La UNMDP recibió la donación de tres esculturas de Rego Curten

Como parte de una política institucional que busca incorporar expresiones artísticas a los espacios públicos universitarios, tres esculturas del artista Rego Curten fueron colocadas en el ingreso de la sede del Programa Universitario de Adultos Mayores (PUAM) en Matheu 4098. Las piezas, de estilo abstracto, fueron donadas a la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) y serán restauradas por el artista plástico Daniel Casamayor.
En una iniciativa conjunta entre la Fundación de la UNMDP y la Secretaría de Obras y Planeamiento Urbano, se decidió emplazar las esculturas en un punto de alta circulación peatonal, con el objetivo de promover el acceso cotidiano al arte. La propuesta busca reforzar el vínculo entre la comunidad universitaria y el patrimonio cultural, mediante la integración de obras en los entornos naturales y urbanos de la institución.
El hecho de haberlas ubicarlas en el ingreso al PUAM es parte de una planificación basada en recorridos, escalas y visibilidad, que permite la apreciación progresiva de las piezas. “Nos parecía importante que las esculturas permanecieran juntas porque forman un conjunto simbólico. Queríamos que se reconocieran como una obra común. La universidad es una expresión cultural de su comunidad, por eso entendemos que estas obras también deben formar parte de nuestros espacios abiertos y compartidos”, señaló el secretario de obras, Eduardo Oxarango.
Las esculturas, que rondan en un altura de entre 1,30 y 2,72 metros, están realizadas en acero y bronce. Desde la perspectiva de Casamayor, quien tiene a su cargo la restauración, la presencia de obras de arte en el espacio público universitario tiene un fuerte valor simbólico y educativo. “Yo celebro que haya esculturas en parques, porque eso les da visibilidad y las acerca a la gente. Me parece fundamental que el arte esté presente en lugares donde se lo pueda ver y vivir todos los días. Estas piezas tienen lecturas desde lejos y desde cerca, y generan múltiples significados según quién las mire”, destacó.
El arte como parte del entramado universitario
La decisión de ubicar las esculturas en el predio del PUAM se dio tras un relevamiento realizado por la Secretaría de Obras. Oxarango explicó que se priorizó un espacio que permitiera la lectura integral del conjunto, y que a la vez estuviera vinculado con la circulación habitual de quienes asisten al lugar. “Buscamos que las personas que recorren el predio se vayan encontrando con las obras, que haya una experiencia de descubrimiento a medida que caminan. Además, el terreno tiene pendientes que nos permitieron trabajar con las escalas de forma armónica”, precisó.
El funcionario también remarcó que esta iniciativa forma parte de un proceso más amplio que busca poner en valor el acervo artístico de la universidad. “Así como recibimos donaciones bibliográficas para nuestras bibliotecas, también recibimos esculturas, pinturas y paneles. La idea es que no queden guardadas, sino que estén expuestas en lugares donde cumplan una función cultural. Nuestros predios están abiertos a toda la comunidad, y creemos que el arte tiene que ser parte de esos espacios”, sostuvo.
La responsabilidad de restaurar
El trabajo de restauración de las tres esculturas comenzará la próxima semana con Casamayor a la cabeza que, al encontrarse con las obras, destacó su carácter abstracto y la coherencia que presentan con el entorno. “Van muy bien con el paisaje, tanto por el estilo como por la escala. Creo que el lugar elegido es el adecuado. Son piezas robustas, pero el trabajo se hace con mucho respeto. Restaurar obras siendo también artista plástico tiene un significado especial, porque implica ponerse en diálogo con otro creador”, explicó.
Casamayor también compartió su interpretación personal de las esculturas. “Cada una tiene algo distinto. Una me remite al mar, otra a la arquitectura, como una estructura de puente y hasta a una nave espacial en ascenso. Y eso es lo interesante del arte: que admite múltiples lecturas. Me parece importante que estén en espacios como este, donde cualquier persona puede detenerse y encontrarle su propio sentido”, concluyó.
Sobre el artista
Juan Carlos Rego es escultor argentino-español, nacido en la ciudad de Buenos Aires con ascendencia española, suiza e italiana. Ha desarrollado parte de su trayectoria artística en Argentina y posteriormente en New York, Washington y Miami de EE.UU. También en Barcelona, Palma de Mallorca, Valencia, Madrid y otras ciudades de España. Se especializa en esculturas urbanas y monumentales, no obstante, obras pequeñas suyas han sido elegidas para galardonar a ganadores de Certámenes Nacionales e Internacionales de Cine, Música, Teatro y otras disciplinas artísticas. También como distinciones en actividades científicas, humanistas y de Derechos Humanos. Su vínculo con Mar del Plata se remonta a los años setenta, cuando comenzó a frecuentar la ciudad y a establecer lazos con artistas e instituciones culturales locales. Además, diseñó la estatuilla del premio “José María Vilches”, galardón que reciben aquellas obras en las que se destacan valores éticos y estéticos, así como su contribución a la prédica de la libertad, la dignidad humana y la paz.