Ludopatía infantil: según los expertos, la publicidad y las facilidades tecnológicas han “complejizado la situación”

Durante 2024, el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) desactivó más de 1000 sitios web ilegales que permitían el acceso y participación a menores de edad. Sin embargo, la constante publicidad de los distintos sitios de apuesta que se posicionan como principales sponsors del fútbol profesional a nivel mundial, profundizan una problemática que es cada vez más visible en niños y adolescentes.

Si bien en noviembre pasado se aprobó en la Cámara de Diputados el proyecto que busca regular esto, prohibiendo el acceso a menores de 18 años y la publicidad, promoción y patrocinio de los juegos de azar en todas las plataformas así como también en el ámbito deportivo, esto no se cumple. Sin ir más lejos, la Liga Profesional de Fútbol tiene como sponsor principal a una de estas firmas.

Para entender cómo afecta a los niños y adolescentes, desde el Sistema de Medios Públicos de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) dialogamos con la Licenciada en Psicología, Alejandra Linardi.

En primer término, el concepto de ludopatía recién fue establecido en 1992 por la Organización Mundial de la Salud (OMS). “Si uno lo piensa, no hace tanto tiempo que se considera una adicción. Después, para que se difunda y se haga una concientización de eso pasó un tiempo porque sino a esto se lo llamaba ‘alguien que le gusta jugar’ a los caballos o a las cartas, por ejemplo”, relató la especialista.

Apostar puede ser parte de la naturaleza humana porque nos gusta competir y ser recompensados, el problema es cuando empieza a intervenir el dinero como parámetro de ello. “Están los juegos de azar los que están instaurados y los que son públicos donde la gente apuesta y apuesta por dinero, y jugar, esa es la gran diferencia. Muchos chicos juegan a jueguitos en el celular y se la pasan todo el día jugando pero no por eso son ludópatas”, agregó Linardi.

Todo esto se sobredimensionado por los cambios de modalidad. “Antes, alguien para ir a jugar tenía que dirigirse hacia un lado, al hipódromo, al casino, a la casa de quiniela. Hoy el tema de la accesibilidad ha generado una cuestión muy complicada, porque  un chico de más de 12 años tiene en el teléfono la posibilidad de acceder a cualquier juego, una billetera virtual para pagar desde ahí y a la publicidad“.

Ese cambio de paradigma trajo consigo una modificación en el estereotipo del apostador. “El juego del azar no empezó hace 10 años, todos tenemos historias de familiares, abuelos, tíos, bisabuelos que perdieron la casa jugando al casino, uno ha escuchado esto, es algo muy antiguo, pero estaba asociado a la gente grande. Uno ve en las películas las personas que se endeudan jugando al póker y después viene el malo y lo mata porque tiene una deuda, pero en realidad está asociado a la gente adulta que se supone que sabe lo que hace o que se hace cargo lo de lo que hace, no a un niño de 11 años que está jugando a un casino virtual, porque además hasta los chicos tienen la posibilidad de trabajar de eso“.

La adicción a jugar

Una adicción que es una impulsión a interactuar con un objeto o con una situación. “Si te ofrecen y vos un día de manera lúdica jugás, esto no te va a hacer un adicto al juego, tenés que tener una estructura para serlo. De hecho, la gente que se recupera de una adicción puede generarla desde otro objeto y lo que hay que evitar es la exposición, casualmente todo lo contrario lo que pasa ahora”, explicó la licenciada.

La instalación de casinos clandestinos que, en algunos casos, incluso contratan menores, manejan cifras muy altas porque no tiene regulación alguna, generando el acceso a poblaciones que son muy infantiles. “Un chico de 14 años, no sé si tiene la capacidad de discernir que está jugando. De hecho, los que no tienen dinero para salir, juegan durante la semana en el colegio para generar dinero y poder salir el fin de semana. Por eso tampoco se puede dejar de lado la situación económica porque también influye“.

En cuanto a los cambios en el comportamiento, Linardi detalló que: “Hay una cuestión bastante común que tiene que ver con que las personas que suelen jugar comienzan a aislarse, empiezan a tener problemas relacionales y laborales y generan depresión. Porque la adrenalina no está en ganar. Uno piensa que el que juega quiere ganar. El que juega, la adicción es al jugar“.

Una enfermedad silenciosa

La ludopatía es la adicción menos evidente ya que no no produce síntomas físicos, pero sí una dependencia psicológica. “La persona que apuesta puede puede llegar por medio de mentiras a ocultar esta situación hasta que tenga que decirle a su familia la verdadEs terrible porque en realidad la persona pudo haber movido un montón de fichas de manera silenciosa, uno nunca enterarse y cuando se entera quizás perdieron todo”, manifestó Linardi.

Es por eso también que la población de niños y adolescentes es más preocupante. “Un adulto, de última, vive solo y si se quiere jugar la jubilación en el casino y comer arroz todo el mes es su responsabilidad. En un niño que todavía está creciendo, se está desarrollando y está entendiendo de valores, que acceda a todo esto y se vuelva adicto es un problema muy grande”.

Síntomas para una temprana detección

Ante esta situación, la mirada atenta de padres y madres así como también de las autoridades de los establecimientos educativos es fundamental. “Si el chico está mucho en el celular, tiene amigos que juegan, el rendimiento académico es muy bajo, nunca tiene plata, son las cuestiones más detectables. Cuanto más chico vos adquieras una adicción, más difícil te va a ser después tratarla“.

La ludopatía tiene tratamiento. “Hay lugares gratuitos, grupos, talleres de ludópatas, de juego compulsivo que como la persona en sí no quiere ir, se orienta a los familiares para saber cómo llevan a la persona que tiene la adicción. También pasa con el alcoholismo. En los niños esto es imposible. Hay que realizar talleres en el colegio, hablar el tema, alertar a los padres, a los signos de alertas que suceden“.

Hoy, el 12,5% de los jóvenes entre 15 y 24 años ya ha participado en casinos online. “Los chicos son de apostar. ‘¿qué te apuesto, qué tiro la pelota y la pongo en el ángulo largo?’, algo inocente. Son competitivos y apuestan cosas. El tema es cuando es por dinero, ahí viene la complicación porque genera otro tipo de adrenalina“, concluyó..

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