Bachillerato Universitario: balance positivo, reconocimiento necesario y las ganas de volver a la Universidad
La primera entrega de los certificados de Bachiller Universitario dejó testimonios de todo tipo pero con un factor común que fue la movilización de emociones y recuerdos, reavivando la posibilidad de finalizar sus respectivos trayectos formativos. Indirectamente, ese fue uno de los motivos por los cuales la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP), a través de su Secretaría Académica, encaró este proyecto en 2020 y, luego de la unificación del sistema SIU Guaraní, pudo llevarse a cabo en este 2024.
En relación a esto, el secretario académico, Daniel Reynoso, hizo una valoración luego de la finalización del acto: “El balance es más que positivo, tanto en lo que tiene que ver con la participación de los interesados como de las autoridades, los decanos y decanas de las distintas unidades académicas y con respecto al impacto que tiene esto dentro de la Universidad. La reflexión en los discursos tuvo que ver con los reconocimientos y este es un reconocimiento hacia trayectorias, a personas que estuvieron dos, tres o más años dentro de la universidad y que por circunstancias que tiene la vida no alcanzaron un título y nos parecía bastante injusto que no tuvieran algo que lo certificara”.
Con respecto al trabajo en sistemas para poder lograr esto, Federico Kühn – el primer Ingeniero Informático recibido en la UNMDP – estuvo a cargo de la unificación de las plataformas de las distintas facultades para lograr llevar todo a un solo servidor. “Hoy podemos contar con la historia académica en toda la Universidad de una única persona. Ese fue el mayor desafío y la parte más difícil del trabajo y lo que nos atrasó, en cierta manera, hasta el día de hoy. Pero lo pudimos superar y hemos optimizado todo el sistema de la Universidad, lo cual va más allá de poder tramitar el certificado”, explicó el especialista.
La palabra de los bachilleres
Con alegría, emoción y festejos, el millar de estudiantes fue formándose en las filas del foyer del Auditorium para recibir el reconocimiento de su paso por la UNMDP. Una de las primeras en hacerse de él fue Adriana, que ingresó a la carrera de Filosofía en el último tiempo. “Hoy me encuentro en un momento genial y después de haber criado a mis hijos y tener una familia ahora decidí dedicarle más tiempo a mi persona y a la sociedad. Los invito a estudiar en la universidad porque acá no hay barreras de edad, te abre las puertas en cualquier momento de la vida“, expresó.
La diversidad de las unidades académicas y las carreras por las que atravesaron cada uno de los presentes era más que amplio. Martín, que cursó durante varios años la licenciatura en Arquitectura y quedó a pocas materias de recibirse, fue otro de los que recibió su certificado. “Es un esfuerzo muy grande el que hacen muchas personas estudiando. Como decía el rector, no es lo mismo haber pasado por la Universidad que no haberlo hecho, realmente se absorbe muchísimo de lo que nosotros necesitamos para la sociedad. Esto es un empujoncito más para que podamos hacer un pasito más y terminar, así que es un buen impulso“, remarcó.
Otro de los casos que se repetían era el de aquellos estudiantes que comenzaron su formación y luego cambiaron de rumbo dentro de la misma universidad al descubrir su verdadera vocación. Así fue el caso de Lorena, que cursando el cuarto año de Derecho decidió dejar y pasar a Gestión Cultural. “Sentí en el medio del camino que mi vida iba por otro lado, así que esto es una manera también de valorar todo el tiempo que estudié, que son conocimientos que yo los tengo que los adquirí. Es como un mimo, sentir que sirvió, que no quedó en el olvido ni algo inconcluso“, expresó.
Tal como sostuvo Reynoso, los imponderables por los que cualquier persona atraviesa a lo largo de su vida lleva, muchas veces, a tener que dejar sus estudios para priorizar otras cuestiones más urgentes. Así le sucedió a Liliana cuando cursaba Bibliotecología: “No pude terminar la carrera por cuestiones económicas y familiares y que reconozcan que pasé por la Universidad, yo que la amo, es muy importante. Pasé de grande porque me recibí en el bachillerato de adultos y en el 2012 tuve que dejarla. Mi carrera, por ejemplo, implica todo lo que es manejo de información y eso lo pude aplicar en muchos trabajos que tuve además de enseñarme a buscar por internet y estar activa ante las redes a pesar de la edad“.
El caso de Ramiro fue similar. Cuando estudiaba Letras fue padre y el trabajo ganó un lugar preponderante para mejorar su calidad de vida. “Tuve que dejar en 2005 después de un paso muy largo, mucho estudio, pero hoy estoy acá, con la familia. Somos muchos los trabajadores que no nos dan los tiempos para estudiar, ni siquiera trabajando de noche. Pero ahora, con mis hijos ya más grandes, creo que voy a volver porque esto me dio muchas ganas“, enfatizó.