Monóxido de carbono: riesgos y precauciones

Con la llegada del invierno, y más aun en una zona costera como Mar del Plata, calefaccionarse es un punto clave para atravesar el clima frío. Sin embargo, la prevención en la inhalación de monóxido de carbono sigue siendo un tema de urgencia durante las estaciones más frías, ya que los casos de muerte -que pueden evitarse- se repiten año a año.
El monóxido no se ve, no tiene olor y no da señales claras que el cuerpo humano pueda percibir hasta que ya es tarde. Las intoxicaciones ocurren a menudo por combustiones deficientes de los artefactos de calefacción a gas, o de cocina – erróneamente utilizados con el fin de calefacción-. Este gas venenoso, una vez inhalado, se combina con la hemoglobina presente en la sangre a través de los pulmones e impide que el oxígeno llegue a los órganos vitales.
A continuación se detallan una serie de medidas preventivas simples que pueden evitar tragedias en los domicilios, lugares de trabajo y estudio, a fin de preservar la vida y la salud de las personas:
Para chequear y tener en cuenta siempre:
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Síntomas de alerta: dolor de cabeza, náuseas, mareos o somnolencia en ambientes cerrados deben encender todas las alarmas.
- Llama siempre azul: si la llama de un artefacto se vuelve amarilla o anaranjada, hay combustión incompleta. Puede estar liberando monóxido.
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Ventilación cruzada: jamás obstruir rejillas. Los ambientes con calefacción a gas deben tener entrada y salida de aire.
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Revisión e instalación anual por gasista matriculado: Un chequeo antes del invierno puede salvar vidas, así como la correcta instalación por un técnico profesional matriculado.
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No improvisar: ni ducharse con el calefón en el baño, ni calentar el cuarto con el horno prendido.
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Detector de monóxido: si se puede, tener uno instalado.
Formación y políticas públicas locales
El investigador de CONICET, Miguel Ponce, desarrolló un dispositivo que previene la formación excesiva de monóxido de carbono. Junto a su equipo en 2021, iniciaron el desarrollo de un sensor portátil de detección de monóxido, pensado para uso doméstico o en espacios de trabajo. El sensor puede conectarse a otros sistemas y emitir alertas tempranas cuando los niveles del gas se vuelven peligrosos. La apuesta, explicó en varias capacitaciones, es que este tipo de tecnología pueda producirse a nivel nacional, con costos accesibles y sin depender del mercado importador.
Asimismo, Ponce participó de mesas de trabajo junto a ENARGAS, universidades y organismos del sistema científico en materia de investigación y prevención sobre la temática. El objetivo es impulsar normativas que exijan la instalación de sensores y garanticen condiciones seguras en viviendas y espacios públicos. A través de capacitaciones, transferencia tecnológica y desarrollo de sensores, el Investigador insiste en una idea clave: el monóxido es un tema de salud pública que debe abordarse con ciencia, con formación técnica y con conciencia social. En paralelo, desde entidades vinculadas se insiste con el mismo mensaje: prevenir intoxicaciones no es solo una cuestión individual, sino una responsabilidad colectiva que involucra al Estado, a las empresas, a las universidades y a la comunidad en general.