Arribazones de algas rojas en Mar del Plata: un fenómeno natural que reaparece en las playas

En los últimos días, distintas playas de Mar del Plata se vieron cubiertas por grandes masas de algas de color rojo, un fenómeno conocido como “arribazón”. Este proceso, que ocurre cuando tormentas y movimientos intensos del mar desprenden organismos del fondo y los arrastran hacia la costa, es natural y frecuente en distintos puntos del planeta, aunque en la costa bonaerense se da de manera esporádica y con cierta particularidad.
Desde el Sistema de Medios Públicos de la UNMDP dialogamos con Rodolfo Elías, docente e investigador de la Universidad Nacional de Mar del Plata y miembro del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras. “Lo que estamos viendo ahora son arribazones dominadas por algas rojas, aunque dentro de esa masa suelen aparecer también algas verdes y marrones. Su color tiene que ver con el pigmento fotosintético que caracteriza a cada especie”, explicó el especialista. Estas algas, conocidas como organismos bentónicos, crecen adheridas al fondo marino sobre sustratos duros como rocas o sedimentos consolidados, y son arrancadas cuando el mar se agita con fuerza.
Las sudestadas de invierno son las principales responsables de estos episodios, pero tormentas fuertes de verano también pueden generar las condiciones necesarias para que el fenómeno ocurra. En ese sentido, la recurrencia de estos eventos en los últimos tiempos despierta interrogantes. “Tal vez haya más movimientos de agua que antes, pero eso habría que estudiarlo en detalle”, aclaró Rodolfo.
Si bien la imagen de las playas cubiertas por un manto rojizo puede llamar la atención de turistas y residentes, las algas no representan un peligro para la salud. Sin embargo, con el paso de los días y la exposición al sol, el proceso de descomposición genera olores desagradables. “No son tóxicas ni peligrosas, pero claro, no es lo más lindo para encontrarse en la playa”, reconoció el especialista.
En Mar del Plata, la distribución de estas arribazones no es homogénea: algunas playas suelen concentrar más algas que otras. Esto puede relacionarse, en parte, con la presencia de pluviales que descargan en el mar, algunos de los cuales transportan aguas contaminadas o enriquecidas con nutrientes. Esos aportes, que resultan de conexiones clandestinas o de desechos domésticos como aguas de lavado o piletas, crean un entorno favorable para el crecimiento de algas verdes, que suelen verse en colchones compactos junto a los desagües.
Más allá de las explicaciones técnicas, el fenómeno plantea una discusión más amplia sobre la relación entre las personas y la playa. “Si queremos cuidar la playa, tenemos que aprender a disfrutarla con sus cosas buenas y también con estos procesos naturales”, reflexionó Rodolfo y agregó: “Sin embargo, la remoción de las algas mediante maquinaria pesada puede terminar causando más daño que beneficio, erosionando el ecosistema costero”.
A nivel científico, las algas rojas de la costa atlántica no son de las especies más estudiadas, aunque se conocen sus requerimientos ambientales y su distribución general. Sin embargo, el fondo marino sigue siendo un territorio poco explorado. “Se sabe más de la superficie de la luna que del fondo del mar”, recordó Rodolfo, y mencionó un hallazgo reciente del Dr. Genzano: un jardín de corales de agua fría descubierto a tan solo 27 metros de profundidad, en el cercano Banco Patria.
Lejos de ser un hecho aislado, las arribazones de algas rojas son una pieza más de un ecosistema dinámico, atravesado por procesos naturales, alteraciones climáticas y presiones humanas. Observarlas, entenderlas y aceptarlas es parte de construir una relación más consciente y respetuosa con el mar y la playa, especialmente en épocas turísticas para Mar del Plata.