Salud mental y política: ¿son compatibles?

Las figuras políticas constituyen un pilar importante en las sociedades de cada país. La imagen construida detrás de cada político determina la percepción de toda una sociedad. Supone una exposición casi total de la vida de cada uno y cada una tanto en su entorno público como privado. Sin embargo, también se pone en discusión cuáles son los costos emocionales que conlleva la vida política. Para ello, desde el Sistema de Medios Públicos de la UNMDP conversamos con Alejandra Linardi, licenciada en psicología.

Linardi cuestionó la discusión sobre los exámenes psicotécnicos a líderes políticos, y dijo: “Para ser docente, para tener un carnet de conducir, para ser médico, para ser padre, ¿quién tiene un apto físico real?”. Además, indicó que “la salud mental no es compatible con la política” ya que se encuentran bajo una presión constante, con la mirada, la crítica y el cuestionamiento puesta en ellos, están en escenarios de conflicto, “y hacer mucha fuerza porque el tema no es llegar al poder, es sostener el poder y todo eso que genera un gran gasto psíquico” puntualizó.

Además, la licenciada puntualizó sobre la “deshumanización política” que se genera a raíz de aquellas configuraciones mitológicas que surgen alrededor de las y los líderes políticos. A partir de ello, en aquellas situaciones que forman parte de la cotidianidad de una convivencia, por ejemplo, la sociedad se horroriza cuando quien protagoniza dicha situación es un líder político. “Se hablaba mucho de la psicología de un líder deportista, de un cantante, pero de los políticos mucho no se habla de hecho ni la gente quiere saber de la vulnerabilidad psíquica de un político” destacó Linardi.

Política antisocial

La licenciada en psicología y psicoanalista se expresó sobre los comportamientos de los políticos, y sobre ello destacó que una de las características de personalidad de los líderes políticos es que “parecen sociales, pero en general son antisociales. Se llaman, en la jerga psiquiátrica, ‘sociópatas’”, aunque el término correcto a emplear es “antisocial”. En general, este tipo de conductas en la personalidad se destacan por ser simpáticos y parecer sociables con el fin de atraer grupos de gente para su propio beneficio. En el sector político, relata Linardi, la empatía por el otro es carente y existe una lucha de poder con sectores opositores. “Hay que tener una estructura psicológica que lo sostenga” expresó la licenciada sobre los costos emocionales que conlleva la actividad política.

La especialista también se refirió al término “embriaguez del poder”. Según explica, el poder genera realmente sustancias como dopamina y endorfinas, que producen placer. Entonces, las personas se sostienen por el poder en sí mismo, provocando una “desconexión humana” y si, sumado a esto, no hay una estabilidad a nivel psicológico, “es una situación muy desestructurante” destacó y añadió: “Si yo te saco de acá y te llevo al poder, probablemente te desestructures y si encima estás ‘flojito de papeles’ la desestructuración va a ser más”.

Sobre los aptos psicológicos

Los certificados de aptitud psicológica, conocidos comúnmente como “aptos psicológicos”, son emitidos exclusivamente por profesionales de la psicología. El certificado simplemente respalda que quien lo obtiene se encuentra calificada psicológicamente para llevar adelante las tareas por las cuales el apto es requerido. Es común encontrar estos pedidos en las áreas de ingreso a la docencia, carreras universitarias y terciarias, y también para obtener la licencia de conducir.

La psicoanalista se refirió a estos certificados y dijo: “Los famosos aptos psicológicos se hacen, por ejemplo, a los empleados que entran en empresas privadas que les hacen un montón de test y evaluaciones a ver si el perfil que está buscando a la empresa coincide con el del sujeto, pero la verdad es que en las generales de la ley no existe el apto psicológico”. Incluso, ejemplificó sobre la importancia que le dan a los aptos: “Cuando fui a renovar la licencia de conducir, estaban más preocupados por si veía bien que si estaba calificada psicológicamente, y en realidad si yo no veo es una obviedad que no puedo manejar. Pero nadie evaluó si yo estaba alterada o si estaba conectada en tiempo y espacio” finalizó.

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