El Havanna: el edificio que cambió la historia de Mar del Plata
Por Mara Rolandi para el #MediaLab de Portal Universidad
Mar del Plata tuvo su propio Dios griego, Demetrio Elíades, quien emigró desde la isla de Creta a la feliz en 1947 para hacer historia. Después de crear una de las fábricas de alfajores más grande del mundo “Havanna”, Demetrio quería seguir haciendo crecer a la ciudad.
Melina Piglia, doctora en Historia del Turismo e investigadora del CONICET, describe a la Mar del Plata de ese entonces como un lugar que aspiraba a ser una “Nueva York Sudamericana”. Con esta idea de un turismo internacional el empresario planeó tocar el cielo con un edificio.
La construcción del rascacielos marplatense inició en agosto de 1966 y fue ocupado por sus inquilinos por primera vez el 4 de diciembre de 1969. Cuenta con 125 metros de altura, 39 pisos de los cuales cada uno tiene 7 departamentos, lo que concluye un total de 273 departamentos.
Mar del Plata antes del coloso
La feliz no siempre fue la ciudad turística que recibe a millones de extranjeros en sus aguas saladas, hay un pasado lleno de lujos y privilegios. Hubo un momento en la historia donde la orilla de las playas no era para refrescarse, sino que el objetivo de la ciudad era hacerse ver. El periodista y escritor francés Jules Huret afirmó en su libro En Argentine: De la Plata à la Cordillère des Andes: “a Mar del Plata se va a lucirse, a lucir su fortuna, a divertir a las muchachas, y a armar las primeras intrigas que se resolverán en los noviazgos de invierno.”
Con infraestructuras lujosas como el Club Mar del Plata, uno de los lugares más grandes de ese entonces, con cinco pisos ocupaba toda una manzana frente al mar. La ciudad para fines del siglo XIX era, en palabras de Piglia, una localidad únicamente para las elites: “Mar del Plata era lo que hoy se conoce como un resort super exclusivo. La gente en invierno tal vez se iba al exterior pero en verano venían a estas playas”
Las calles de la ciudad eran el lugar de veraneo de las elites, la reina de las mansiones y grandes chalets. Algunas de estas casonas sobrevivieron a la explosión de la construcción, como la residencia de Victoria Ocampos; el actual museo de arte Juan Carlos Castagnino; o la quinta de Emilio Mitre, que actualmente es el Archivo Histórico Municipal.
La llegada del Demetrio Elíades
Para 1965, año en el que se inició la idea de construir el edificio, Mar del Plata ya era otra. Desde los años 20s parte de la clase media empieza a llegar a ciudad y concentrarse en su zona céntrica, mientras las elites se mudan para el Barrio Stela Maris.
La fiebre de tener un departamento en la feliz fue el resultado de dos grandes acontecimientos: la inauguración de la ruta 2 en 1938 y la promulgación de la Ley de Propiedad Horizontal en 1948. Ley que permitió la subdivisión de las propiedades de los edificios, lo que posibilitó la compra de un solo departamento para las clases medias.Así fue como en los 60 explotó la ciudad y la playa Bristol recibió a millones de turistas, que muchos conocían el mar por primera vez.
En este contexto, Mar del Plata dejaba de ser el balneario de la oligarquía para convertirse en una ciudad de las masas, la ciudad donde más se construía en el mundo. “La loma de Avenida Colón que estaba llena de casonas, se empezó a transformar en un universo de edificios” mencionaba Melina Piglia, “se decía que por esta avenida se veía una ola de obreros de construcción en bicicletas que iban y volvían de trabajar”.
En esta euforia por la construcción y jugar a ser primer mundo, es cuando el griego decidió llevar todo a un nivel mucho más alto. Demetrio Elíades ya había tenido dos grandes construcciones con su constructora Demetrio Elíades y Cía. Sociedad Anónima Constructora (DELCO SCA) el Palacio Edén en 1962 y el Palacio Cosmos en 1964, pero este nuevo proyecto era superior a todo lo anterior.
La obra fue hecha junto al arquitecto Juan Dompé y el ingeniero Jan Ruszkowski. Desde sus inicios llamó la atención por sus propagandas contundentes que declaraban que “Se trata de alcanzar el cielo. Alcanzarlo mediante la fuerza que da el trabajo y las posibilidades que ofrece a toda empresa una ciudad de las características de Mar del Plata” haciendo que toda la ciudad espere con ansias la llegada del demetrio.
A pesar de que todo encaraba para poner al empresario en la cima de su carrera, no todo tuvo el final perfecto. Poco antes de la inauguración del edificio, Demetrio Elíades falleció. Por eso se decidió cambiar el nombre de Palacio Belvedere (Palacio Bella Vista, en italiano) a Edificio Demetrio Elíades, en homenaje al dueño de Havanna que nunca llegó a ver su gran creación.
El rascacielo fue aceptado por la ciudad incluso antes de su inauguración, según la Piglia “en los años 60s la zona de rambla era un lugar topisimo, el edificio estaba en frente a eso. Además, encarnaba todo lo que Mar del Plata aspiraba”. Guillermo Eciolaza, arquitecto y profesor de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FAUD), afirmó que desde el punto de vista de su profesión “el coloso tenía grandes atributos de diseños muy modernos para la época. Representaba una imagen arrolladora de la modernidad que se esperaba en ese momento”.
Sin embargo, lo que realmente sorprendió a todos los ciudadanos hasta el día de hoy y lo volvió un ícono de la ciudad, fue el famoso cartel de Havanna. Con 7 letras luminosas, el cartel tiene 5,5 metros de alto y 032 metros de ancho; “al quedar tan vinculado a la marca, que es muy fuerte en la ciudad, es que se convierte en símbolo más allá de ser un simple edificio alto”.
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Demetrio le regaló a la ciudad un nuevo símbolo, pero también una gran pregunta: ¿Por qué necesitaba una ciudad como Mar del Plata, que en ese entonces tenía menos de 225,000 habitantes, un edificio de 39 pisos?
Mar del Plata para todos, menos para los marplatenses
La fiebre por la construcción de edificios en la década de los 60 fue un cambio rotundo para la ciudad, pero no fue impulsada por sus habitantes sino por extranjeros. Desde entonces, las “segundas residencias” se volvieron populares en la costa argentina, permitiendo a personas de todo el país tener su hogar en la feliz. Esto es porque, como dijo Guillermo Eciolaza, “en una economía inestable como la de Argentina, tener un departamento es una especie de reserva de valor. Una manera de asegurar los ahorros”.
Es así que la ciudad cada vez tiene más edificios del nivel del Demetrio Elíades. A simple vista, lo que parece una oportunidad para los veranos en Mar del Plata, también puede ser una desventaja para todos aquellos que viven en la ciudad todo el año.
El paseo costero marplatense es una de las atracciones principales de las temporadas de verano. Eciolaza destacó que “la ciudad tiene un parque lineal sobre la costa que no se encuentra en ninguna otra ciudad de Latinoamérica. Se puede puede ir del norte al sur sin cruzar una calle, solo caminando por la costa”. Sin embargo, las playas marplatenses cada vez tienen más conos de sombra por culpa de estos enormes edificios.
A lo largo de los años, se han implementado diferentes medidas para abordar esta problemática, como lo mencionó Guillermo Eciolaza: “En el año 1977, se aprobó la Ley 8912, la cual regula el uso de suelo. Pero no es perfecta, no existe una receta que garantice una ciudad más feliz y más bella”. A pesar de estas medidas, cada vez brotan más edificios, muchos más altos de lo que se tendrían que permitir en los barrios residenciales. Sumando al tema Melina Piglia afirmó que “Mar del Plata parece nunca tener un plan urbanístico que la proteja de la especulación inmobiliaria, entonces todo el tiempo hay posibilidades de hacer una excepción”.
La falta de sol tanto en la costa como en las calles no es el único problema que surge en consecuencia de estos edificios. Según el Censo realizado en 2022 por INDEC, hay más de 80 mil viviendas vacías en Mar del Plata, de las cuales 40 mil son “segundas residencias”.
El Colegio de Martilleros asegura que desde el 2020 cada vez es más difícil para los marplatenses encontrar alquileres de 36 meses, ya que los propietarios deciden no poner en alquiler sus propiedades, o al contrario, hacerlo pero con precios muy elevados. Además, la mayoría de estas residencias están destinadas al turismo, con alquileres cortos y precios altos durante la temporada; incluso los departamentos del Demetrio Elíades aparecen en páginas de alquiler de departamentos.
Página de Booking
Piglia aseguró que “La mayoría de los edificios que se están construyendo en la zona de la costa son departamentos lujosos y pocos sustentables. No se piensa la calefacción que necesitan en invierno y lo caluroso que pueden llegar a ser en verano”. Distinguiendo que estas nuevas viviendas no parecen estar planeada para el estilo de vida que hay en la ciudad durante el año.
Como sucedió entre los años 1965 y 1970, actualmente se está intentando volver a impulsar un cambio en la ciudad, pero como en ese entonces deja de ser rentable. Cada vez más, la infraestructura de Mar del Plata está pensada en las necesidades de los turistas y no en los propios marplatenses.
A pesar de que han pasado 55 años desde la inauguración del edificio Demetrio Elíades, en su infraestructura aún se habla de la historia de Mar del Plata. Un icono que invita a pensar cuales son las prioridades de ciudad y como aún se está a tiempo para buscar un bienestar en común.
*Estudiantes del MediaLab, primer Laboratorio de Redacción para Medios Digitales. Se trata de un sistema experimental que consiste en el trabajo periodístico, de producción propia, que desarrollan alumnos del Taller de Redacción para Medios Digitales, correspondiente a la Tecnicatura de Periodismo Digital que se dicta en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata.