Terapias virtuales: ¿cómo se adapta la psicología a esta nueva era digital?

En la pandemia las terapias virtuales toman mucha relevancia y parecieron ser la solución para poder seguir con los tratamientos psicológicos sin romper el aislamiento. Si bien pasaron 4 años del inicio de la cuarentena, aún hay gente que sigue eligiendo este estilo de terapia. En este tiempo no se ha dejado de discutir las ventajas y desventajas de la atención psicológica virtual.
Desde el Sistema de Medios Públicos de la UNMDP hablamos con Rocío Cataldo, profesora adjunta de la cátedra de deontología psicológica y codirectora del proyecto de investigación dimensiones ético deontológicas actuales del ejercicio profesional del psicólogo a partir de la pandemia en la UNMDP. Quien comentó cómo está viviendo este tópico la comunidad profesional de los psicólogos y a que cosas tiene que prestar atención los usuarios de este servicio virtual.
A diferencia de lo que muchos creen, la terapia virtual existía desde antes del 2020, pero si es de público conocimiento que desde ese año no dejo de crecer. La atención psicológica virtual le permite el acceso a la terapia a personas que por diferentes motivos no podría hacerlo, ayuda a la comodidad de los usuarios y les permite acercarse de mejor manera a un profesional. Pero también, esta nueva modalidad abre diferentes debates sobre la ética y qué tan seguro es esta terapia para los clientes.
“Todo este proceso implicó un cambio para la profesión” expresó Cataldo, “lo que nos llevó a repensar cómo debería ser todo, y entender que la virtualidad no sirve para todos los casos”. Si bien no hay ningún estudio o trabajo que diga que la terapia virtual es más efectiva que la presencial, o viceversa, cada caso tiene que ser evaluado por el profesional y el paciente para encontrar lo mejor para este último. En palabras de Cataldo “siempre lo importante es considerar la situación particular de esa de ese o esa consultante para cuidar y resguardar su situación”
Cuidados como usuario
Cada vez es más común encontrar cuentas en las redes sociales de psicólogos que comparten información o promueven sus servicios, haciendo que cualquiera que ponga “psicólogo” en su biografía de instagram sea un profesional. “Todo lo que es el atravesamiento de la tecnología, no solamente de la atención virtual sino también del uso de redes sociales, genera que tengamos que repensar muchas cuestiones de la ética de la deontología de las normativas que tienen nuestra profesión” mencionó al respecto Cataldo.
Ante tanta oferta en las redes, es importante que las personas que consultan por profesionales puedan estar atentos a ciertos datos. Siendo el más importante de ellos: el número de matrícula del profesional. Hay varias maneras de conseguir esta información, la más sencilla es pidiendoselo al psicólogo o psicóloga, también se puede llamar al Colegio de Psicólogas y Psicólogos. En el caso de que el profesional sea de Mar del Plata se puede llamar al 0223 677-4490.
Trabajos de la comunidad de psicólogos
Por su parte, la comunidad de psicólogos también están tratando de encontrarle una solución a este tópico. El proyecto en el cual Rocio Cataldo es co directora trabaja en un análisis documental de todo lo que se ha producido en estos años en los colegios profesionales de Argentina respecto a los temas más actuales. En este sentido el colegio de la provincia de Buenos Aires ha trabajado algunos lineamientos para ayudar con este tema. A nivel nacional, la Federación de psicólogos y psicólogos a la Argentina en el 2020 aprobó una serie de recomendaciones o lineamientos básicos para que los profesionales tengan en cuenta. Todo esto no tiene un carácter normativo porque eso podría implicar una actualización del código Ético del Psicólogo.
Entre las problemáticas que afronta esta profesión, además de la terapia virtual, también están los casos de los psicólogos que atienden a gente de otra provincia o país. Con este problema hay una zona gris donde aún no se ha avanzado normativamente. “Esto es un proceso de debate de discusión y que se irá avanzando en la medida en que se puedan llegar a ciertos consensos. La realidad es que es factible que alguien atienda a personas que no están en el mismo país que uno, pero también es verdad que si uno quisiera hacerlo presencialmente tendría otros requisitos o otros. Serían muchos trámites que que no son tan sencillos de cumplir” destacó Cataldo.
La virtualidad va a seguir atravesando el mundo de la psicología, lo importante es no poner en juego los principios éticos que se siguen en la práctica profesional. Entender que, como todo en la vida, la terapia virtual tiene sus beneficios y desventajas.