La Cuadrada: un legado de identidad y comunidad en Mar del Plata

Por Edgardo Reynaldi para el #MediaLab de Portal Universidad

La Cuadrada, Casa de Té, un ícono de la ciudad de Mar del Plata, abrió sus puertas el 13 de marzo de 1991, en una época donde los últimos turistas del verano partían por la Ruta 2. Así lo recuerda Sonia de Francisco, una de las fundadoras del lugar, quien, junto a su hermana Griselda y su esposo Coco, buscó que este espacio mantuviera un fuerte sello marplatense. “Siempre quisimos que tenga sello marplatense”, comenta Sonia. “Mar del Plata es un pueblo grande, y no quiero que se pierda nunca eso. Podemos ser una ciudad en muchos aspectos, pero la esencia de un pueblo es extraordinaria, porque todos somos cercanos, vecinos, compartimos muchas situaciones comunes”.

Desde sus inicios, La Cuadrada fue mucho más que un lugar para disfrutar del té y la pastelería. Con una atmósfera especial, la casa ofrecía a sus visitantes un refugio donde podían expresarse tal como eran. “La gente la recuerda como un espacio donde realmente pudo expresarse tal cual es”, dice Sonia con emoción. En su relato, evoca cómo la casa, construida en un terreno cuadrado que le dio su nombre, se transformó en un espacio vivo gracias a las ideas creativas de Coco, su esposo, quien era médico y cirujano, pero con un talento especial para la arquitectura. Coco diseñó la casa, inspirándose en un estilo morisco, con jardines colgantes que adelantaban las tendencias actuales.

Uno de los elementos más recordados de La Cuadrada es la fuente, que fue una de las primeras creaciones de Coco, dándole al lugar un aire mágico y distintivo. “La palmera, que fue lo primero que plantamos, se convirtió en la gran protagonista de La Cuadrada”, relata Sonia, haciendo referencia al ambiente natural y acogedor del lugar.

Un equipo creativo detrás del proyecto

La Cuadrada no solo debe su esencia a Sonia y Coco, sino también al equipo creativo que se formó a su alrededor. Sandra Cristina Robbiani y Miguel Avellaneda, encargados de La Cuadrada desde el 2001, fueron una pieza clave en el éxito del lugar. “La señora es una capa en todo lo que ha hecho”, comenta Sandra Sobre Sonia: “fue directora de la Villa Victoria Ocampo, entre tantas otras cosas”. Miguel Avellaneda, dueño del diario El Retrato de Hoy, tenía una edición especial de verano, El Retrato del Verano, que se dedicaba a publicitar todas las actividades de La Cuadrada.

La Cuadrada no solo ofrecía un menú de té y pastelería artesanal, sino que fue testigo de momentos únicos. Sonia recuerda con cariño cómo solía amasar el pan ella misma y pasaba entre los comensales por las mañanas. En una de esas ocasiones, sirvió a tres cantantes de ópera del Teatro Colón, sin saber quiénes eran, creando una conexión entre el arte y la vida cotidiana en un espacio que promovía la autenticidad y el disfrute sencillo.

Este tipo de historias son parte del legado emocional que La Cuadrada dejó en la ciudad. Sonia menciona cómo muchas personas, años después del cierre del lugar en 2014, siguen recordándolo con cariño, compartiendo fotos, recuerdos y mensajes que evocan los tiempos en los que disfrutaban de su atmósfera única. “La Cuadrada pudo dar albergue amoroso, porque todo lo que se hacía allí, desde la cocina hasta la experiencia en el salón, estaba lleno de ese amor”, dice Sonia.

Una construcción con alma

La casa, pequeña y cuadrada, pertenecía originalmente a la familia Usandizaga. Con la visión de Coco, la estructura se transformó en un lugar con una arquitectura innovadora para la época. La base de la casa, construida sobre tierra y piedras originales, fue revestida con cemento, pero manteniendo la esencia de lo natural. Coco diseñó la bodega o “tasca” bajo la casa, donde los barriles llenos de maníes ofrecían una experiencia diferente a quienes la visitaban.

En palabras de Sonia, “la construcción fue hecha con un gran esfuerzo y con no tanto dinero, porque se recuperaron materiales usados, pero se hizo algo muy valioso”.

Voces de La Cuadrada

El espacio supo ser mucho más que una casa de té. Abrió sus puertas a toda clase de eventos. Desde recitales de artistas locales y nacionales, pasando por noches de folcklore, salsa y otros ritmos, hasta una programación diurna que incluía talleres de tejido, ferias de diseño y cursos de idiomas.

Mafalda Barberis, parte del sello Pistilo Records (agrupa a bandas de rock alternativo) recuerda con mucho cariño como pudo realizar eventos en La Cuadrada. “Se nos ocurrió para cerrar el verano del 2012 hacer un festival de rock y hacerlo en La Cuadrada que era una casa surrealista, hermosa”, dice Barberis

Usualmente estos eventos no eran propios de una casa té. Sin embargo, La Cuadrada abrió sus puertas para este festival de rock. Barberis señala como el público no podía creer que un concierto se realizara en un espacio con un patio abierto, con una arquitectura tan especial. Señala risueña que el evento, que también se realizó en el primer piso, resultó un desafío: “teníamos miedo que el piso se viniera abajo”.

María Victoria Boitano también cuenta con gran alegría como resultaron los eventos que realizó en el principio del segundo mileinio en La Cuadrada. Organizó una serie de eventos llamados Encuentros de Artistas Solitarios. Allí se congregaron artistas de diferentes disciplinas: músicos solistas, teatristas, performers, pintura en vivo, muestras de pintura, dibujo, grabado, fotografía y poesía, como también escritores con su prosa. Boitano destaca: “La Cuadrada, a diferencia de cualquier otro espacio era el soporte ideal para la variedad de expresiones artísticas que presentabamos y ni hablemos de las delicias del lugar”.

Un legado que perdura

Aunque La Cuadrada cerró en 2014 y fue vendida un año después, Sonia siente que sigue viva en el imaginario colectivo de Mar del Plata. Para ella, La Cuadrada siempre estará abierta en los recuerdos de quienes la visitaron y compartieron en ese espacio momentos inolvidables. “Es una emoción permanente”, comenta Sonia, “La Cuadrada sigue siendo un espacio de pertenencia, y lo agradezco profundamente”.

Con su legado de identidad y comunidad, La Cuadrada sigue ocupando un lugar especial en la memoria de Mar del Plata, como un símbolo de lo que significa conservar la esencia de un pueblo en una ciudad en constante crecimiento.

Sonia destaca que el lugar fue algo del orden de lo maravilloso, como Alicia en el pais de las maravillas. El cuida coches que trabaja frente a la ya cerrada Cuadrada pregunta: “¿Conocés la historia del duende que todavía anda por acá?”. No lo sabremos, pero alguien seguramente habita allí donde todo, como dice Sonia, fue una maravilla.

*Estudiantes del MediaLab, primer Laboratorio de Redacción para Medios Digitales. Se trata de un sistema experimental que consiste en el trabajo periodístico, de producción propia, que desarrollan alumnos del Taller de Redacción para Medios Digitales, correspondiente a la Tecnicatura de Periodismo Digital que se dicta en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

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