tener ingresos y no se ha podido agiornar la tecnología y demás. Con la situación actual, que es de público conocimiento, no hay colchón para hacer frente a esto”.

El stent: creado por un argentino, producido fuera de argentina

El stent es una malla extensible que se utiliza para abrir arterias, venas y otros conductos de cuerpo que han sido previamente tapadas u obstruidas. Fue creado en 1985 por el médico argentino Julio Palmaz, que lo desarrolló junto a su par americano Richard Schatz, por eso se lo suele llamar stent de Palmaz-Schatz.

Palmaz en 1986, trabajando en el laboratorio de cateterismo en la escuela de Medicina de San Antonio, en Texas. Foto Archivo

Previo a su creación, para solucionar obstrucciones de arterias, venas y vasos, se debía poner al paciente en bypass a corazón abierto y destaparla llevando sangre a través de un puente al extremo distal. El stent permitió realizar angioplastias mediante un procedimiento mínimamente invasivo, sin bisturí: “La angioplastia no es mi más ni menos que dilatar endolumnialmente una arteria del cuerpo, en este caso estamos hablando de los stents coronarios, con un balón que sobre estira la arteria y después para que no haya una retracción elástica se pone un stent, que es lo que desarrolló Julio Palmaz. Hoy después de 30 años viene con un mecanismo que libera fármacos para evitar que esa lesión se vuelva a formar y se vuelva a enfermar, que en cardiología se llama restenosis”, explicó Sapino.

“El stent lo desarrolló Julio Palmaz en Estados Unidos y después lo mejoró con Schatz. Es el invento que más vidas ha salvado sin lugar a dudas y eso se lo debemos a Julio Palmaz, que es un Platense que estudió en la Universidad de La Plata”, aclaró Sapino.

¿Es posible desarrollar el stent en Argentina?

Un stent

Sapino explicó que, si bien en Argentina existe el capital intelectual para desarrollar los stents, los problemas recaen en los aspectos económicos: “Desarrollar estos requiere una inversión en recursos humanos y en recursos económicos sideral a veces no es incentivada. Por ahí uno tiene 10 líneas de investigación y solamente una línea de investigación es la que es efectiva y esa línea tiene que financiar a las otras nueve para que se pueda seguir desarrollando. Así es como crece la tecnología y la ciencia. Y el mercado interno nuestro es tan chico que es prácticamente inviable. Hay gente que tiene la posibilidad y desarrolla cosas internamente como por ejemplo las endoprótesis para el tratamiento de aneurismas de aorta abdominal. Hay una fábrica acá que está en la ciudad de Buenos Aires hace más de 30 años que vende productos al exterior, a Canadá puntualmente. Entonces desde el punto de vista de lo imaginario y tangible sí, pero son pequeñas cosas que uno puede llegar a hacer. Esto es algo muy específico: hay tecnología y capacidad en recursos humanos para desarrollar esto, pero lo que se contrapone es cómo lo llevamos a la práctica”.

Esto es algo muy específico: hay tecnología y capacidad en recursos humanos para desarrollar esto, pero lo que se contrapone es cómo lo llevamos a la práctica.

Sin embargo, aunque existiera la posibilidad de fabricarlos, está el problema de los recursos humanos: “La medicina es un servicio y lo más importante en los servicios siempre a mi forma de ver es el recurso humano. Comparado con otros lugares del mundo es irrisorio la materia de salarios en todo lo que es salud desde los cardiólogos intervencionistas, hasta los médicos generalistas, hasta los técnicos y los radiólogos. Por eso mucha gente joven emigra, y las residencias quedas quedan vacías”, agregó Sapino.

En esa misma línea, también faltan médicos en muchas especialidades: “Yo tengo 30 años de hemodinamista, pero la gente joven no elige la hemodinamia como subespecialidad. Intenta elegir otro tipo de especialidad porque el mundo es distinto. Y voy a poner un ejemplo muy tangible: cuando yo me formaba no había gente que quiera o había poca gente que buscaba la especialidad de diagnóstico por imágenes, y hoy en día la gente se vuelca esa especialidad y no a especialidades quirúrgicas”, dijo Sapino y agregó: “Esto es un poco lo que pasa cuando uno no se agiorna al mundo. Lo que es la remuneración de la gente que trabaja en salud es paupérrimo, esa es una realidad. Por eso volvíamos al principio: debemos plantearnos un plan de salud integral con todos los actores de salud, adecuado obviamente a la realidad nuestra que no es ni la de Estados Unidos ni la de Zimbabue, es una realidad distinta. Yo creo que nos debemos esa charla y por ahí tal vez necesitamos estas crisis como para tocar con mano y plantear algo duradero y serio”.

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