La UNMDP y Abrazando la Vida realizaron un festival por el Día Mundial de la Prevención del Suicidio

En el marco del Día Mundial de la Prevención del Suicidio, que la Organización Mundial de la Salud conmemora cada 10 de septiembre, el Servicio Social Universitario de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) y la ONG Abrazando la Vida organizaron un festival para sensibilizar a la comunidad sobre una problemática que continúa atravesando a miles de familias en el país y el mundo. La actividad se realizó este miércoles en la plaza seca del Complejo Universitario Manuel Belgrano, en Funes y Roca, y convocó a estudiantes, docentes, trabajadoras y trabajadores universitarios, así como a vecinas y vecinos a participar de las intervenciones artísticas y musicales.
Desde el Sistema de Medios Públicos de la UNMDP dialogamos con Andrea Barbé, integrante de Abrazando la Vida, expresó que para la ONG fue muy significativo poder compartir la jornada con el Servicio Social Universitario: “Estamos felices de estar con la Universidad porque creemos que la prevención del suicidio es una tarea colectiva. No es algo que le compete solamente al Estado o al ámbito privado: es un problema social y todos debemos involucrarnos”. La organización, formada por personas atravesadas por la experiencia del suicidio, trabaja de manera activa en prevención y posvención. Barbé explicó que brindan charlas en clubes, merenderos y escuelas, acompañan a familias y personas sobrevivientes, y derivan a quienes atraviesan una crisis hacia redes de contención como el grupo de ayuda mutua “Hablemos de Suicidio”.
Por su parte, Lorena Boada, integrante del Equipo Técnico Profesional del Servicio Social Universitario de la UNMDP, destacó que el objetivo fue “poner el tema en agenda y habilitar la palabra también dentro de la universidad”. Según subrayó, el suicidio continúa siendo un tema del que “cuesta hablar”, incluso en ámbitos educativos: “A veces, dentro de la comunidad universitaria, uno se siente sin herramientas para detectar o acompañar a quienes atraviesan situaciones de padecimiento. Por eso estas actividades permiten visibilizar, sensibilizar y generar espacios de escucha”.
Ambas referentes coincidieron en que el abordaje temprano es clave para salvar vidas. Barbé, quien compartió su experiencia como madre que perdió a un hijo por suicidio, advirtió que cualquiera puede atravesar una crisis: “Antes pensaba que esto le pasaba a otros. Nadie está exento de una situación que lo supere y lo lleve a pensar en la muerte. En nuestra cultura, expresiones como ‘me mato si algo me sale mal’ están instaladas; debemos cambiar esa mirada colectiva”.
Si bien hay personas a las que el suicidio no les ha tocado de cerca, recalcaron que es importante reconocer de manera temprana determinadas señales como cambios repentinos en las rutinas o conductas habituales, alteraciones del sueño, retraimiento o, en sentido contrario, actitudes impulsivas o desbordadas. “Si algo nos enciende la alarma, lo mejor es preguntar directamente. Habilitar la palabra no hace daño. Preguntar ‘¿pensaste en suicidarte?’ puede ser una manera de abrir una puerta que la persona sola no puede abrir”, sostuvo Barbé. Boada agregó que “todos podemos ser agentes de prevención: acercarse, escuchar y mostrar empatía puede significar una gran diferencia, y siempre es recomendable buscar ayuda profesional”.
En la ciudad de Mar del Plata, según datos aproximados que manejan las organizaciones, ocurren alrededor de 50 suicidios por año, aunque la cifra real podría ser mayor por la dificultad de clasificar algunos casos. A nivel local, las personas en crisis pueden comunicarse con el área de Salud Mental municipal a través del 109, que atiende a personas con ideación suicida, en situación de crisis o familiares afectados. También pueden recurrir al 911 en caso de emergencia. A nivel nacional, funciona la línea de asistencia al suicida CAS (0800-345-1435), aunque las y los referentes advirtieron que no siempre cuenta con voluntariado suficiente fuera de fechas especiales.
Boada recordó que dentro de la propia universidad, el Servicio Social Universitario (Independencia 3350) ofrece acompañamiento psicológico para quienes no cuenten con obra social: “Queremos que las y los estudiantes y cualquier miembro de la comunidad educativa sepan que pueden acercarse, escribirnos a nuestras redes o consultarnos. Entre todos podemos buscar alternativas y sostén”. La ONG Abrazando la Vida, en tanto, recibe consultas a través de sus redes sociales (@abrazandolavidamdp en Instagram y Facebook) y su correo electrónico (abrazandolavidamdp@gmail.com). Desde ambos espacios remarcaron que, si bien no siempre pueden brindar una solución directa, siempre orientan y acompañan en la búsqueda de ayuda.
Con el desarrollo del festival buscaron transmitir un mensaje de esperanza. La propuesta para esta fecha puso en primer plano la importancia de hablar, escuchar y construir redes comunitarias de cuidado.
Tanto Barbé como Boada insistieron en la necesidad de formación continua para profesionales y docentes. “Al igual que nos sucedió en el Servicio Social Universitario, incluso con formación específica, es necesario actualizarse y capacitarse. Existen mitos muy extendidos, como la idea errónea de que hablar del suicidio provoca que ocurra, cuando en realidad sucede lo contrario: hablar salva vidas”, puntualizó Boada. Llevar el tema a las aulas y a los espacios de formación, coincidieron, es un paso esencial para desarmar prejuicios y generar entornos de escucha activa.
Las organizadoras invitaron a la comunidad a seguir participando de estas iniciativas, difundir información confiable y no dejar solos a quienes atraviesan momentos de sufrimiento. “La prevención del suicidio no es responsabilidad de unos pocos: es tarea de todos”, concluyó Barbé.