De Biden a Trump: la transformación radical de la política exterior estadounidense

El conflicto entre Rusia y Ucrania ha sido uno de los temas centrales en la agenda internacional durante los últimos años. Sin embargo, con la llegada de Donald Trump nuevamente a la presidencia de Estados Unidos, la política exterior estadounidense ha tomado un rumbo que parecía inesperado pero que carga consigo un objetivo mayor a largo plazo.

Para entender los detalles de esta estrategia, desde el Sistema de Medios Públicos de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMPD) dialogamos con el licenciado en Ciencias Políticas, Rafael Briano.

Si bien en las grandes directrices existe una continuidad de la política exterior del país norteamericano, en los últimos dos meses se han dado rupturas que llevaron a un giro copernicano con respecto a la guerra en Ucrania. Durante la administración de Joe Biden, Estados Unidos mantuvo un apoyo inquebrantable para con Volodímir Zelenski, permitiéndole resistir la invasión rusa por más de tres años. Con Trump en el poder, esa estrategia ha cambiado por completo.

Este cambio de postura responde a una estrategia mayor en el tablero global, entendiendo que el actual mandatario estadounidense busca modificar la relación entre Rusia y China, sus principales adversarios. “Si Biden apoyaba decididamente a Ucrania, Trump está haciendo todo lo contrario y considera que ese conflicto es necesario terminarlo porque es demasiado costoso en términos económicos, políticos y hasta geopolíticos. Pero también lo hace para concentrarse en el principal rival estratégico geopolítico de Estados Unidos, que es China. Es un juego a tres bandas”, sostuvo Briano.

La estrategia de Trump no es nueva en la historia de la política internacional. Un antecedente similar ocurrió en 1972, durante la Guerra Fría. “En ese momento, China tenía serios conflictos con la Unión Soviética y hasta existía la posibilidad de un conflicto atómico entre ambos. Entonces, Estados Unidos, muy hábilmente, sobre todo Henry Kissinger, estableció relaciones diplomáticas con los asiáticos”, recordó el licenciado.

El cruce público entre Trump y Zelenski

Uno de los episodios más impactantes de esta nueva política exterior fue el tenso encuentro que protagonizaron los máximos mandatarios en la Casa Blanca. “Lo que vimos fue mejor que cualquier serie, porque era la crudeza de la política exterior en directo. Se veían las emociones a flor de piel y al mismo tiempo era algo hipnótico”, describió el especialista.

El episodio dejó en evidencia el tono de la administración Trump, con una clara humillación hacia Zelenski que también tuvo participación directa de James David Vance, el vicepresidente norteamericano. “Lo que se vio es la prepotencia de Estados Unido. Ningún vicepresidente puede dirigirse de esa manera a un presidente y lo que hizo Vance fue totalmente denigrante y fuera de lugar”, afirmó Briano.

El acuerdo de paz

El tratado propuesto por Estados Unidos estipula que Ucrania le cederá el 50 por ciento de los ingresos que obtenga de la explotación de minerales, crudo y gas natural. Esto incluye, por ejemplo, unas 19 millones de toneladas de reservas probadas de grafito (utilizadas para fabricar baterías de autos eléctricos), lo que convierte al país europeo en uno de los principales países poseedores de este mineral.

En base a ello, Briano fue tajante con las posibles consecuencias: “Si se logra la paz, sería extremadamente costosa para Ucrania y su pueblo porque implicaría la pérdida definitiva de Crimea, la pérdida del 20% del territorio ocupado desde 2022, y la sumisión total a los deseos de Vladimir Putin“.

Por otro lado, la Unión Europea ha quedado en un segundo plano en estas negociaciones, evidenciando su limitada influencia en la resolución del conflicto. “La UE quedó totalmente desautorizada e ignorada porque el conflicto es en Europa. Hubo una reunión de jefes de estado diciendo que Europa se va a rearmar, pero la realidad es que Estados Unidos está tomando las decisiones“, señaló Briano.

Kiev estima que la mejor garantía para la paz sería un acceso a la OTAN, un escenario rechazado rotundamente por la Administración trumpista y considerado como una línea roja por el Kremlin. Otra demanda ucraniana es el despliegue de soldados de mantenimiento de paz, una vez que se haya acordado un alto el fuego con el presidente ruso, Vladimir Putin.

Idealismo vs Realismo

La política exterior americana ha fluctuado históricamente entre dos escuelas de pensamiento contrapuestas, que trascienden nuestro espectro político izquierda-derecha. En tiempos recientes, la del presidente George W. Bush ha sido identificada como Idealismo, y la del presidente Obama como Realismo. En el amanecer de la administración Trump, la pregunta seminal en cuanto a política exterior es a cuál de las dos ortodoxias abrazará.

Trump, que se autodefine como un líder pragmático y realista, ha generado controversia en su manejo de la diplomacia internacional. “Él cree que con la violencia y demostrando su poder puede resolver las cosas, y a veces eso las complica. Tenemos un empresario de bienes raíces con deseo de venganza, más radicalizado y empoderado porque esta vez ganó por amplio margen. Tiene mayoría en ambas cámaras y una Corte Suprema lo que le da margen para ir por todo“, concluyó Briano.

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