Derecho a la privacidad: la imposición de Meta en la guerra por la IA Generativa

La carrera por apoderarse de la mayor cantidad de datos entre los principales gigantes tecnológicos no frena. Muy por el contrario, la última actualización de las aplicaciones de la plataforma Meta abrió el debate sobre los límites y la -inevitable- dependencia que lleva a los usuarios a ceder en ciertos aspectos para mantenerse conectados. En esa batalla, la Inteligencia Artificial ganó terreno a partir de su apertura por medio de ChatGPT lo que indicó el camino a seguir.

Para desarrollar sobre la temática, desde el Sistema de Medios Públicos de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) dialogamos con Federico Álvarez Larrondo, abogado y titular de la cátedra Inteligencia Artificial, Tecnología y Derecho de la UNMDP.

El arribo de Meta IA

El asistente de inteligencia artificial lanzado en septiembre de 2023 a nivel mundial, llegó a la Argentina el 23 de julio pasado así como también a países latinoamericanos como Chile, Colombia, Ecuador y México. Lo controversial de esto fue la última actualización para los usuarios de las aplicaciones Whatsapp, Facebook, Instagram y Threads que, de un momento a otro, se encontraron con la imposición de este recurso.

En función a esto, Álvarez Larrondo destacó como primer punto la imposición con el único fin de poder seguir utilizando estos medios que, en principio, se presentan como gratuitos. “En el último tiempo todo es forzado a partir de esta genialidad tan controversial que han encontrado las empresas que son los Términos y Condiciones, donde si uno se rehusa no puede seguir avanzando. Eso es un contrato y para nosotros los usuarios en realidad de contrato no tiene nada porque no hay ningún acuerdo de voluntades”.

En cuanto a la llegada a Argentina, esto no es casualidad. “La empresa lo que ha hecho es avanzar en países que no tienen regulación o que sabe que son permeables a este tipo de avances. No lo hizo en la Unión Europea ni lo hizo en Brasil, países en los cuales se impide que se utilicen los datos de sus usuarios o que se pueda implementar o avasallar el derecho a la protección de los datos personales de la forma en que se ha hecho en este caso”, agregó el catedrático.

La imposibilidad de desactivar la función

Además de encontrarse con el logo en la pantalla principal o en los buscadores de estas aplicaciones, la negativa ante la posibilidad de eliminarlo también le quita libertad al usuario. “Al ser una aplicación que ya viene incorporada dentro de la actualización es lógico que no pueda desinstalarse, por ende lo único que podría eliminarlo sería una nueva actualización. Lo que también sí se puede hacer es parcialmente ocultarla. En el caso de WhatsApp como si fuese cualquier otra conversación que estamos teniendo con cualquier persona, donde podemos silenciar, eliminar o borrar esa conversación”, detalló Álvarez Larrondo.

No estamos ante un tema menor ni simplemente ante una herramienta ingenua que se incorpora, sino que somos parte de una batalla, desde lo geopolítico, mucho más importante

Esto conlleva a que, aunque el usuario no quiera utilizar la IA, igualmente interactúe y la alimente de datos. “Esto no es un tema privativo solamente de Meta, sino que también lo es del grueso de los sistemas de inteligencia artificial generativa que a partir del 2017, y gracias a un descubrimiento de un equipo de investigación de Google, lograron crear lo que se llaman ‘Redes Neuronales Paralelas y que recibió el nombre de Transformers. Lo que permite es que las máquinas se entiendan el contexto de aquello que nosotros le estamos preguntando o instruyendo“, explicó.

El impacto al alcance de la mano

Con la posibilidad de interpretar al ser humano, su interacción se va familiarizando cada vez más mientras se van construyendo imperios tecnológicos. “Para poder entrenar a esos sistemas obviamente hay que darle datos y en esta guerra que hay entre las distintas empresas para ver quién hace la IA generativa más potente y, por consiguiente, quién es la que se va a quedar con la mayor parte de los usuarios y cual va a generar más lucro”

Lo que ha hecho Mark Zuckerberg es una jugada estratégica porque al ponerlo en estas aplicaciones está alcanzando a 5 mil millones de usuarios, es decir casi el 70% de la población mundial. “Con que lo usen 2 mil millones de personas son datos que permanentemente la IA va incorporando, por lo tanto se va perfeccionando con lo cual estamos haciendo un sistema generativo cada vez más inteligente y capaz“, advirtió.

Todo esto también abre la puerta a un nuevo tipo de derechos que son los neuroderechos. “Estamos dando todo el conocimiento de nuestro comportamiento intelectual y por lo tanto la IA empieza a entender cómo pensamos, cuáles son nuestros sentimientos y también nuestras debilidades. No estamos ante un tema menor ni simplemente ante una herramienta ingenua que se incorpora, sino que somos parte de una batalla, desde lo geopolítico, mucho más importante. Y, en segundo lugar, estamos haciendo entrega de datos que como nunca antes pueden ser analizados y parametrizados por estas inteligencias artificiales”, agregó.

¿Puede Meta IA interferir en las conversaciones privadas?

Más allá de lo que se piensa, los Términos y Condiciones plantean que lo único que se autoriza es la recopilación directa de un chat con la IA. “Si yo tengo una conversación con algún contacto está encriptada. Ahora, si la arrobamos en un grupo va a tener acceso y por lo tanto empieza a tomar toda la información de la interacción que se genere. Como se puede eliminar a cualquiera de los integrantes, se puede eliminar a Meta AI. Es decir que en principio lo que yo interactúe con los otros contactos sin utilizar la herramienta va a seguir como hasta ahora”, aclaró Álvarez Larrondo.

El tema es cuando se genera interacción con la herramienta a partir de un chat o pedidos específicos. “Si le pido que me genere imágenes, ideas o que me ayuda a perfeccionar un contenido probablemente todo eso se lo estoy dando. La diferencia sideral con cualquier otra es que yo para utilizar el ChatGPT, por ejemplo, tengo que descargarme la aplicación e ingresar. Lo que está buscando Meta es que yo me vuelva cautivo de la red porque voy a tener todo ahí“.

Los contratos “inevitables”

La realización y el desarrollo de gran parte de la actividad cotidiana en la realidad virtual conlleva a que no aceptar un contrato de una aplicación  sea excluirse de la sociedad. “Hasta ahora se han conocido los contratos de adhesión, que son los que los usuarios están obligados a firmar cuando contratan un servicio, lo que permitía que si había cláusulas que no gustaban podían ir a buscar una alternativa y que la persona sea la que decida si entra o no. La diferencia es con estas plataforma globales es esta idea de que no hay otra opción. Si no acepto los términos de WhatsApp, Linkedin o TikTok me estoy quedando afuera de lo que es el Nuevo Mundo“.

En el mundo, el promedio online es de casi 7 horas, pero en Argentina se supera ampliamente esa cifra con 9 horas 39 minutos. “Si dormís 8 horas, y tenés casi diez dedicadas a esto te quedan poco más de seis en el mundo físico. Entonces estás obligado a aceptar esos términos y condiciones porque si no te quedaste fuera de lo que es el nuevo diseño del mundo y es el cual nos está tratando de conducir que es llegar al Metaverso“.

Argentina si, Brasil y Unión Europea no

Uno de los interrogantes que deriva de todo lo anterior es por qué en algunos países se aplicó la actualización y en otros no. “Argentina fue líder en materia de regulación de datos personales en el año 2000 pero luego de eso nos quedamos una vez más atrás perdiendo lo que había sido ese impulso original. Brasil viene trabajando igual que Chile desde hace unos cinco años en el desarrollo de normativa regulatoria de todas estas temáticas. En el caso de Europa hay distintas visiones. Unos entienden que allá se regula porque lo que se quiere es evitar la expansión y desarrollo de sus principales competidores y asumen que quedaron atrás de Estados Unidos y China en la carrera tecnológica. Para otros, lo que se plantea es que la Unión Europea (UE) en base a la historia que ha sufrido de avasallamiento de los derechos de sus ciudadanos en la Segunda Guerra Mundial, pero además también por el hecho de que ellos han vivenciado el uso de bases de datos como se hizo durante el gobierno de Hitler – utilización de listados religiosos para persecuciones-. Yo me sumo a este segundo grupo”, recalcó.

A raíz de esto es que en el año 2018 la UE dictó el Reglamento General de Protección de Datos Personales (RGPD). “Esa norma fue copiada por Brasil – la llamó Ley General de Protección de Datos Personales- y ahí establecen derechos esenciales que son justamente los de esta nueva generación que imponen que no se puede establecer forzosamente herramientas de este tipo, sino que hay que contar con el consentimiento expreso de los usuarios”.

En segundo lugar, el RGPD establece sanciones y multas que son cuantiosas para estas empresas. “A Facebook acaban de aplicarle una multa en Texas de 1.400 millones de dólares, entonces cuando empezamos a ver que este tipo de normativas son de aplicación efectiva, lo que se busca es tutelar a la ciudadanía a fin de que no suceda lo que estamos viendo ahora que es el hecho de la extracción masiva de datos personales que, además, permiten hacer estudios que cuyo impacto realmente uno no tiene noción”, concluyó.

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