De la escasez del gas a la quita de subsidios: ¿Qué está pasando con el gas en Argentina?

La crisis por la escasez de gas escaló significativamente desde el martes por la noche y durante todo el miércoles, cuando el Gobierno decidió cortar el gas en todas las estaciones de servicios de Gas Natural Comprimido (GNC) del país y a los grandes usuarios industriales. Las usinas de generación de electricidad se vieron a un paso de los apagones de luz programados. Sin embargo, el miércoles por la noche la canciller Mondino se comunicó con su par de Brasil y el embajador Bitelli para destrabar la descarga del buque de gas licuado contratado con Petrobras, quienes colaboraron para evitar un colapso energético en el país.

Desde Portal Universidad nos comunicamos con Ricardo Panza, economista y docente, para entender porque se generó esta crisis y como sigue la situación de cara al invierno. “No es la primera vez que pasa esto, sucede todos los años. Cuando vienen fríos intensos hay algunas estaciones de GNC que tienen provisión de servicio continuada y ahí estaciones de GNC que tienen provisión de servicio interrumpible. Hay estaciones de servicio clase A y clase B por así decirlo, depende del contrato que tengan. Ininterrumpible significa que siempre te proveen de GNC mientras que interrumpible significa que se dispone de GNC en tanto y en cuanto no haga falta para el consumo domiciliario, en cuyo caso hay prioridad. Ellos pagan un contrato más económico, pero se tienen que atener las consecuencias”.

“Adicionado a eso han venido los fríos muy intensos y un mes antes de lo esperado, con lo cual de una temperatura media de 14 o 15 grados ha bajado a 5 grados y esto ha repercutido y aumentado fuertemente la demanda de gas. Eso hizo que se dispare este problema”, agregó.

¿Qué pasó con el gasoducto Néstor Kirchner?

“El gasoducto Néstor Kirchner viene a tratar de mejorar la capacidad de transporte. Hay tres gasoductos que toman ya el gas que viene de Vaca Muerta y de la zona del sur, que es la gran producción gasífera, y lo traslada al resto del país, pero no era toda la obra que había que hacer. Esta era la primera de dos o tres etapas”, explicó Panza sobre el estado de la obra.

La segunda etapa comprendía el montaje de dos plantas compresoras ubicadas al final del gasoducto, estimada para finales junio, que tenían previsto duplicar la capacidad de carga. “El flujo de gas que corre por el gasoducto se podría duplicar con estas dos plantas compresoras que todavía no están y haría falta una inversión. Por ahí al gobierno actual le faltó un poco de cintura política porque lo podría haber empujado y si lo hubiese empujado en una de esas el gasoducto podía trasladar un poco más de gas”, comentó el economista.

Otra cuestión tiene que ver con conexiones internas que no estaban terminadas: “Había dar vuelta las válvulas de todo el gasoducto que va desde Tío Pujio, en Córdoba, hasta Bolivia, que estaba preparado para recibir gas de Bolivia y ahora si las condiciones estuviesen dadas podría llevar gas hacia el norte del país. Eso todavía no se hizo, ni se ha licitado. Estas obras vienen con mucha de demora”, dijo Panza.

“El gasoducto Néstor Kirchner en realidad lo licitó Macri, y después Alberto Fernández inexplicablemente anuló la licitación y lo retomó Massa en 2022 con muchísima demora, si bien es cierto que se terminó en tiempo récord. Pero tendríamos que tenerlo hace siete años funcionando y no sucedió”.

El hecho de que estas válvulas no estén, trae un problema aparejado: Bolivia bajó su producción de gas y su prioridad, por contrato, es Brasil, que tiene suministro no interrumpible de gas para abastecer al cordón industrial de San Pablo. Argentina tiene un suministro interrumpible, un contrato de menor valor con lo cual Bolivia avisó al gobierno que si le empezaba a faltar gas la prioridad la tiene Brasil. “Eso pone en problemas a Salta, Jujuy y Tucumán”, alertó Panza.

“Para eso se hizo una especie de swap o de bypass desde Petrobras, para que buques con gas regasificado lo inyecten en el gasoducto para que vaya para esos lugares con problemas de abastecimiento y que no haya problemas, que los va a haber, en el norte. Córdoba ya les cortó el suministro a todas las estaciones de servicio, sean interrumpibles o no interrumpibles”, explicó el docente.

Otra etapa que falta realizar, es el loop entre Carlota y Tío Pujio, en Córdoba, que, si bien fue licitada, todavía no están los fondos disponibles. Lo mismo sucede con un tramo que va de Salliqueló a San Jerónimo en Santa Fe, que tampoco está hecho. “Por lo que te puedo significar, pensamos que teníamos todo terminado y eso no es cierto. Esta era la primera de tres o cuatro etapas que está bueno que se estén llevando a cabo y está bueno que se aceleren, pero de todos modos no iban a suceder. Faltan alrededor de 3.500 millones de dólares vivos como para poder licitar esto y hacerlo como obra pública”, agregó Panza.

“Es cierto también que el gobierno nuevo tiene la filosofía de no alentar más obra pública, y prefiere otorgarlo en concesión o hacerlo mediante un sistema de obra privada. Tampoco se movió mucho esto porque se han priorizado otras cuestiones, con lo cual hoy estamos en esta en esta coyuntura que no es muy buena, pero de la que tampoco se le puede echar tampoco toda la culpa a este gobierno. Por ahí le faltó cintura política para empujarlo, pero todas las cosas que están pasando ahora iban a suceder igual”.

La diferencia que hay entre este año y el anterior, es que la situación no es tan crítica respecto al gasto: “En aquel momento la situación era hipercrítica porque el gas nuestro costaba aproximadamente 3 dólares por millón de BTU y el gas que venía de barcos gasificados por la crisis de Ucrania costaba 40. Ahora no es tanto porque el nuestro cuesta 4 dólares y el gas licuado que se regasifica cuesta 12 lo que, si bien es menor, no es chiste y en un momento en el que faltan divisas menos. Pero no va a faltar gas, el problema es que falta compresión, falta capacidad de transporte y el ahogo puntual o coyuntural de estos primeros fríos ha agravado el problema”, dijo el docente.

Nuevo esquema tarifario y de subsidios

En este contexto se empezó a hablar de los aumentos que llegarán en junio en todas las tarifas. Si bien el gobierno anunció que el esquema cambiará de una lógica de subsidio de la oferta a el subsidio de la demanda, aún no se sabe con seguridad como se implementará y como afectará a los hogares de ingresos medios y bajos.

Sobre ello Panza adelantó: “Impactar, se supone que va a impactar. Lo que se supone también es que el esquema de subsidios tal como estaba implementado antes era una especie de subsidio de baja en la tarifa. Ósea que se pagaba directamente a la empresa para que la empresa te asignara una tarifa de gas muchísimo más reducida, del orden de una décima parte a un octavo de lo que debería cobrarla. Y esto, al no ser discriminado entre hogares de altos, medios y bajos ingresos, resultaba en que los hogares de altos ingresos podían calefaccionar el agua de su pileta de natación por dar un ejemplo y esto me parece que injusto teniendo en cuenta que hay gente que posiblemente no tenga suministro de gas”.

“Ahora se está optando por algo que pareciera ser un poco más justo que es este subsidiar a la demanda: aquellos que tengan problemas. ¿Ahora cómo va a ser este subsidio? No lo sabemos porque no hay ningún tipo de precisión y tampoco se sabe si va a alcanzar a todos, pero seguramente un hogar de bajos o medios ingresos que no tenga el acceso a este subsidio va a experimentar un aumento importante en la tarifa. Tenemos que estar a la espera de que puedan surgir desde las autoridades”, finalizó el economista.

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