Bioconstrucción: una forma de construir amigable con el medioambiente

Mar del Plata está creciendo rápidamente y las familias eligen nuevas alternativas a la hora de construir sus viviendas. Tanto por motivos ambientales, como económicos cada vez se elige más la bioconstrucción. Esta es un tipo de edificación que contempla la utilización de materiales naturales y reutilizados como puede ser botellas de plástico, de vidrio y el caucho de neumáticos entre otras.

En la periferia de Mar del Plata y Santa Clara se ubican algunos de los lugares más elegidos y donde hay más de este tipo de construcciones. Barrios como Félix U. Camet, Sierra de los Padres, La Gloria de la Pelegrina, Colinas Verdes, Chapadmalal, Acantilados, San Eduardo y Ecomuna, detrás del camping El Griego. La gente que construyó de esta manera eligió alejarse un poco de la ciudad.

Desde Portal Universidad nos comunicamos con Ricardo Tamalet, bioconstructor, para entender de qué se trata este tipo construcción y cuáles son sus principios. “Además de la utilización de materiales naturales, contempla un diseño amigable con el medioambiente teniendo en cuenta el clima de la zona, el asoleamiento, las épocas de lluvia y la vegetación. Es una forma de construir de manera más amigable con el medio ambiente respetando y cuidando nuestra manera de vivir” explicó Tamalet.

El proceso: los materiales, el lugar y el proyecto

Tamalet también comentó la importancia de que los materiales sean naturales, “en la construcción con materiales naturales de la zona como pueden ser, piedra, tierra, arena, paja o madera no se generan escombros. En cambio, si nosotros construimos con plástico, con cubiertas, esa construcción el día de mañana va a generar un impacto negativo porque lo único que estamos haciendo es meter debajo de la pared o de nuestras casas, el evento que va a seguir contaminando el entorno”.

Entre las ventajas Tamalet señaló como la reducción del impacto medioambiental y la eficiencia energética: “Según Gernot Minke, un arquitecto alemán que es llamado por algunos el padre de la bioconstrucción, en las casas construidas con materiales naturales usamos un 5% de energía de la que se utiliza para hacer una casa de manera convencional. Y es así efectivamente, estamos ahorrando energía por no utilizar materiales industrializados y por no gastar en la fabricación de un mampuesto que además es ineficiente”.

En las casas construidas con materiales naturales usamos un 5% de energía de la que se utiliza para hacer una casa de manera convencional.

Estos materiales traen muchos beneficios personales. Según declaró Tamalet, la tierra o adobe como material de construcción es buena para la aislación térmica y acústica. Asimismo, destacó el ahorro energético para las familias que se da en una casa que tiene un buen diseño bioclimático, “tiene que permitir que el sol ingrese, ilumine, de calor y así sea realmente eficiente”.

“Lo primero y principal a diseñar un proyecto de bioconstrucción es establecer donde vamos a construir. De ahí vienen los materiales naturales, que tienen que ser de la zona para que la construcción realmente sea sustentable” dijo el bioconstructor. Los materiales que tenemos se deben utilizar tienen que conseguirse en un radio menor a 100 ó 200 kilómetros porque son más económicos y al ser de la zona, están adaptados al clima.

Luego de eso se tiene que conocer la zona donde se va a trabajar, teniendo en cuenta el clima, el paisaje, la vegetación, las épocas de lluvia, el asoleamiento, entre otros factores. Además, señaló que es sumamente importante tener mano de obra capacitada y profesional que guie el proyecto para que se pueda lograr un buen resultado final. “Esos son los criterios para hacer algo sostenible realmente, que podamos vivir y sostener esa vivienda. Que el impacto sea el menor posible. Acá en la zona de Mar del Plata tenemos absolutamente todo lo que necesitamos para construir una casa de este tipo”.

Una forma de vivir

Las personas que eligen este tipo de vivienda permanente generalmente tienen una noción de sensibilidad medioambiental en el día a día: “La gente que elige vivir de manera natural suele recuperar el agua de lluvia, tiene compost, separa los residuos, tiene una huerta… tiene otra forma y otro contacto con la naturaleza y con el entorno. Todos los que vivimos en casa construidas de manera natural somos más conscientes y responsables de los recursos”, explicó Tamalet y agregó “me parece una puerta de entrada importante para un cambio de vida y un cambio de manera de pensar”.

La gente que elige vivir de manera natural suele recuperar el agua de lluvia, tiene compost, separa los residuos, tiene una huerta… tiene otra forma y otro contacto con la naturaleza y con el entorno. Todos los que vivimos en casa construidas de manera natural somos más conscientes y responsables de los recursos.

El hombre construyo sus hogares con materiales naturales durante miles de años y Tamalet plantea que se vuelve a los orígenes por la ineficiencia de las nuevas edificaciones en todos los planos, “volvemos a construir de manera natural por una necesidad medioambiental. Obviamente que es una cuestión ideológica, obviamente que muchos buscamos ser más conscientes y más responsables en la forma en la que vivimos y vaya sino es el hogar y la casa de cada uno la forma de comenzar a cambiar nuestra forma de vivir y de habitar este planeta” dijo.

“Entonces es un cambio ideológico, pero no solo en cuanto a los valores, sino es tomar y ser parte de ese cambio. Por lo menos lo que me plantee yo y toda la gente que conozco que vive ya en este tipo de viviendas, es hacer algo, no es criticar sino vivir de otra manera”, manifestó Talamet y agregó que es además una manera de conectarse con la comunidad, volver a las costumbres, raíces y tradiciones.

Las familias que han optado por esta manera de vivir se entienden como personas que toman la decisión de vivir de esta manera, tomar partido por ella y empezar el cambio desde su casa, “es una forma de tomar partido, de hacer lo que creemos que debemos hacer. Y ahí está la parte ideológica, no esperar que nadie nos venga a cambiar nada sino empezar a cambiarlo nosotros mismo”.

Ya desde hace 7 años que Ricardo da una capacitación anual en el Centro de Formación Profesional 415 sobre bioconstrucción. Desde ese momento han pasado 180 personas aproximadamente y cerca del 20% ya construyó su casa o se encuentra en proceso. Además, un 10% se dedica a dar talleres, cursos y a hacer obras “esto es muy importante porque se necesita también tener mano de obra capacitada y calificada para poder llevar adelante esta cantidad de proyectos, que son cada vez más”.

Como reflexión, Talamet agregó: “Si cada vez más gente vive en casas bioconstruidas el impacto climático va a cambiar, sino no hay forma. Así cada uno se hace cargo de cómo vive, de cómo trata las aguas de su casa, de cómo recupera el agua de lluvia para riego, de cómo cuida estos recursos, de cómo utiliza menos servicios, menos electricidad, menos gas y menos energía”.

Si cada vez más gente vive en casas bioconstruidas el impacto climático va a cambiar, sino no hay forma. Así cada uno se hace cargo de cómo vive, de cómo trata las aguas de su casa, de cómo recupera el agua de lluvia para riego, de cómo cuida estos recursos, de cómo utiliza menos servicios, menos electricidad, menos gas y menos energía.

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