Mar del Plata será sede del II Congreso Nacional de Teoría Crítica: perspectivas sobre la crisis del presente

Mar del Plata volvió a posicionarse como epicentro del pensamiento crítico contemporáneo al confirmarse como sede del II Congreso Nacional de Teoría Crítica, un evento que, según sus organizadores, buscará abrir un espacio de reflexión interdisciplinaria sobre los múltiples rostros de la crisis que atraviesan la actualidad global, regional y nacional. En esta nueva edición, la convocatoria apuntó a quienes se dedican al estudio y la docencia en torno a la Escuela de Frankfurt y sus resignificaciones en América Latina.
El Congreso se propuso como una instancia de diálogo entre académicos, académicas, investigadores, investigadoras, estudiantes y activistas, con interés en repensar los fundamentos y horizontes de la crítica social en el contexto de una “policrisis” que incluye dimensiones económicas, políticas, culturales, ecológicas, tecnológicas y sanitarias. La actividad se desarrollará de forma presencial , en diferentes sedes de la ciudad balnearia, durante los días 13, 14 y 15 de noviembre del actual año.
La iniciativa fue planteada como una continuidad de otros espacios de debate, como los encuentros internacionales sobre libertad estética celebrados en Córdoba durante 2024, el congreso por el centenario del Instituto de Investigación Social de Frankfurt llevado a cabo en Buenos Aires en 2023, y las jornadas sobre democracia realizadas también en Mar del Plata el mismo año. En ese recorrido, la ciudad vuelve a abrirse como foro de pensamiento crítico, reafirmando su papel en la discusión académica de alcance federal e internacional.
Entre los objetivos del Congreso, se destacó la necesidad de visibilizar la producción teórica argentina e impulsar instancias de articulación entre investigadores, sobre todo desde una perspectiva de género que permita enriquecer los debates. También se propuso fortalecer redes de cooperación entre centros de estudio e instituciones de diversas provincias, y establecer puentes con la sociedad civil, propiciando una transferencia activa del conocimiento generado.
Con respecto a los ejes temáticos, la circular organizativa enumera una amplia gama de problemáticas: desde la historia y actualidad de la Teoría Crítica en América Latina hasta los diagnósticos sobre el capitalismo, las nuevas derechas, la crítica del valor, los regímenes temporales, la técnica, el arte y la utopía. Entre los tópicos más destacados se incluyen también las teorías de la subjetivación, los debates sobre idealismo y materialismo, y las interferencias entre praxis y pensamiento.
Las ponencias podrán presentarse de forma individual o en coautoría y deberán inscribirse dentro de alguno de los ejes sugeridos. Los resúmenes tendrán un mínimo de 500 y un máximo de 1500 palabras y deberán enviarse antes del 31 de mayo a través de un formulario en línea. El dictamen sobre la aceptación de los trabajos se comunicará el 31 de julio, y los organizadores alentaron especialmente la participación de jóvenes investigadores, investigadoras, estudiantes de posgrado y referentes del campo del activismo social.
El comité académico estará conformado por más de treinta especialistas de reconocida trayectoria en el ámbito universitario y científico, entre ellos Florencia Abadi, Gisela Catanzaro, Hernán Camarero, Anabella di Pego, Miguel Vedda y Leandro Paolicchi. La coordinación general del evento quedó a cargo de Romina Conti (UNMdP), Micaela Cuesta (UNSaM), Alexis Gros (FSU-Jena), Agustín Prestifilippo (UBA-CONICET) y Santiago Roggerone (UNQ-CONICET).
Uno de los aspectos más destacados de la propuesta fue su compromiso con la federalización del conocimiento. La organización apuntó a generar un entramado plural de voces, representando diversas regiones del país, en el que la producción académica no se limita a los centros tradicionales sino que emerja también desde territorios históricamente menos visibilizados. En esa línea, el Congreso aspira a fortalecer el intercambio entre universidades, institutos de investigación y organizaciones sociales.
Así, el II Congreso Nacional de Teoría Crítica se presentó como una oportunidad para repensar las herramientas conceptuales frente a la crisis estructural del presente, pero también como un gesto colectivo de resistencia intelectual ante el avance del pragmatismo, la anti intelectualidad y el repliegue de los discursos emancipatorios. Con sede en Mar del Plata y espíritu latinoamericano, la cita invita a recuperar la potencia crítica del pensamiento para imaginar otros futuros posibles.