Entre páginas y bolsillos: la crisis literaria argentina y el desafío de acceder a la lectura en Mar del Plata

Libros de la arena.

Por Eugenia Garita para el #MediaLab de Portal Universidad

Argentina posee uno de los públicos lectores más grandes de Latinoamérica y, según el Sistema de Información Cultural de la Argentina (SInCA), el 44% de la población es lectora. El aumento en el precio de los libros y sus implicaciones es un problema complejo que afecta tanto a los lectores como a la industria editorial. La combinación de factores económicos, como la inflación y el aumento de los costos de producción, ha generado una crisis de accesibilidad a la lectura.

Las alternativas para acceder a la lectura se han diversificado: algunos optan por comprar libros usados, una opción más accesible y sostenible, mientras que otros recurren a la piratería digital o física. Este contexto reabre el debate sobre el acceso a la cultura en tiempos de crisis y plantea el desafío de cómo mantener la lectura al alcance de todos. Según datos de la Cámara Argentina del Libro, la venta de ejemplares cayó un 30% interanual en marzo, llegando, según diversas fuentes, al 40% en julio. Factores como la devaluación y el aumento del valor del papel, el cual representa el 50% del costo de producción, encarecen los procesos de producción, lo que derivó en una menor cantidad de títulos nuevos en el mercado.

Sin embargo, el panorama económico también ha afectado las tiradas editoriales. Los grandes grupos editoriales, como Penguin Random House, Planeta y Thomson Reuters, concentran el 40% de la producción del mercado, pero las editoriales medianas y pequeñas, que son responsables del 75% de las novedades, se mantienen como actores clave en la renovación literaria. Los grandes grupos, más conservadores en sus apuestas, prefieren que sean las editoriales independientes quienes hagan el test de aprobación de autores y temáticas.

Infografía del costo del libro.

¿Cómo se adaptan las librerías marplatenses ante una crisis donde la gente
consume menos libros?

El aumento en el precio de los libros ha transformado la lectura en un lujo inaccesible para muchos; los clientes antes de comprar, suelen investigar las promociones disponibles y buscan opciones de pago en cuotas sin interés para mitigar los altos costos. Para adaptarse a esta realidad, muchas librerías han implementado promociones bancarias que resultan clave, como lo son Cuenta DNI, MODO y muchas más. También recurren a los descuentos que los bancos suelen ofrecer en fechas especiales, como el Día de la Madre. Esteban Prado, quien trabaja en la librería El Gran Pez, explicó: “Como tenemos editorial, vamos a muchas ferias. A veces, ellas hacen algún descuento en el marco de la feria, entonces, cuando estamos vendiendo nuestros propios libros, aplicamos algunos descuentos. Pero no mucho más por la regulación de la ley del libro.

“Asimismo, la participación en ferias literarias permite ofrecer descuentos puntuales de hasta un 10%, aunque estas iniciativas se ven limitadas por la ley de precio único del libro. Este marco legal dificulta la posibilidad de ofrecer rebajas significativas en los precios, restringiendo las herramientas comerciales de las librerías para enfrentar la crisis.

La percepción de que leer se ha convertido en un lujo es compartida por muchos lectores y libreros. Según comentó un trabajador de Palito, librería de Mar del Plata: “hoy en día la gente averigua precios y busca promociones, como cuotas sin interés. Siempre preguntan:‘¿Qué métodos de pago tienen?’”. La búsqueda de opciones es una constante en la venta de libros; estas ponen en foco las dificultades económicas que enfrentan quienes desean acceder a libros nuevos.

Librería El Gran Pez. Archivo: The Praxis Journal.

A pesar de los esfuerzos, las ventas han disminuido en términos reales. Libreros que trabajan con públicos vinculados a la educación y la universidad han observado una caída en la adquisición de libros especializados, reflejo del impacto económico en estos sectores.
Además, aunque algunos comercios han ampliado su infraestructura o participación en ferias, los resultados no siempre compensan la inversión, evidenciando las dificultades de crecimiento en un contexto de crisis económica prolongada.

¿Qué alternativas eligen los lectores?

En un mundo cada vez más digital y con un acceso instantáneo a la información, la forma en que consumimos libros sufrió una transformación radical. Ante la creciente crisis económica y los altos costos de los libros nuevos, los lectores buscan alternativas que les permitan acceder a una mayor variedad de títulos de manera accesible.

Una de las opciones más populares es la compra de libros usados. Las librerías de segunda mano ofrecen una amplia gama de títulos a precios más accesibles, generalmente al 50% del valor original del libro, lo que facilita que los lectores puedan acceder a las obras de manera más económica. Otra estrategia habitual, pero tal vez no tan conocida, es el intercambio o canje de libros, que fomenta una comunidad lectora colaborativa y permite disfrutar de nuevas obras sin incurrir en un gasto adicional.

Malena, sobre el intercambio de libros, comentó: “Me parece una idea viable porque podés conseguir libros nuevos sin tener que gastar plata”. Además, agregó que “hace unos años, la librería el Atril tenía este sistema de canje, donde podías llevar libros que ya no leías y cambiarlos por otros que te interesaban”.

Sin embargo, la piratería digital es una alternativa polémica pero creciente. Aunque es constantemente cuestionada por su impacto en los derechos de autor, muchas personas recurren a descargas ilegales para sortear los altos costos. Este fenómeno refleja una realidad compleja: por un lado, las dificultades económicas de amplios sectores de la población; y, por otro, la necesidad de establecer soluciones accesibles y legales que promuevan el acceso a la lectura sin perjudicar a los autores y editoriales. La piratería digital, aunque criticada, pone en evidencia la urgencia de generar políticas que faciliten el acceso equitativo a la cultura y la educación.

Camila, al momento de ser consultada sobre si la piratería está bien o mal, destacó que “Muchas veces está ligada a factores económicos o incluso a la distribución limitada de ciertas editoriales.” Además, agregó: “no pirateo libros porque quiera perjudicar al autor; al contrario, suelen ser mis escritores favoritos. Pero entre los precios y la falta de disponibilidad, a veces no queda otra opción.”

En este contexto, las diferentes alternativas que surgen, como los intercambios de libros y las librerías de segunda mano, demuestran cómo la comunidad lectora se adapta y busca nuevas formas de seguir disfrutando de la literatura sin que los precios sean una barrera. Aunque cada opción tiene sus implicancias, todas responden a un mismo desafío: cómo hacer que la lectura sea accesible en tiempos difíciles. La crisis literaria abre la puerta a una reflexión más profunda sobre cómo mantener el acceso a los libros y la cultura para todos.

*Estudiantes del MediaLab, primer Laboratorio de Redacción para Medios Digitales. Se trata de un sistema experimental que consiste en el trabajo periodístico, de producción propia, que desarrollan alumnos del Taller de Redacción para Medios Digitales, correspondiente a la Tecnicatura de Periodismo Digital que se dicta en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

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