“Adolescencia”: una serie que incomoda e invita a reflexionar

Netflix ha estrenado recientemente “Adolescencia“, una serie que ha capturado la atención del público y de especialistas en diversas disciplinas por su manera de abordar las complejidades de esta etapa de la vida. Desde una narrativa visual innovadora, con el uso de planos secuencia que sumergen al espectador en una experiencia ininterrumpida, hasta una trama que entrelaza la vida de un grupo de jóvenes con problemáticas actuales, la serie ha generado múltiples debates. Entre ellos, la representación de la adolescencia, las diferencias culturales en esta etapa del desarrollo y el impacto de la violencia de género en las juventudes.
Para profundizar en estas cuestiones, desde el Sistema de Medios Públicos de la UNMDP dialogamos con la psicóloga Ana Ostrovsky, docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata, doctora e investigadora del CONICET y especialista en temáticas de género, quien analizó la serie. A partir de su experiencia y conocimiento, abordó las claves que hacen de “Adolescencia” una producción significativa en la actualidad.
Adolescencia: ¿una etapa universal?
Uno de los primeros interrogantes que surgió fue si la adolescencia, tal como se retrata en la serie, es representativa de una realidad global o si responde a las particularidades de la juventud británica. Ostrovsky destacó que si bien existen diferencias culturales y contextuales, la adolescencia es una etapa de desarrollo con características universales.
“Seguramente hay muchas cuestiones que hacen a lo local, al tiempo histórico y a cómo se vive la adolescencia en Reino Unido o en Argentina. Pero también hay elementos comunes en esta etapa de la vida. La necesidad de pertenencia al grupo de pares, la búsqueda de identidad y la creación de un lenguaje propio son aspectos que se observan en todas las culturas donde se reconoce la adolescencia como una etapa diferenciada“, explicó la especialista.
En este sentido, la serie refleja con precisión esta construcción de identidad grupal y la importancia de la jerga y las dinámicas entre pares. Sin embargo, lo que la hace particularmente impactante es la forma en que aborda la violencia de género en los espacios adolescentes, un tema que, aunque global, adquiere matices propios en cada sociedad.
Femicidio y la “manósfera”: el odio en las redes
Uno de los momentos más impactantes de “Adolescencia” es la revelación de un crimen que, lejos de ser un simple homicidio, responde a una lógica de violencia de género. Ostrovsky resaltó que la serie expone con crudeza el trasfondo de misoginia presente en ciertos sectores de la sociedad y en particular en las redes sociales.
“No quiero adelantar la trama, pero lo interesante es que la serie no busca descubrir quién es el asesino, sino entender por qué ocurrió el crimen. Y en esa exploración se van desentrañando capas de odio hacia las mujeres que se expresan en distintos espacios, especialmente en las redes“, indicó la investigadora.
En este punto, hizo referencia a la “manósfera“, un término que engloba comunidades virtuales donde ciertos grupos de varones expresan discursos antifeministas y de odio hacia las mujeres. “Estos espacios se presentan como una reacción a los avances del feminismo, y en algunos casos, generan un clima de violencia simbólica y discursiva que puede derivar en hechos concretos de violencia”, sostuvo.
Dentro de la manósfera, explicó Ostrovsky, aparecen grupos como los “incel” (célibes involuntarios), que construyen su identidad desde una frustración afectiva y sexual que atribuyen a las mujeres y al feminismo. “Son comunidades donde se retroalimentan discursos de victimización masculina y resentimiento, lo que puede generar situaciones extremas“, advirtió.
El rol de la familia y el uso de la tecnología
Otro aspecto clave de la serie es la relación entre adolescentes y adultos, en especial en el marco de la familia. La serie plantea una pregunta recurrente en quienes la ven: ¿qué pueden hacer los padres para prevenir este tipo de situaciones?
Ostrovsky subrayó que “Adolescencia” interpela especialmente a los adultos. “Creo que la serie es más importante para los padres que para los propios adolescentes. Los obliga a preguntarse qué señales pudieron haber pasado por alto y cómo se construye el diálogo en la familia“, expresó.
En este sentido, destacó la importancia del diálogo como herramienta de prevención y contención. “El control parental es necesario, pero la confianza y la conversación abierta son fundamentales. Hoy, a diferencia de otras generaciones, los riesgos no están solo en la calle, sino en los dispositivos que los jóvenes tienen en sus manos. El peligro puede estar dentro de casa, en la pantalla del celular“, señaló.
Uno de los debates actuales en torno a la crianza es hasta qué edad es apropiado revisar el celular de los hijos. Para Ostrovsky, no hay una respuesta única, pero sí una necesidad de adaptación a las nuevas realidades. “La adolescencia es una etapa de transición hacia la autonomía, y la privacidad es parte de ese proceso. Lo que se requiere es generar confianza para que los chicos y chicas puedan compartir sus inquietudes y preocupaciones con los adultos de referencia”, agregó.
¿Es una serie que deben ver los adolescentes?
Un punto que ha generado controversia es si los adolescentes deberían ver “Adolescencia” o si su contenido es más apropiado para adultos. “No creo que sea una serie que haya que mostrar de manera aleccionadora a los jóvenes. Puede ser un buen disparador para charlar en familia, pero su impacto es más fuerte en los adultos, que pueden reflexionar sobre cómo acompañar a sus hijos”, explicó Ostrovsky.
La serie, basada en hechos reales, deja un mensaje contundente sobre las responsabilidades de la sociedad en la formación de los jóvenes. “Nos obliga a salir del lugar de confort y a preguntarnos qué está pasando en la vida de nuestros hijos, en sus relaciones y en su vínculo con las redes. Es un recordatorio de que el diálogo, los límites y la contención son clave en esta etapa“, concluyó.
Con su impacto narrativo y temático, “Adolescencia” no solo ha generado debates en torno a la juventud, sino que ha puesto sobre la mesa cuestiones urgentes sobre la violencia de género, la tecnología y el rol de la familia. Una serie que, más allá de su ficción, obliga a pensar en las realidades que atraviesan a la adolescencia contemporánea.