Lunes negro: ¿Cómo se produjo y qué consecuencias trajo para Argentina?
La decisión del Banco de Japón de subir las tasas de interés y reducir la compra de bonos sumada una venta masiva de acciones en la Bolsa de Tokio, la mayor en 37 años, ocasionó un derrumbe en la bolsa de Nueva York ante el temor de recesión en Estados Unidos.
Desde lo técnico, el índice Dow Jones cerró su peor jornada desde 2022, cayendo 2,60% a 38.703,27 puntos. El tecnológico Nasdaq perdió 3,43% a 16.200,08 unidades, mientras que el S&P 500 retrocedió 3% a 5,186,33 puntos. En tanto, terminaron la jornada en rojo tanto los 30 valores que integran el Dow Jones como los 11 sectores del SP 500. El índice VIX que mide la volatilidad del mercado, conocido como “el índice del miedo”, trepó a su máximo desde marzo de 2020, en el contexto de la pandemia del Covid-19.
Para entender qué significa todo esto y como repercutió en Argentina, desde el Sistema de Medios Públicos de la Unviersidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) dialogamos con el economista y docente, Ricardo Panza.
Tal como se analizó, durante la jornada del lunes 5 de agosto pasaron dos cosas que provocaron todo lo posterior. “En Estados Unidos lo que sucedió fue que el presidente de la Reserva Federal, que es el que define el valor de la tasa de interés y, por consecuencia, controla la inflación. Allí estuvieron muy reticente a bajar la tasa y cuando esta se sostiene a un valor artificialmente alto durante demasiado tiempo la economía estadounidense se empieza a desacelerar porque aumenta el costo de los préstamos y el primer lugar donde se nota es en el mercado de trabajo. Lejos de los números que se dan en Argentina, lo que generó todos estos daños fueron índices de entre 0,25% y 0.50% anualizado”, explicó Panza.
Del otro lado del planeta, en Japón, provocó una cosa distinta. “La diferencia es que la tasa estaba demasiado baja. Al pasar eso, en Estados Unidos estimulaba las expectativas de inflación en Japón. Cuando el índice de inflación en Japón subió al 2% anual, en su Banco Central se asustaron y subieron la tasa al 0.25% anual. Desde hace 15 o 20 años, estas son negativas lo que provoca un fenómeno de apalancamiento financiero”, detalló el economista.
Hay que tener en cuenta que el japonés no invierte en plazo fijo sino que lo que hace es comprar acciones de empresas, no con fondos propios sino pidiendo préstamos. “Si pido un préstamo a una tasa de interés negativa, consigo comprar acciones y con los rendimientos que darán las acciones me alcanza para pagar los intereses del préstamo y me sobran. Pero cuando el Banco Central subió la tasa de interés, se produjo un fenómeno inverso que es el apalancamiento negativo. Esto significa que las ganancias de las empresas o el dividendo que me dan las acciones no me alcanza para pagar los intereses. Entonces tengo que vender las acciones y cancelar el préstamo. Como salieron todos juntos a hacer eso, el índice accionario de Japón bajo un 12,5%, que viene a ser la segunda baja histórica más fuerte desde la década de 1980″, remarcó.
Uno de los interrogantes que dispara este hecho es si todo esto es el anuncio de una crisis mayor. “Los primeros indicadores parecieran ser que ha sido un fogonazo que ya está controlado porque al día siguiente la Bolsa de Tokio subí un 10% quedando un 2% abajo. En Argentina esto quedó un 3% por debajo y en casi todo el mundo perdideron mucho las acciones tecnológicas, sobre todo algunas empresas con raíces en Extremo Oriente que fabrican chips o semiconductores. En el interior hay gente que pierde mucho y otros que recuperan algo hay gente recupera poco”.
Las consecuencias en Argentina
Una baja en la tasa de interés de Estados Unidos siempre debería ser beneficiosa considerando que bajaría el costo de los financiamiento futuro. “El día de mañana, cuando pida financiamiento futuro siendo que estoy inserto del mercado occidental -Estados Unidos y Europa Occidental – ese interés va a descender. Si eso ocurre, bajan los intereses que tengo que anualmente por la deuda externa”, agregó Panza.
Para que eso pase, tiene que ser compensando con dos factores negativos. “El primero es lo que se llama “Fly to quality”. Los inversores van de los bonos de riesgo a los de cobertura; de las acciones de empresas de segunda línea a las acciones de las empresas de primera línea; de bonos y acciones van a monedas físicas. Si esta crisis fuera prolongada, estaríamos viendo en un futuro cercano un aumento en la conciliación del oro y una pérdida generalizada en los valores de todos los títulos”.
Eso último es lo que genera mayor riesgo para la Argentina debido a que son de segundo o tercer orden. “Entonces puede ser que nos baje el costo de financiamiento, pero también es cierto que va a ser más difícil emitir bonos, porque un bono argentino va a cotizar menos que un bono emitido por Brasil o por México, que son países que se considera que están en mejores condiciones de pagar su deuda.. Del contrapeso entre estos factores positivos y negativos va a depender como nos vaya”, apuntó.
El rol del cepo
Otro de los temas que además generó una fuerte polémica política, fue la restricción para poder comprar dólares. “De no tener cepo, el pasaje de bonos a moneda extranjera habría sido más intenso y muy posiblemente habríamos sentido un aumento muy fuerte en la cotización del dólar. Acá lo que pasó fue un pequeño aumento en el dólar blue, que luego fue atemperado y disminuyó. Hoy el dólar blue sigue su senda razonablemente descendente. Con lo cual del cepo de alguna manera nos protegió del ventarrón de la crisis global que parece que tampoco habría sido demasiado grave. Además, no olvidemos que estamos fuera del escenario internacional. Argentina no está expuesta al grave riesgo internacional o a los grandes flujos de capitales porque los grandes flujo de capitales no entran ni salen porque estamos caídos del sistema”, concluyó Panza.