“Entre las calles y las aulas”: el relato de experiencias territoriales con perspectiva de género  

La Universidad Nacional de Mar del Plata tiene tres pilares fundamentales: Docencia, Investigación y Extensión. Esta última es la pata que vincula a la casa de altos estudios directamente con los territorios. Los programas, grupos y proyectos de extensión generalmente se desenvuelven en objetivos que tienen que ver con el acompañamiento de la sociedad civil en múltiples ámbitos. Cada facultad posee varios de ellos.

En esta oportunidad la Editorial de la Universidad Nacional de Mar del Plata (EUDEM), lanzó una colección de libros en los que se relatan experiencias de extensión con un alto impacto en las comunidades. Uno de ellos fue “Entre las calles y las aulas: Consolidando Extensión Crítica Feminista”, de Yanina Cobos y Ludmila Azcue. Desde Portal Universidad nos comunicamos con Azcue, secretaria de Extensión de la Facultad de Ciencias de la Salud y Trabajo Social, abogada, y coautora de este libro, para conocer el trabajo del Programa de Género y Acción Comunitaria, que se relata en este texto.

“Cuando pensamos un proyecto desde la secretaria donde se inserta el programa, siempre intentamos transversalizar la perspectiva de género. Pero no es que vamos al barrio diciendo: esto es transversalizar la perspectiva de género, porque son conceptos que capaz tenemos que discutir en la universidad y no necesariamente las personas en el día a día las utilizan y les va a servir problematizar. Lo que hacemos es pensar cada uno en nuestros proyectos intentando trabajar la perspectiva de género. Entonces si bien no va a ser el objetivo principal de cada iniciativa y no va a ser lo primero que vamos a conversar o trabajar con cada actor barrial, si va a ser algo que va a estar latente todo el tiempo. Vamos a tratar de que no sea un emergente que pase desapercibido y tener esas gafas violetas puestas para acompañar esos procesos sociales”, explicó sobre la mirada que se aplica en los proyectos.

Como ejemplo, Azcue brindó el trabajo realizado junto a trabajadoras de la economía popular: “Vamos a tratar de ver cuál es el rol de estas mujeres y problematizar con ellas cuáles son sus tareas. Hay algunas experiencias de cooperativas de obra donde las mujeres tienen un rol protagónico porque son responsables del zanjeo de las obras eléctricas y nosotras tratamos de acompañarlas en el proceso de visibilizar todo ese laburo al interior de sus organizaciones porque no es sencillo que se la reconozca. La idea no es que desde la Universidad vayamos a imponer que esa organización le reconozca ese trabajo esa mujer o esa compañera, pero sí sostenerlas durante todo este proceso y acompañarlo para que sean ellas mismas las que tengan esa voz”.

“Otro ejemplo fue cuando trabajamos en contextos de encierro y trabajamos solamente con varones. Vamos a intentar que reflexionen, si bien su situación es absolutamente precaria, cómo están las mujeres a unos pocos kilómetros. ¿Cómo las está atravesando? ¿Cómo se vinculan ellos con esas mujeres? Tratamos de acompañarlos en identificar el rol de las mujeres en el sostenimiento de la vida de esos varones. Porque son ellas quienes les acercan comida, medicamentos y elementos de higiene”, agregó Azcue sobre el rol del proyecto.

“No tiene que ver con imponer procesos ni conceptos, sino acompañar esas experiencias o esas construcciones sociales y tratar de identificar con esa población o ese grupo con el que estemos trabajando, a dónde están las vulneraciones de derechos, qué estamos haciendo o cómo estamos aportando a estas y eventualmente qué podemos hacer para que esto sea un poquito más leve y justo”, explicó.

Sobre la redacción del libro expresó: “La idea de pensar un libro tuvo que ver con tener la oportunidad desde Eudem y la Secretaría de Extensión Universitaria de abrir espacios para que podamos compartir algunas reflexiones o sistematizaciones de experiencias de extensión. No es sencillo encontrar esos canales abiertos y fue una invitación a ponernos a escribir, que tal vez es más complejo desde extensión porque lo que nos suele pasar tradicionalmente es que nos gana la demanda de los territorios. El proceso fue mucho apelar a la memoria de Yanina Cobos, que coordinó el programa desde que se creó, y yo apelé a mi memoria como coordinadora de algunos proyectos que se daban en la órbita del mismo. Fue un camino de recuperación y de recordar a partir de reencontrarnos con fotos, registros y algunas notas que íbamos haciendo en esos procesos”.

La propuesta del libro fue acercada por Eudem y la Secretaría de Extensión de la Universidad, y coincidió con el décimo aniversario del Programa de Género y Acción Comunitaria. “Nos parecía que era una fecha importante para rememorar, porque tal vez en otras universidades hay experiencias anteriores donde encontramos programas de gestión para trabajar específicamente la cuestión de género, pero en el caso de la Universidad de Mar del Plata el Programa de género y acción es la primera estructura que tiene la Universidad para trabajar la cuestión de género. Entonces también sentíamos que también era una fecha para celebrar con toda la comunidad universitaria”, profundizó Azcue.

“Creo que este libro tiene muchas utilidades. Es un regalo para las personas que participaron de estos diez años, para que se puedan encontrar reflejadas y siendo parte de algo superador de la individualidad. Por un lado, cuando pensamos los procesos de sistematización de experiencias y concretamente este libro siempre los pensamos con una doble utilidad. Por otro lado, la intención es que pueda nutrir procesos de formación, ya sea de alguna asignatura o de algunos planes de estudio, no necesariamente como material bibliográfico, sino también para proponer una mirada teórico político epistemológica acerca de cómo nos formamos y cómo enseñamos en la universidad pública, y qué lugar le damos a los actores sociales y a los movimientos sociales en esas formaciones”, explicó la autora.

La otra utilidad que describe Azcue, tiene que ver con transformar estas experiencias de extensión en un aporte para pensar las políticas públicas. “De alguna manera este libro también tiene que generar una herramienta que nos permita visibilizar o difundir cuáles son los problemas que tienen las mujeres en los barrios y medir el estado de situación. Tratar de pensar en ese proceso una política pública que tenga que dialogar necesariamente con esas realidades y demandas que identificamos con los territorios”.

“Quiero reforzar que el título Entre las calles y las aulas cobra otra dimensión en el contexto actual, en la que vemos una presencia de la comunidad universitaria más grande en las calles. Creemos que esa presencia es necesaria para nuestras formaciones, para encontrarnos y preguntarnos y re preguntarnos constantemente para hallar algunas respuestas acerca de por qué estudiamos, por qué formamos, por qué hacemos extensión en la universidad pública y por qué defendemos esta institución social. En ese proceso creo que es necesario poner en valor el rol de las mujeres en la universidad pública como responsables de motorizar esas luchas que luego se cristalizan en políticas institucionales desde una perspectiva de género, que hacen que tengamos una vida universitaria más equitativa y justa y, por qué no también, aportan a construir una sociedad más justa a partir de esas políticas esas experiencias”, concluyó Azcue.

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