A diez años del primer 3J, el grito sigue vigente: “Ni Una Menos y ni un paso atrás”

En el marco del décimo aniversario del movimiento Ni Una Menos, la comunidad universitaria de Mar del Plata vuelve a movilizarse este martes 3 de junio, a partir de las 18hs desde Luro e Yrigoyen, para denunciar las violencias por motivos de género, exigir justicia y defender los derechos conquistados.

Este 3 de junio, a una década del primer grito colectivo que recorrió el país en repudio al femicidio de Chiara Páez, distintas organizaciones feministas de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) y del movimiento local convocaron a marchar bajo la consigna “Ni Una Menos y ni un paso atrás”. Lo hicieron en un contexto que consideraron crítico, signado por “las políticas y discursos promovidos por el Gobierno Nacional”, que —advirtieron— atentan contra los derechos adquiridos en materia de género.

Desde el primer 3J, aquel que estalló en 2015 en más de 80 ciudades argentinas, el movimiento Ni Una Menos marcó un hito en la historia política y social del país. Según expresaron, el surgimiento de esta consigna respondió a “un momento donde no había respuestas adecuadas” ante los femicidios y otras formas de violencia de género. A una década, y señalaron: “La fuerza de esa consigna sigue siendo tan urgente como necesaria”.

La movilización de este año se enmarca en un clima de profunda preocupación. “La lucha continúa en un escenario de recrudecimiento de la violencia, promovida desde el gobierno actual, que redobla esfuerzos para estigmatizar nuestro reclamo y desmantelar rápida y progresivamente los espacios y normativas conquistados”, sostuvieron. En particular, hicieron referencia al intento oficialista de eliminar la figura de femicidio del Código Penal, lo que consideraron “un cruel intento de instalar que la violencia por motivos de género no existe”.

En este sentido, remarcaron: “La lucha feminista no es ideológica ni partidaria, sino que tiene que ver con el reconocimiento y la visibilización de derechos fundamentales que históricamente nos fueron negados”.

A lo largo de estos diez años, el movimiento feminista argentino impulsó conquistas legislativas y sociales fundamentales. Entre ellas, destacaron la sanción de la Ley Micaela, tras el femicidio de Micaela García; la legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo; el reconocimiento de las tareas de cuidado como trabajo no remunerado; y el fortalecimiento de áreas de género en distintas instituciones, incluida la propia UNMDP. En el plano asistencial, subrayaron la existencia de programas que permiten atender un promedio de 120 mil llamadas anuales a la línea 144.

No obstante, las voceras de la convocatoria alertaron sobre el intento de retroceso en estas políticas. “Vociferan en contra de la figura del femicidio en el Código Penal”, advirtieron, y remarcaron que detrás de estas acciones existe “un calculado ataque que busca hacernos retroceder y acallar nuestro grito”.

Durante la última década, los feminismos también se consolidaron dentro de la universidad pública. “Habitamos la UNMDP y aunamos esfuerzos para acompañarnos en los procesos de institucionalización de espacios y políticas de género”, indicaron las organizadoras. En esa línea, convocaron a toda la comunidad universitaria a movilizarse y sostener el reclamo colectivo, entendiendo que las violencias estructurales —como la feminización de la pobreza, la criminalización de juventudes y el desfinanciamiento de la educación y la ciencia— impactan de forma directa en la vida de mujeres y disidencias.

“Nuestro grito tuvo efectos”, aseguraron. Pero también advirtieron que el contexto actual exige redoblar el compromiso y la presencia en las calles. “La ignorancia se manifiesta extrema cuando la lucha feminista es planteada en términos de ‘ridícula y antinatural pelea entre el hombre y la mujer’ y pretende cargar sobre nuestros hombros un ‘entorpecimiento del proceso económico’”, señalaron en respuesta a declaraciones oficiales recientes.

A diez años de aquel primer 3J, la consigna que lo originó vuelve a resonar con fuerza: “Nos queremos vivas, libres y desendeudadas”. Y, frente a los embates que buscan invisibilizar los reclamos del movimiento, desde la comunidad feminista universitaria remarcaron: “Este 3J gritamos ‘Ni Una Menos y ni un paso atrás’”.

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