Tres científicos marplatenses representarán a la ciencia argentina en China

En medio de un escenario desalentador para el sistema científico argentino, tres jóvenes investigadores marplatenses fueron seleccionados para participar de dos prestigiosos congresos internacionales que se celebrarán durante mayo en la ciudad de Shanghai, China. Se trata de Florencia Agliano, Agustín Bellusci y Roberto Donna, quienes representarán al país en el Open Science Meeting (OSM) y el Young Scientists Meeting (YSM), dos encuentros organizados por Past Global Changes (PAGES) , una organización internacional dedicada al estudio de los cambios ambientales del pasado para comprender los desafíos del presente y del futuro.
Los eventos, que se realizan cada cuatro años, reúnen a científicos de todo el mundo que trabajan en paleociencias, es decir, en investigaciones que estudian los cambios en el sistema terrestre a lo largo del tiempo: desde el clima y la biodiversidad hasta las interacciones entre ecosistemas y sociedades humanas. Bajo el lema “Cambios del sistema terrestre desde el pasado hacia el futuro” , la edición 2025 del OSM y el YSM se desarrollará en un contexto global marcado por el avance de la crisis climática, pero también en un momento especialmente crítico para la ciencia argentina.
En ese marco, la participación de los tres becarios marplatenses adquiere una dimensión que excede lo académico. No solo implica un reconocimiento a la calidad de sus investigaciones, sino que también representa un acto de defensa activa de la ciencia pública, de la cooperación internacional y del conocimiento como bien común.
Ciencia pública en movimiento: tres trayectorias, una vocación compartida
Florencia Agliano, Agustín Bellusci y Roberto Donna tienen formaciones y líneas de investigación muy distintas, pero comparten una misma preocupación: la necesidad de sostener un sistema científico robusto, inclusivo, articulado con las problemáticas sociales y con capacidad de proyectarse a nivel internacional.
Florencia Agliano es Licenciada en Ciencias Biológicas por la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) y actualmente realiza su doctorado en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), como becaria del CONICET. Su trabajo se desarrolla en el Laboratorio de Zooarqueología y Tafonomía de Zonas Áridas del Instituto de Antropología de Córdoba (LaZTA, IDACOR, CONICET-UNC), aunque también realiza estancias en el Instituto de Investigaciones en Producción, Sanidad y Ambiente (IIPROSAM, CONICET-UNMDP), donde procesa parte de su material de estudio.
A través del análisis del polen presente en estos restos orgánicos, su trabajo busca no solo reconstruir la dieta de los animales, sino también conocer cómo era la vegetación del entorno e indagar sobre las interacciones entre los grupos humanos y los animales en esta región durante el último milenio. “El análisis comparativo entre heces actuales y antiguas permite entender cómo se transformaron las relaciones entre las personas y los animales a lo largo del tiempo, qué tipo de vegetación estaba disponible y qué estrategias se usaron para complementar la dieta del ganado”, explicó.
Florencia fue seleccionada para participar tanto del Encuentro de Jóvenes Científicos como del Open Science Meeting con una beca completa otorgada por PAGES, y presentará sus resultados en formato de póster y flash talk. Su aporte, aunque centrado en una escala local, dialoga con problemáticas globales como la relación entre prácticas productivas, biodiversidad y cambio climático.
Agustín Bellusci: paleomadrigueras y el archivo ecológico del desierto
Agustín Bellusci también es Licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad Nacional de Mar del Plata. Actualmente realiza su doctorado como becario del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Producción, Sanidad y Ambiente (IIPROSAM), una unidad de doble dependencia entre la UNMDP y el CONICET.
Su línea de investigación se orienta al estudio de parásitos hallados en paleomadrigueras, de roedores del desierto de Atacama, en Chile. Estas paleomadrigueras son verdaderos archivos ecológicos, formados por acumulaciones naturales de materiales como pelos, huesos, restos vegetales y heces, que pueden alcanzar hasta 12.000 años de antigüedad.
Mediante el análisis de esos restos, Bellusci busca comprender cómo fue la dinámica ecológica entre los hospedadores y los parásitos en regiones áridas y qué relación tuvo ese vínculo con las variaciones climáticas del pasado. “El objetivo es reconstruir temporalmente las relaciones ecológicas de estas regiones y entender cómo respondió la fauna a los cambios ambientales a lo largo de miles de años”, detalló.
El trabajo que se presentará en los congresos organizados por PAGES aborda, precisamente, ese cruce entre ecología, paleoparasitología y reconstrucción climática, aportando una mirada fundamental para comprender las condiciones del presente en contextos extremos como los desiertos.
Roberto Donna: historia de la vegetación y señales del clima
Roberto Donna es doctor en Ciencias Geológicas por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Actualmente se desempeña como becario posdoctoral de la Agencia I+D+i en dos institutos de Mar del Plata: el Instituto de Geología de Costas y del Cuaternario “Dr. Enrique Jorge Schnack”; perteneciente a la UNMDP y a la Comisión de Investigaciones Costeras (CIC), y el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC), del CONICET y la UNMDP.
Donna presentará en China parte de los resultados de su tesis doctoral, centrada en la reconstrucción de la paleovegetación del sudeste bonaerense durante los últimos 5 millones de años. A través del estudio de sedimentos, microrestos vegetales y señales geoquímicas, su trabajo permite identificar cambios en el régimen de humedad y temperatura del pasado y comprender cómo evolucionaron los paisajes que hoy forman parte del territorio argentino.
“Conocer los ambientes del pasado es clave para entender los procesos que moldearon el presente y anticipar los escenarios que podrían venir. Los registros fósiles nos dan pistas concretas sobre la respuesta de los ecosistemas frente a los cambios climáticos”, afirmó.
Su participación en los congresos de PAGES representa una oportunidad para integrar los datos locales en una agenda científica global, donde las reconstrucciones paleoambientales cumplen un rol central en la modelización del futuro climático.
Entre la crisis y el compromiso: hacer ciencia desde Argentina
El viaje de estos tres investigadores a China no es solo un logro personal ni una instancia de visibilidad académica. En el contexto actual, signado por el ajuste presupuestario, la paralización de becas, la falta de pago de subsidios y el cuestionamiento público al rol del CONICET y las universidades nacionales, su participación en los congresos de PAGES se vuelve también una forma de resistencia.
“Poder representar a la ciencia argentina en un encuentro internacional como este es un reconocimiento enorme, pero también una responsabilidad. Queremos mostrar que, a pesar de todo, seguimos produciendo conocimiento de calidad, comprometido y con impacto“, expresó Agliano.
Bellusci coincidió en destacar la importancia de sostener redes de cooperación internacional como una estrategia para contrarrestar el aislamiento y el debilitamiento del sistema científico local. “La ciencia necesita diálogo, intercambio, colaboración. No podemos investigar solos. Las redes globales son un sostén fundamental, sobre todo cuando las condiciones internas se vuelven tan adversas”, sostuvo.
Donna, por su parte, insistió en la necesidad de pensar el conocimiento como una política de Estado. “Desmantelar lo que se construyó durante décadas sería un error histórico. Tenemos un sistema científico reconocido a nivel mundial. El CONICET es una institución de excelencia, con investigadores formados y comprometidos. Eso no se improvisa ni se reemplaza fácilmente”, advirtió.
Una apuesta por el futuro
Los trabajos que Agliano, Bellusci y Donna presentarán en el Open Science Meeting y el Young Scientistsy, Encuentro de Jóvenes Científicos, no sólo abordan distintas dimensiones de las paleo ciencias. También son, en sí mismos, ejemplos de cómo es posible hacer ciencia en Argentina con vocación, con creatividad y con compromiso.
Desde el análisis de heces fosilizadas y vegetación antigua hasta el estudio de madrigueras milenarias y patrones climáticos del pasado, sus investigaciones aportan piezas clave para comprender la historia ambiental del planeta y enfrentar los desafíos del presente. Pero además, lo hacen desde una perspectiva situada, con una mirada crítica y desde instituciones públicas que hoy están siendo puestas en jaque.
En tiempos donde la incertidumbre avanza y el futuro de la ciencia argentina parece estar en disputa, el viaje de estos tres jóvenes científicos marplatenses a China se convierte en una muestra de que el conocimiento no se detiene, de que las redes se sostienen y que aún es posible imaginar un país que valore la investigación como motor de desarrollo, soberanía y justicia social.