Mar del Plata: pobreza en baja pero los salarios no alcanzan

Por Abril Casas y Milagros Lezama para el #MediaLab de Portal Universidad

En los últimos años, Mar del Plata atravesó un proceso de recuperación económica impulsado por políticas de incentivo, la reactivación del turismo y la llegada de grandes inversiones ligadas a reconocidas marcas.  La gestión de Guillermo Montenegro logró una baja en la tasa de desocupación y sumó inversiones que generaron empleo directo e indirecto. Sin embargo, la ciudad no logró revertir una tendencia histórica: ser el distrito urbano con mayor desempleo del país. 

Pese a los esfuerzos por mejorar la eficiencia administrativa y atraer inversiones, las cifras oficiales aún reflejan una brecha persistente respecto del promedio nacional. Los últimos datos permiten dimensionar con más precisión el alcance de los cambios en materia de empleo. En el cuarto trimestre del 2024, Mar del Plata registró una tasa de desocupación del 8,6% esto fue registrado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Aunque representa una mejora frente al 9,3% del año anterior y al 11,1% que marcaba al inicio de la gestión de Montenegro en 2019, sigue por encima del promedio nacional del 6,4%. 

La adhesión al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) permitió atraer capitales y abrir nuevos comercios, pero sectores clave como el turismo, la construcción, la industria manufacturera y el empleo joven siguen mostrando signos de estancamiento. A pesar de las acciones implementadas, la recuperación no ha sido homogénea y el empleo de calidad continúa siendo un desafío pendiente.

Si bien el contexto económico nacional condiciona fuertemente la dinámica del mercado laboral, Mar del Plata enfrenta desde hace años desafíos estructurales que trascienden los ciclos políticos. Con una matriz productiva centrada históricamente en el turismo, la pesca y la industria manufacturera, la ciudad no logró diversificar de manera sostenida sus fuentes de empleo ni consolidar un modelo económico capaz de absorber la creciente demanda laboral. Mientras tanto, el gobierno municipal buscó mostrar señales de recuperación a través de obras públicas, récords turísticos y la instalación de grandes marcas comerciales en distintos puntos de la ciudad.

El lado visible de la reactivación: inversión privada, turismo y obras

En el marco de su actual gestión, el gobierno municipal de Mar del Plata impulsó una serie de acciones orientadas a dinamizar la economía local. Uno de los puntos clave fue la llegada de grandes cadenas como Coto, Starbucks, Kentucky y Dexter, entre otros. Esto no solo generó empleo directo e indirecto, sino que también contribuyó a la revitalización de zonas comerciales y la diversificación de servicios. La instalación de nuevos comercios y el crecimiento del sector privado se alinean con la estrategia municipal de atraer inversiones y fortalecer la economía local.

Según datos difundidos por el municipio, durante el primer trimestre de 2025 se aprobaron 192.022,85 metros cuadrados de obra privada, lo que representa un récord histórico para la ciudad. Esta cifra incluye 161.188 m² de construcciones nuevas y 30.834,85 m² de visados de trabajos existentes. En comparación, en todo 2024 se habían aprobado 400.052,71 m² de obra nueva, y 128.533 m² de visados para obras existentes, consolidando una tendencia sostenida de crecimiento en el sector.

Entre los proyectos más destacados figura el Distrito de Arte y Diseño (DAD)y Unkanny Residencesun desarrollo de usos mixtos de 145.000 m² en la zona sur del Golf de Playa Grande, que busca posicionarse como el “nuevo Puerto Madero marplatense”. Además se anunció la transformación del histórico edificio Chateau Frontenac, ubicado frente a la costa, en un hotel boutique de lujo, lo que representa una apuesta por el turismo de alto poder adquisitivo y la recuperación del patrimonio arquitectónico local.

En cuanto al turismo, la temporada 2024/2025 mostró indicadores positivos. De acuerdo a cifras oficiales, solo en abril de 2025 se registró el ingreso de más de 602.000 visitantes, un incremento del 17,2% respecto al mismo mes de 2024. En sus canales oficiales, el intendente Guillermo Montenegro declaró que “no fue magia (…) todo marcha viento en popa”. El impacto positivo del turismo se complementa con la recuperación del sector gastronómico, con la apertura de nuevos restaurantes y bares que han sido bien recibidos por residentes y turistas. Este fenómeno ha generado una importante recuperación del empleo en áreas como la hotelería, el transporte y los servicios, contribuyendo a una reactivación sostenida de la economía local.

Más allá de las estadísticas alentadoras, en los barrios y sectores populares persisten dinámicas que revelan otra cara de la realidad marplatense. El contraste entre el crecimiento del sector privado y la subejecución de la obra pública municipal plantea interrogantes sobre la equidad en el desarrollo urbano y la distribución de los beneficios económicos. Mientras el sector privado continúa su expansión, la obra pública enfrenta desafíos que podrían afectar la sostenibilidad y la inclusión en el proceso de reactivación económica.

La pobreza cae en los informes, pero no en los barrios

Mar del Plata experimentó una importante disminución en los niveles de pobreza e indigencia durante el segundo semestre de 2024, de acuerdo con los datos más recientes del INDEC. El porcentaje de personas que viven en hogares con ingresos por debajo de la línea de pobreza descendió al 28,9%, frente al 37,7% registrado en el mismo período del año anterior. Citando el Informe Sociolaboral N.º 48 elaborado por el Grupo de Estudios del Trabajo (GrET) de la UNMDP, “en Mar del Plata, el porcentaje de personas que viven en hogares con ingresos menores a la línea de indigencia durante el segundo semestre de 2024 llegó al 3,3% (22.000 personas) y menores a la línea de pobreza, al 28,9% (192.700 personas)”.

El director local del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCi) y abogado laboral, Rodrigo Blanco, afirmó que “muchísimos trabajadores, incluso formales, trabajadores en blanc están por debajo de la línea de la pobreza”. Para superar ese umbral, un adulto necesitó en marzo de 2025 al menos $356.073. Una familia de tres integrantes requirió $875.941, y una de cinco miembros, $1.157.239. 

Sin embargo, Blanco advirtió que las estadísticas oficiales actualmente siguen utilizando herramientas desactualizadas, “lo que se mide está bien, pero con un termómetro descalibrado”, aseguró. Además cuestionó que se siguiera aplicando la Encuesta de Gastos de los Hogares de 2005 (con una leve actualización en 2017-2018) sin contemplar que desde entonces, los gastos en servicios públicos, combustibles, transporte y alquileres habían crecido fuertemente en relación al ingreso familiar. “Eso no está contemplado en la fórmula, entonces la inflación que se publica no siempre es la misma que siente una familia de bajos ingresos”, detalló.

Según explicó, la medición del INDEC no calcula de forma directa el gasto total de una familia, sino que parte del costo de los alimentos para proyectar el resto: si una familia gastaba, por ejemplo, el 40% de sus ingresos en alimentos, se estimaba que el resto equivalía al 60%, “pero no hay un cómputo real de los gastos extraalimentarios”, advirtió Rodrigo Blanco. 

En ese contexto, también afirmó que durante marzo de 2025, muchas familias con bajos ingresos destinaron casi la totalidad de su dinero solo a alimentarse, registrando una inflación real en alimentos cercana al 6%, muy por encima del 3,7% que marcó el índice oficial. “Ahí es donde empiezan las diferencias con lo que plantean que sucede con la pobreza: te dicen que bajó, pero en los barrios no se nota”, remarcó

Más allá de los indicadores, el director local del ISEPCi hizo foco en un fenómeno más reciente que también ayuda a entender el cuadro social de Mar del Plata: el avance del “trabajador pobre”. Señaló que aproximadamente el 30% de la población económicamente activa (PEA) de la ciudad tiene algún tipo de problema con su empleo, se trata de personas desocupadas, subocupadas o con empleos que no alcanzan para cubrir sus necesidades básicas, “antiguamente la pobreza estaba asociada a una persona desocupada, que no encontraba un puesto de trabajo en el que desarrollarse y hoy tenemos muchísimos trabajadores, incluso trabajadores en blanco, que están por debajo de la línea de la pobreza”, sostuvo.

Blanco también expresó su preocupación por la creciente precarización laboral, “hoy los empleadores toman a una persona por cinco meses, la reemplazan antes de que termine el período de prueba y evitan pagar indemnización. Eso ya se está naturalizando”, denunció. Además agregó que el debilitamiento de la legislación laboral incentiva aún más la informalidad, en sectores como la gastronomía o la industria pesquera, donde “el trabajo en negro es la norma, no la excepción”. El análisis de los indicadores también muestra que parte de la reducción en la desocupación podría explicarse por la salida de personas del mercado laboral. Este fenómeno, conocido como “trabajador desalentado”, toma protagonismo en el último informe sociolaboral.

El impacto del trabajador desalentado en el mercado laboral marplatense

A nivel macroeconómico, durante 2024 la economía argentina experimentó una contracción del 1,7% del Producto Bruto Interno (PBI), acompañada por una caída del consumo privado del 4,2% y de la inversión del 17,4% según datos del INDEC y del Banco Central de la República Argentina. A pesar del ingreso de divisas provenientes del comercio exterior y el blanqueo de capitales, el Banco Central enfrenta una pérdida sostenida de reservas, lo que agudizó las tensiones en el mercado cambiario y puso en duda la estabilidad del esquema macroeconómico. En ese contexto, a nivel nacional, aumentó la tasa de actividad laboral (48,8%) pero disminuyó la de empleo (45,7%) y se incrementaron tanto la desocupación (6,4%) como la subocupación (11,3%), en otras palabras, la gente quiere trabajar pero no hay suficientes empleos disponibles. También se registró una caída significativa en el empleo registrado, con 506.358 trabajadores menos que el año anterior.

En cuanto al Partido de General Pueyrredon, se registró una caída en la tasa de actividad, que se ubicó en el 51,0%, según el Informe Sociolaboral N.º 48 elaborado por el Grupo de Estudios del Trabajo (GrET) de la UNMDP. Esto representa una reducción de 1,6 puntos porcentuales respecto al mismo trimestre del año anterior, lo que equivale a la salida de unas 8.000 personas del mercado laboral. En ese mismo informe, se propone una hipótesis y explica que esta disminución no se corresponde con una mejora de las condiciones laborales, sino que podría llegar a reflejar un fenómeno conocido como “efecto del trabajador desalentado”, es decir, personas que desean trabajar, pero que dejan de buscar empleo ante la falta de oportunidades concretas. Esta teoría se refuerza con el aumento de la subocupación (personas que trabajan menos de lo deseado), que alcanzó el 9,9% en la ciudad​.

En diálogo con el economista y docente universitario Eugenio Actis Di Pasquale, autor del Informe Sociolaboral y del libro “El trabajo en Mar del Plata: feminización, informalidad y segmentación en tiempos de cambio macroeconómico”, explicó que “la caída del empleo de varones jóvenes no se traduce en búsqueda de trabajo para que sean desocupados, sino que se traduce en inactividad, abandonan la búsqueda. Ese sería el desaliento”. Además, señaló que este fenómeno se viene intensificando en Mar del Plata desde el año 2018, afectando a quienes no tienen empleo y también a aquellos que lo tienen y, por distintas razones, han dejado de buscar una mejora o un ingreso complementario, “esa porción de ocupados ha dejado de buscar trabajo sistemáticamente en los últimos tiempos”, sostuvo.

En contraposición, el informe señala un leve aumento en la participación laboral de las mujeres en todos los grupos de edad, vinculado a lo que denomina “efecto trabajador adicional”. Según explicó Actis Di Pasquale, en contextos de crisis económicas, muchas mujeres ingresan al mercado de trabajo para reforzar los ingresos familiares ante la pérdida de poder adquisitivo, para cubrir los ingresos del hogar o para complementarlos ante la caída del poder adquisitivo, mujeres de todas las edades ingresan al mercado de trabajo”, afirmó. Sin embargo, advirtió que la mayoría de ellas logran insertarse en condiciones precarias, “las que logran insertarse laboralmente lo hacen en trabajos precarios e informales”, señaló.

¿Qué modelo de empleo sostiene hoy a Mar del Plata?

Desde su origen como ciudad balnearia a fines del siglo XIX, el modelo de empleo en Mar del Plata se apoyó en tres pilares centrales: el puerto y la pesca, el turismo y la industria manufacturera, principalmente textil y alimenticia. Estos sectores fueron los grandes generadores de empleo durante décadas, configurando una matriz productiva que combinaba actividades estacionales con otras de base más estable. Sin embargo, con el paso del tiempo, este esquema no logró adaptarse a los cambios del contexto económico nacional e internacional, junto a la creciente suma de habitantes.

A pesar de que la ciudad experimentó una expansión demográfica significativa en los últimos 40 años, no logró una transformación proporcional en su base económica. El economista y docente universitario Eugenio Actis Di Pasquale coincidió en este diagnóstico, “Mar del Plata tiene una estructura productiva orientada a la estacionalidad. Aunque se ha diversificado un poco, sigue siendo muy dependiente del turismo”.

Con una mirada similar, el director de la Universidad Popular de la CGT Regional Mar del Plata, Daniel Di Bártolo advirtió Mar del Plata se ha expandido en términos de población, pero no ha logrado modificar ni cambiar en prácticamente nada su matriz productiva”. Ese modelo, que nunca terminó de actualizarse, combinado con la falta de planificación del Estado y las crisis económicas, dejó como resultado una ciudad con mucho desempleo, trabajos inestables y salarios que no alcanzan.

Para Di Bártolo, el actual modelo basado en el turismo y el comercio no puede sostener el desarrollo económico local. “No alcanza con que se abran comercios o cadenas de supermercados. El trabajo que se genera es de baja calidad, escasa duración y con pocas garantías. Se necesita pensar en sectores que agreguen valor y generen empleo genuino”, señaló. Entre esos sectores con potencial, destacó a la industria offshore, la construcción, el cordón frutihortícola, y la reactivación del puerto y la industria naval como ejes estratégicos para diversificar la economía marplatense.

La relación entre el gobierno municipal y las organizaciones sindicales muestra signos de distanciamiento. El director de la Universidad Popular de la CGT Regional Mar del Plata manifestó que actualmente no existe un diálogo con Montenegro, no existe hoy un ámbito efectivo de diálogo entre el gobierno municipal y las organizaciones sindicales para definir políticas de empleo, lo cual es clave en este momento económico. “El municipio no convoca ni articula con los actores del mundo del trabajo. No hay espacio real para pensar políticas públicas con las organizaciones sindicales o sociales”, detalló. A esta falta de diálogo se suma la ausencia de políticas públicas sostenidas que fortalezcan el empleo de calidad. No obstante, Eugenio Actis Di Pasquale remarcó que la situación laboral en Mar del Plata está fuertemente condicionada por el contexto nacional,uno no debería asignarle toda la responsabilidad al gobierno local por el desempleo, pero sí se pueden hacer acciones para mitigar los efectos negativos de la macroeconomía”.

Sin planificación no hay empleo sostenible

El desempleo en Mar del Plata no es sólo el resultado de crisis económicas cíclicas ni de la falta de inversiones. Es también el reflejo de una ausencia sostenida de planificación pública. A pesar de contar con sectores estratégicos como el turismo, el puerto, la pesca, la industria y la economía social, la ciudad no logró articular políticas que integren trabajo, producción y educación de forma consistente.Daniel Di Bártolo, explicó al respecto: en los últimos diez años no hubo políticas de Estado que articulen trabajo, educación y producción. No se puede hablar de desarrollo sin esa base.

En su visión, el gobierno municipal no construyó instancias reales de diálogo con las organizaciones sindicales ni con los actores sociales del mundo del trabajo. Incluso el Consejo Económico y Social Productivo, aprobado por ordenanza para funcionar como espacio de planificación entre sectores, se encuentra inactivo. “No se convoca, no se escucha, no se planifica”, denunció y sostuvo que el Municipio prioriza los anuncios de impacto comercial por sobre las transformaciones estructurales necesarias. Frente a un contexto donde el 30% de la población marplatense tiene algún tipo de problema con su empleo, ya sea por desempleo, informalidad o subocupación, la necesidad de políticas públicas sostenidas se vuelve urgente.“El Municipio celebra aperturas de comercios, pero no discute cómo generar empleo genuino, con derechos”, apuntó. 

A modo de cierre, Di Bártolo remarcó que el trabajo no puede reducirse a una variable económica. El trabajo es el principal organizador social. Cuando no hay empleo, se desestabiliza la comunidad política. Su advertencia condensa con claridad el dilema que atraviesa Mar del Plata: sin políticas públicas de largo plazo, sin planificación productiva y sin compromiso con el empleo de calidad, la ciudad corre el riesgo de seguir siendo una postal de temporada, sostenida por esfuerzos individuales pero sin un proyecto colectivo de futuro.

Un balance general de la gestión Montenegro

La herramienta que mide la pobreza en Argentina se basa en una metodología desactualizada, además no contempla de forma adecuada gastos esenciales como el alquiler, el transporte o los servicios públicos, cuyos incrementos (algunos por encima del 300% anual) impactan directamente en el poder adquisitivo de los sectores populares. A esto se suma otro problema estructural: la inestabilidad estadística. Un alto porcentaje de hogares en Argentina se encuentra apenas por encima del umbral de pobreza, lo que genera una fuerte volatilidad. Ante cualquier shock inflacionario o pérdida de ingreso, muchas familias cruzan esa línea en cuestión de semanas.

En el caso de Mar del Plata, los indicadores muestran avances en términos de inversión, turismo y recuperación económica, pero esos logros conviven con un mercado laboral fragmentado, informal y marcado por la estacionalidad. Si bien la desocupación bajó respecto a años anteriores, la ciudad sigue liderando el ranking nacional. A esto se suman fenómenos como el trabajador desalentado, el crecimiento de la subocupación y el avance del empleo precario como respuesta ante la falta de oportunidades sostenidas.

La estrategia basada en el impulso al turismo, las obras y el comercio ofrece resultados visibles, pero no alcanza por sí sola para revertir los desequilibrios del mercado laboral marplatense. En una ciudad donde la tasa de desocupación históricamente duplica el promedio nacional, seguir apoyándose en sectores estacionales aparece como una respuesta acotada. El desafío de fondo sigue siendo el mismo: construir un modelo de desarrollo local capaz de generar empleo genuino, con derechos, que articule producción, educación y trabajo. Más allá de los logros estadísticos, el verdadero indicador será si los avances llegan o no a los hogares que hoy siguen dependiendo de changas, subsidios o subempleos para sobrevivir.

Si bien el gobierno municipal tiene un rol clave en la gestión del desarrollo económico local, no toda la responsabilidad recae sobre su administración. Las condiciones estructurales del mercado laboral marplatense también responden a decisiones de política nacional y provincial, a marcos regulatorios que condicionan la inversión productiva y a la falta de una planificación territorial integrada. La articulación entre los distintos niveles del Estado, junto con el sector privado, las universidades y las organizaciones sindicales, es indispensable para pensar soluciones de largo plazo que trasciendan el calendario electoral y logren transformar las condiciones de vida de quienes, todavía hoy, no acceden a un trabajo digno.

*Estudiantes del MediaLab, primer Laboratorio de Redacción para Medios Digitales. Se trata de un sistema experimental que consiste en el trabajo periodístico, de producción propia, que desarrollan alumnos del Taller de Redacción para Medios Digitales, correspondiente a la Tecnicatura de Periodismo Digital que se dicta en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

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